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Monasterio de San Salvador de Bergondo (II). La Iglesia.


Seguimos en Bergondo, en la Ría de Betanzos, en pleno Golfo Ártabro, en la comarca de As Mariñas dos Condes, muy cerca de la ciudad de A Coruña y de la señorial Betanzos. Visitamos el Monasterio de San Salvador, en esta Parte II vamos a ver el interior de la iglesia.

Para ver la Parte I, dedicada al exterior del Monasterio, las fachadas y el claustro, Click Aquí.



Coordenadas de situación de Bergondo en Galicia. Amplíe el mapa y llegará al Monasterio de San Salvador de Bergondo: 43.322776, -8.241322


Nota: Como hemos indicado en la Parte I, para documentar la visita al Monasterio de San Salvador de Bergondo hemos extraído los textos que figuran en cursiva de la Tesis doctoral de María Pilar Carrillo Lista, de la Universidad de Santiago de Compostela, Facultad de Geografía e Historia, Departamento de Historia del Arte, titulada Arte Románico en el Golfo Ártabro y el Oriente Coruñés, año 2005, en la que la autora hace un exhaustivo y brillante trabajo.




En la construcción de la iglesia se distinguen dos fases: la primera, realizada a fines del siglo XII y principios del XIII, considerando la manda testamentaria de Urraca Fernández, en la que deja una cantidad de dinero para la obra de la iglesia, tal como hemos visto en el breve repaso histórico de la Parte I.

Comprende la cabecera, los pilares de la nave, la mayor parte del muro sur de la misma y la portada occidental. Esta primera campaña se caracteriza por el empleo de capiteles con decoración vegetal, frecuentes en edificios de las últimas décadas del siglo XII, y la introducción de otros modelos que recuerdan a los empleados en algunas iglesias cistercienses.

También aparecen capiteles con decoración figurada (como veremos más abajo), concretamente luchas de leones que se repiten en las naves de la cercana iglesia de Santa María de Cambre (Click Aquí).

Desgraciadamente, un incendio producido en 1338 destruyó no sólo gran parte de la iglesia, sino también el archivo y la casa monástica. Sin embargo, una buena parte del templo sobrevivió a este desastre y fue reparado en seguida. Esto da lugar a que se puedan distinguir dos campañas constructivas diferentes, una románica y otra gótica.

A finales del siglo XIV o principios el XV se inició la reconstrucción gótica, que afectó a la techumbre y testero de la nave, a los arcos formeros y fajones, que en ese momento se hicieron apuntados, a los capiteles de la nave central, cuya decoración tanto figurada como vegetal es plenamente gótica.




La iglesia tiene planta basilical de tres naves divididas en cuatro tramos por pilares cruciformes, y tres ábsides semicirculares precedidos de tramos rectos, el central de mayor tamaño, siguiendo un esquema cluniacense como el que presentan las iglesias de San Martiño de Xubia o San Xián de Moraime.




A la entrada de la iglesia se encuentra una interesante pila de agua bendita a la que se le ha añadido una columnilla a modo de pie. Se trata de una pieza cilíndrica, horadada por su parte superior, con unas paredes muy gruesas; por el exterior hay una inscripción con un nombre: MMNIO P que posiblemente se refiera a un personaje de nombre Munio. Debajo aparece un orificio bastante profundo, pero sin que por él pueda escapar el agua contenida en el interior; sin embargo no es el único, ya que aparecen tres más, dos de ellos tapados.





Otra pila, en este caso de tipo bautismal, más baja, parece haber estado decorada, aunque en la actualidad no se aprecie apenas ningún rasgo ornamental. La cronología de estas dos piezas es imprecisable debido a la ausencia de decoración, pero son antiguas. Hay una inscripción en recuerdo de D. Serafín Caamaño Cernadas, párroco de Bergondo, 1976-2011.





En época moderna, se colocó a los pies de la iglesia un gran coro de madera que recorre las tres naves y desde el que se puede acceder a las dependencias monásticas. Escaleras de acceso al coro.





Nave lateral sur.

El lateral sur de las naves y los seis pilares cruciformes que las dividen en cuatro tramos cada una también fueron construidos durante la primera campaña de obras, la románica, como se desprende del estudio de los capiteles que sostienen los arcos formeros y los fajones.

Los arranques de los pilares se sitúan sobre grandes plintos cuadrados, con semicolumnas que se adosan a cada una de las caras de los pilares.

Los capiteles correspondientes a la primera campaña, la obra románica, presentan una decoración vegetal muy sencilla.

En todos estos capiteles la talla es muy plana, sin apenas volúmen, otros tienen una decoración que por su estilo denotan que fueron realizados en un momento avanzado dentro del siglo XII, fecha que concuerda con lo que se conoce de la construcción del edificio: que se estaba realizando en 1199, año del testamento de Urraca Fernández.





La segunda campaña constructiva fue necesaria a causa de los desperfectos que sufrió la iglesia de San Salvador de Bergondo tras el incendio de 1338, lo que hizo imprescindible reparar las partes altas de las naves, incluídos los arcos formeros. En ese momento se trazaron con directriz apuntada, doblados, y desde su arranque se advierte un adelgazamiento de los muros.

También son apuntados los fajones que sostienen la techumbre de madera a dos aguas que cubre las naves.







Esta nave recibía luz directa a través de al menos dos ventanas, situadas en los dos primeros tramos, que actualmente se encuentran casi cegadas del todo debido a la anexión de las dependencias monasteriales.





Desde esta nave sur, el coro que hemos mencionado, la nave central, el retablo situado en la nave norte, arco apuntado.





Desde el mismo punto elevamos la vista, a la derecha distinguimos el rosetón. En esta segunda etapa constructiva, necesaria a causa de los desperfectos que sufrió la iglesia tras el incendio de 1338 se construyó el rosetón situado sobre el ábside mayor, que tiene una tracería que forma una estrella de seis puntas a partir de un pequeño círculo. Sigue un modelo más sencillo, aunque parecido, al de la fachada occidental de Santiago de Ribadavia (Ourense), ya gótico.





En el tercer tramo del muro sur se conserva una sepultura gótica bajo un arco solio apuntado, descubierta tras un retablo durante la restauración de 1980.





Lápida situada junto a la sepultura gótica.







Ábside sur. A la derecha, la puerta de acceso al claustro, tiene un arco de medio punto.

Los ábsides laterales de Bergondo presentan un rasgo poco frecuente en las iglesias basilicales gallegas al tener tramos rectos precediendo a las cabeceras semicirculares, cubiertas con bóvedas de cuarto de esfera y separadas de las de cañón de los presbiterios mediante arcos fajones. Son semejantes entre sí, y presentan una organización similar a la del central. Las diferencias con respecto a éste radican en que el número de ventanas se reduce a una.





El ábside sur se comunica con el central por una puerta de medio punto (izquierda), y por otra abierta a la derecha se entra a una capilla gótica dedicada a Santa Catalina, aunque actualmente está cerrada por una verja de hierro.







En los ábsides laterales, los arcos triunfales son también de medio punto, ligeramente peraltados y doblados. Los capiteles son vegetales.







Ábside central.





El rosetón.





El sepulcro gótico y la lápida situadas en la nave sur, desde la nave central. La segunda ventana situada en el muro sur.





El arco triunfal es de medio punto, peraltado y doblado.





Cubiertas de la nave central y la nave sur en su parte más próxima a los ábsides.







Los dos capiteles son figurados. El del lado norte muestra una compleja composición llena de movimiento: en la cara mayor se representa la lucha de dos cuadrúpedos que se acometen con las fauces abiertas y las garras en alto. Esta ferocidad conduce a pensar que se trate de dos leones.





El capitel sur presenta un tema similar, pero la complejidad compositiva que se observa en el anterior se resuelve ahora acudiendo a la colocación de figuras afrontadas: el escultor organizó la decoración del capitel situando en cada vértice a dos cuadrúpedos que se dan la espalda y vuelven la cabeza, se trata de nuevo de leones.







En el lado norte del presbiterio se encuentra un enterramiento gótico, con un sepulcro de lucillo abierto en el muro y cobijado por un arcosolio de triple arquivolta apuntada. Estos arcos se decoran con personajes vestidos con ropas talares y con motivos geométricos, como puntas de diamante y rollos. Por los escudos que conserva, parece ser de un abad del viejo monasterio.





La capilla mayor recibe luz por tres ventanas enmarcadas por una arquivolta.











Nave lateral norte.

El lado norte tiene unas semicolumnas que arrancan desde el suelo, ya que no se ve el banco de fábrica. En el segundo tramo se abre una sencilla puerta con arco de medio punto, pero no se conserva ninguna ventana en todo este costado, lo cual, tratándose de una iglesia de estas dimensiones, resulta extraño.





Retablo.







La puerta con arco de medio punto.







Imágenes del retablo.













En el lado derecho del ábside norte se practicó una pequeña oquedad con un remate adovelado y apuntado, que posiblemente se trate de una credencia. Credencia es una mesita que se sitúa junto al altar para guardar y tener a punto los utensilios que van a ser utilizados en la celebración.

En los ábsides laterales, los arcos triunfales son también de medio punto, ligeramente peraltados y doblados. Los capiteles son vegetales.





Nuestra Señora de los Dolores.







Y aquí termina nuestra visita al Monasterio de San Salvador de Bergondo.

Fin.


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