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Camino de Santiago. Portomarín. Hoy.


En el capítulo de hoy visitamos lo que es el actual Portomarín. Partimos de la Capilla de As Neves (o de Santiago, de gran significación por que era donde los peregrinos desde época medieval recibían la bendición para seguir el Camino). Está situada sobre el arco del antiguo puente medieval de origen romano (trasladados a su ubicación actual, como otros monumentos, al anegarse el antiguo Portomarín). Subiremos al Monte do Cristo donde está la imponente iglesia románica de San Xoán (o San Nicolás), centro del nuevo pueblo construido en 1963.
En la parte superior de la imagen el nuevo, actual Portomarín. En la parte central se ve lo que era el barrio de San Xoán que, junto con el de San Pedro (en la otra margen), conformaban el antiguo pueblo. Este es el aspecto que podía tener el Miño antes de la construcción del Embalse de Belesar, en 1963.

Hoy, sus casi 2000 habitantes miran también al futuro. Se dedican a la ganadería y agricultura y también a dar servicio con sus albergues y establecimientos hosteleros a la gran cantidad de peregrinos que cruzan sus tierras camino de Santiago de Compostela. Sin olvidar la tarta, el aguardiente y la empanada de anguilas, producto que el Miño siempre aportó a la vida de Portomarín.
Coordenadas de situación de Portomarín en Galicia. Amplíe el mapa y llegará al inicio de nuestro recorrido de hoy: 42.804942, -7.616855

Nota: Los textos en cursiva han sido extraídos del detallado estudio titulado: Traslado y Reconstrucción de Portomarín, realizado por Ana Belén Moure Domínguez (Máster de Rehabilitación Arquitectónica 2008/09).
Los dos barrios que componían el Antiguo Portomarín fueron unidos durante la romanización por un puente de piedra, que fue derruido durante las guerras de doña Urraca con su segundo esposo Alfonso el Batallador, para impedirle el paso a éste. Será en el año 1120 cuando Pedro Peregrino bajo el mandato de la propia doña Urraca lleve a cabo su reconstrucción. En 1895 el arco central se desplomará, dando comienzo a su lenta desaparición. En los años 50 se conservaban solo un arco en el medio del río y otro en el estribo del barrio de San Juan, adosado a la capilla de Santiago.

Los peregrinos que ya desde la Edad Media acudían a Compostela llegaban a Portomarín por la parte de la derecha de la imagen. Se ha habilitado recientemente un tramo del Camino (el primitivo) que llega a la carretera LU-633 y se dirige al puente nuevo, el de 1963.
Es de suponer que en la Edad Media dicha carretera no existía y los peregrinos bajaban hasta el cauce del río (que tal vez tenía el aspecto de hoy) y continuaban por la ribera hasta llegar a Portomarín, al barrio de San Pedro, en la margen de la derecha. Luego cruzaban el puente medieval ya reconstruido y llegaban al barrio de San Xoán.

En el punto donde termina el puente, sobre su estribo, en el barrio de San Juan, existía una capilla de gran significación para los peregrinos, la Capilla de Santiago, hoy también llamada de As Neves por su actual ubicación. Seguimos a la autora:
Esta capilla, construida en mampostería de pizarra, poseía una traza románica que fue transformada con el paso del tiempo. Sobre el último tramo del puente romano fue levantada una espadaña, lo que permitía a los peregrinos pasar por un paso abovedado en su parte inferior. Era allí donde los peregrinos esperaban recibir su bendición para dar paso al tramo final del camino a Compostela. En el Códice Calixtino se ponía ya de manifiesto la importancia que este pequeñísimo templo tenía en la ruta jacobea.
Este reconocimiento desde la época medieval le da un valor simbólico especial al poblado de Portomarín, que en cierto modo justifica la construcción del nuevo poblado.

Iniciamos el recorrido de hoy a los pies de la escalinata que sube a la Capilla de As Neves, o de Santiago, en su actual ubicación. Estamos aquí: 42.804942, -7.616855

En 1955, tras firmar el proyecto de traslado de la villa, la capilla y el arco medieval serán incluidos en la reubicación de monumentos portomarinenses, en un deseo de mantener el recuerdo histórico de las peregrinaciones compostelanas.
De este modo se escoge un emplazamiento al final del nuevo puente, en la entrada del pueblo, entendiéndose esta reubicación a modo de exposición de un “objeto museable” de interés que “quienes por satisfacción turística o por acortar tiempo la utilicen –que serán muchos- pasarán como antaño bajo la capilla y podrán recordar y evocar el glorioso hecho de las peregrinaciones”.

Este nuevo emplazamiento, coaxial al puente moderno, cuidadosamente escogido para garantizar su visualización al aproximarse a la localidad, rompe con su origen descontextualizando la capilla y el arco ahora situados sobre una carretera.
Pons Sorolla (director de toda la operación de traslado de monumentos y construcción del nuevo Portomarín), si bien habla de una “profanación” del monumento al separarlo de su locus original, justifica esta actuación en su proyecto aclarando que “colocándole donde sea evocadora su presencia; evocación sin duda un poco intelectual pues no pretendemos engañarnos respecto de lo artificial del empeño y de lo ilógico que a todas luces resulta subir a un arco de puente por una escalinata y sustituir las bellas aguas del viejo Miño por un paso de carretera”.

A este conjunto de capilla-puente se le añadirá una escalinata de nueva construcción realizada con peldaños de sillería pizarrosa en un solo tramo, completada con la renovación de todos los pavimentos.
La singularidad de esta capilla reside en su valor rememorativo y no en su dimensión artística; y junto al arco del puente romano dan la bienvenida no solo a peregrinos sino a todo aquel que llegue a tierras portomarinesas.

Desde lo alto de la escalinata. A la derecha, en el cauce del río, estaba el arco del puente que fue trasladado a su ubicación actual.


Nos volvemos y nos situamos frente a la pequeña capilla.


Imagen pétrea del Apóstol Santiago, en el interior de la capilla.





Ahora emprendemos el camino, como hemos mencionado, hacia lo que es el actual Portomarín. Nos centraremos en el trabajo citado más arriba para contar algo de como fue la construcción del nuevo poblado y el traslado de los monumentos más representativos, a raíz de la construcción del embalse, en 1962.

Atendemos al extraordinario y detallado estudio titulado: Traslado y Reconstrucción de Portomarín, realizado por Ana Belén Moure Domínguez (Máster de Rehabilitación Arquitectónica 2008/09), en cursiva, como de costumbre:
Tras la Guerra Civil la necesidad de recuperación del país traerá consigo el impulso a las energías hidroeléctricas, haciendo necesaria la construcción de presas que permitiesen aprovechar la fuerza de las aguas de los ríos Miño y Sil. Por ello, con la decisión de la construcción del embalse de Belesar la historia de Portomarín da un vuelco, quedando anegadas sus viejas calles y pasando a ocupar un pueblo de nuevo trazado en el Monte del Cristo.

Central hidroeléctrica, presa del Embalse de Belesar, en el municipio de Chantada, situada a 30 kilómetros río abajo.

En el 1955 el Gabinete Técnico de FENOSA redacta un proyecto para la realización de dicho embalse, y encarga a Joaquín Pons Sorolla y a Manuel Moreno Lacasa la responsabilidad del traslado. Por ello, una vez resueltos los trámites necesarios, se inician en una loma cercana las labores de construcción del nuevo poblado.

Presa de Os Peares. También en el Miño, aguas abajo, en el límite de las provincias de Lugo y Ourense.

El Monte del Cristo, de 467 m de altura y separado del Viejo Portomarín por el arroyo Torres, reúne las características óptimas, en cuanto orientación y cercanía, para el emplazamiento del nuevo poblado. La relación con el río sigue presente en su nuevo locus, estableciéndose un contacto visual directo sobre el mismo.

El río Miño, embalse lleno, desde aquí: 42.806225, -7.616136

El traslado al Nuevo Portomarín no afecta a todos los edificios de interés por igual. Algunos serán llevados completamente piedra a piedra a su nuevo emplazamiento y restaurados, mientras de otros simplemente se salvarán partes.
La organicidad y el crecimiento espontáneo del antiguo asentamiento, propios de un pueblo desarrollado en el Camino de Santiago, serán profanados con la imposición de un orden rígido que nada tiene que ver con su origen, en un intento de musealización del núcleo medieval.

En 1960 Pons Sorolla afirma que “El problema empieza en que Puertomarín constituye todo él un monumento histórico. Lo medieval se conserva allí en los detalles mínimos. Son las callejas de anchura cambiante, tortuosas; es el emplazamiento; es el espíritu. Pero el espíritu no puede trasladarse. Y Puertomarín tiene que ser inundado”.

Rúa de Compostela, calle principal que asciende hacia la Plaza Mayor, o Plaza del Conde de Fenosa. Aquí: 42.806813, -7.616613

Ya estamos en la Plaza Mayor. Giramos la vista en redondo, de izquierda a derecha.

El nuevo poblado presentará una trama uniforme tanto en planta como en alzado. La composición se centrará en un núcleo neurálgico, la Plaza Mayor. Con disposición central en ella se ubicarán los elementos trasladados de mayor importancia. La iglesia de San Juan presidirá el conjunto y en función a ella se dispondrán los restantes inmuebles, destacando entre ellos el Ayuntamiento y el palacio del General Paredes del siglo XVI (izquierda), que junto al templo formalizan las fachadas de la plaza.

El Ayuntamiento (derecha) ocupará el lateral norte de la Plaza Mayor. Se trata de una edificación de dos plantas con un pórtico con triple arcada en su fachada principal por donde se prevé su acceso a través de una pequeña escalinata.
Se buscaba un “tipo de calle muy corriente en la región gallega”, pavimentándose con enlosado en piedra granítica las zonas más destacadas, como eran la Plaza Mayor y las calles con soportales, mientras en el resto se proyectaban aceras de piedra con pizarra en chapacuña.


Estatua del peregrino, junto a la fachada del Ayuntamiento.


La iglesia de San Xoán (Juan), fachadas principal y norte, desde el punto donde está la estatua.

En otra de nuestras visitas (a Portomarín hay que volver, siempre) tuvimos la ocasión de disfrutar de una ligera nevada. Ahora es hora de saber algo más sobre la iglesia de San Xoán, de la que vemos aquí las fachadas principal y sur, y su traslado piedra a piedra desde su antigua ubicación.

La iglesia de San Juan era la iglesia parroquial del barrio del otro lado del río, al que daba nombre. Este templo levantado a finales del siglo XII tenía además del religioso un carácter defensivo, que se intuía en su aspecto de fortaleza y su ubicación estratégica en la ribera del Miño.
Unos años antes del traslado, en el 1942, había sido sometida a una operación de conservación sin mayor trascendencia, donde se repara la cubierta y se limpian los rosetones. Quizás las obras hubiesen ido a mayores de no ser por el inminente traslado.
El estado de conservación del templo lo hacía factible de soportar y merecer ser salvado de una anegación segura. Joaquín Pons Sorolla tratará de reconstruirla limpiándola de añadidos en un intento de recuperación de su morfología original.
Su nuevo emplazamiento será presidiendo la Plaza Mayor, conformada como centro cívico-religioso y diseñada con exponentes museísticos. Las otras dos construcciones que la acompañan, el ayuntamiento y el palacio del General Paredes de dos plantas, no entrarán a competir con ella en altura, remarcando su aspecto colosal. Se busca dotarla de una cierta individualidad, lo cual hace que las dependencias parroquiales se desarrollen exentas y conectadas con disimulo en un lateral del ábside.

Un Renault 4, o “cuatro latas”, surca las calles de Portomarín. ¿Recuerdan?… Seguimos.


Recorremos la fachada sur bajo la nevada.

Cuatro años durarán las obras de desmontaje, traslado, reconstrucción, restauración y ordenación del nuevo asentamiento. Este traslado se convertirá en uno de los más significativos de la historia de la restauración monumental española.
A medida que se reconstruye se aprovecha para restaurarla. Desenterrándola y volviendo a lucir con toda su altura, se recuperará la parte fortificada superior y se eliminará el absidiolo pegado al ábside.

La cubierta que cubría los pasos de ronda será retirada, construyendo un remate almenado del muro y completando las torres, una en cada esquina. La cubierta de la nave se someterá a una fuerte reparación, desde sus elementos estructurales leñosos hasta el material de recubrimiento, a base de pizarra irregular.
Mientras la puerta principal y de Mediodía se restauran, las otras serán realizadas nuevas en madera de castaño. Se volverá a descubrir la puerta del costado norte que permanecía tapiada desde hacía unos años. El pavimento se realizará en losa granítica. Los vidrios de los ventanales serán renovados.


Un elemento importante en la homogenización del conjunto es el soportal. La fachada sur de la Plaza Mayor se cierra con edificaciones con soportales adintelados o de trazado curvo, que albergan la entrada a los comercios más destacados del lugar.


Y hoy toca algo de niebla...

La Casa Rectoral y dependencias parroquiales se disponen en la parte de atrás del templo. De esta forma, favorecen la apreciación del monumento de un modo aislado, aunque en realidad se encuentran comunicados entre sí a través de una puerta que la une con el presbiterio. Para reforzar esta idea tendrá lugar “la creación de una plazuela rodeando el ábside, rincón tranquilo y ambientado que sirve de acceso a la Catequesis y al despacho parroquial”.


Caminamos ahora hacia la iglesia de San Pedro, por la Rúa Fraga Iribarne, y contemplamos a nuestra izquierda los jardines del Parque Sanz Valdés. Enfrente de los jardines está el Pazo de Berbetoros, recuperado del antiguo Portomarín.




Iglesia de San Pedro. Justo aquí: 42.809314, -7.614741

La iglesia de San Pedro era la iglesia parroquial del barrio de la margen izquierda del río Miño, al que daba nombre en el Viejo Portomarín. Era además el primer templo que se encontraban los peregrinos al llegar a la villa.
Ante el proyecto de anegación del pueblo se decide trasladar únicamente la portada románica y el mausoleo de la familia Pimentel situado en el presbiterio.
En el nuevo poblado esta iglesia con función de capilla se ubica al final de la calle principal en un deseo de generar un eje de visualización, sin buscar en ningún momento competir con la iglesia de San Juan, el otro templo de la villa, iglesia parroquial del actual asentamiento.

Su fábrica románica, obra de finales del siglo XII se conserva únicamente en su portada principal, testimonio de su origen medieval. Presenta tres arquivoltas de medio punto decoradas con motivos diversos, perlas o bolas y billetes. Los motivos vegetales y animales afrontados abundarán en los capiteles de sus columnas.

En el siglo XVII esta fachada sufrirá una serie de transformaciones que formarán parte de ella, como el añadido de la espadaña, aportándole un nuevo lenguaje formal.


El tímpano, apoyado sobre mochetas ornamentadas con cabezas de toro, es bilobulado y en él figura la siguiente inscripción, descubierta por Vázquez Saco, que dice: «Esta iglesia fue consagrada en honor de la Bienaventurada María y de los santos Pedro Cosme y Damián, siendo Obispo de Lugo D. Rodrigo II, en la era MCCXX». Por tanto se sabe que Rodrigo II, obispo de Lugo, consagró este templo en el año 1182. (Lo cierto es que en la imagen no se aprecia muy bien la inscripción, disculpas).


Antes de concluir nos detenemos a contemplar el Parque Sanz Valdés. Tras conocer algo de la historia de Portomarín, el anegamiento y construcción del nuevo pueblo, continuamos caminando.


Fin.

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