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Ribeira Sacra. Monasterio de S. Estevo de Ribas de Sil (I). Llegada y Visita a la Iglesia.


Visitamos una vez más la Ribeira Sacra. En el municipio de Nogueira de Ramuín está situado el Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, también Parador Nacional.
En esta Parte I de la visita nos centramos en la iglesia del Monasterio. En los siguientes capítulos veremos los tres claustros, la escalera de honor y otras dependencias monacales así como daremos un paseo por el extraordinario entorno del Monasterio para ver los antiguos hornos.
En la iglesia se armonizan trabajos románicos, góticos, barrocos y neoclásicos. Planta basilical de tres naves y tres ábsides semicirculares. Destacan el retablo pétreo de época románica y el retablo mayor, de finales del siglo XVI.

Coordenadas de situación de Nogueira de Ramuín en Galicia. Amplíe el mapa y llegará al Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil: 42.416336, -7.685239

Llegamos al Monasterio y nos situamos junto al muro exterior. Justo aquí: 42.416336, -7.685239




Desde el mismo punto la belleza de este enclave, otro día, esta vez algo nublado. Observamos con atención los ábsides de la iglesia. Los laterales tienen mayor altura que el central, disposición constructiva única en Galicia, como se verá más adelante.





Continuamos caminando junto al muro por la empinada cuesta que desciende hacia la entrada al recinto del Monasterio. Desde aquí vemos la fachada principal de entrada, a la izquierda, la fachada de la iglesia y el cementerio. Estamos aquí: 42.416866, -7.685990




Seguimos este plano explicativo del recorrido de hoy en nuestra visita a la iglesia. La línea roja se inicia en el punto donde se encuentra el cruceiro que veremos a continuación. Nos dirigimos hacia la iglesia, rodeando el cementerio para ver la fachada sur. Volvemos sobre nuestros pasos hacia la fachada principal de la iglesia.

Una vez en su interior iniciaremos la visita en la nave lateral sur, los retablos que hay en este muro y el ábside. Desde allí nos centramos en el ábside central y el retablo mayor. Después veremos uno de los más importantes atractivos de la iglesia, el retablo pétreo de época románica. Este retablo está situado entre las naves central y norte. Ya para finalizar veremos el ábside norte, junto a la puerta de acceso al Claustro de los Obispos, la nave norte con sus retablos.




El cruceiro. Aquí: 42.417100, -7.686339



Nota: Los textos que figuran en cursiva han sido extraídos del libro titulado Monasterios de Galicia, pags. 214 y siguientes, de la Editorial Everest, año 1983, del erudito pontevedrés D. Hipólito de Sá Bravo.
Se trata de unos breves apuntes de D. Hipólito sobre la historia del Monasterio:
Resulta altamente ilustrativa la visita que se haga al complejo monumental formado por la iglesia y los claustros del que fue Monasterio benedictino de San Esteban de Ribas de Sil, punto central de la Rivoira Sacrata extendida a lo largo del río Sil, en el ayuntamiento de Nogueira de Ramuín, en la provincia de Orense.
La quietud llena de eremitorios, donde los monjes buscaban la soledad, para dedicarse a la oración y la penitencia, en las yermas soledades en otros tiempos tan sólo conocidas por los ermitaños que vivían por allí, y que en el siglo X determinaron unirse para vivir en el Monasterio que fundaran bajo la autoridad del Abad Franquila.



Se nos habla de un Monasterio de origen desconocido que aparece al dispersarse sus monjes para seguir vida eremítica. Más tarde, el ermitaño Franquila, que vivía en las proximidades de la ermita de San Juan de Cachón, reunió, a instancias del Conde Gutierre Meléndez, a todos los anacoretas que vivían dispersos en la vertiente de la montaña y por la Ribera, en el Monasterio que ya había existido, pero que entonces estaba abandonado.
Se reconstruyó conservando la advocación primitiva de San Esteban, a quien estaba dedicada la iglesia del desaparecido cenobio. Como prueba documental se cita el privilegio otorgado por el rey Ordoño II al Monasterio, a petición del Conde Gutierre y del Abad Franquila, en el año de 909, en el que se señalan los límites del coto del Monasterio y se confirma a los monjes la propiedad del mismo.
En el mismo año, el Papa Inocencio IV otorgó una Bula a favor de la fundación, para cortar la oposición que a ella hacían algunos señores de la comarca y el mismo Obispo de Orense, todos ellos disconformes con la fundación en aquellas tierras del Sil.



Ribas de Sil fue desde sus orígenes una escuela de Santidad. San Rosendo llevó monjes de este Monasterio al Abad Franquila para fundar el Monasterio de Celanova. Y en distintas épocas, varios obispos, renunciando a sus sedes episcopales, se retiraron a la soledad del Monasterio de Ribas de Sil.
En un privilegio de Alfonso XI, año 1220, menciona el rey los obispos que con fama de santidad vivieron y murieron en el Monasterio. Su numero fue de nueve y durante varios siglos sus sepulcros estuvieron en el claustro, que aún hoy es conocido como Claustro de los Obispos, hasta que en el siglo XVI fueron trasladados sus restos al altar mayor. Ambrosio de Morales dice que en su tiempo se tributaba culto a estos santos y se tenían en gran veneración sus reliquias.



La fama de santidad y la vida de los monjes hizo posible el incremento de los bienes y privilegios del Monasterio, hasta el extremo de encontrar en los señores de la comarca la más enconada oposición los abades, a la hora de ejercer los derechos jurisdiccionales que los reyes les habían concedido.
Abundaron por ello los pleitos y no faltaron las cartas y comunicaciones reales, defendiendo y confirmando los derechos y franquicias del Monasterio que también tuvo que sufrir los inconvenientes y abusos de los Abades Comendatarios.



En el año 1506, Julio II aprobó por documento pontificio la unión del Monasterio de Ribas de Sil a la Congregación de Valladolid, que no tardó en abrir en él un colegio de Artes y Filosofía.
Con esto comenzó allí una nueva vida y se iniciaron muchas obras en la iglesia y en el Monasterio, donde todavía quedan muestras extraordinarias del arte monacal, que tiene en Ribas de Sil uno de los conjuntos más importantes de la provincia de Orense.
Original iglesia, tres claustros de traza distinta, curiosa cocina monacal, restos de los hornos y panadería, y la amplitud de los dormitorios de los monjes, dependencias abaciales y lo que fue el refectorio y la sala capitular.






Estamos ahora junto al cementerio parroquial, al lado de la fachada de la iglesia. Aquí: 42.416950, -7.685762




Bajo el arco que se ve a la derecha de la imagen hay una reja con candado que nos va a impedir acceder para ver la fachada sur y los ábsides de la iglesia. Nos conformaremos con ver la fachada sur desde aquí: 42.416857, -7.685556




Contrafuertes y canecillos de la fachada sur.

 









Volvemos sobre nuestros pasos, nos dirigimos, ahora si, a la entrada de la iglesia. Mientras caminamos observamos la majestuosidad del edificio. En el siguiente capítulo veremos al detalle la fachada del Monasterio.









Mientras nos encaminamos a la entrada, un breve apunte de D. Hipólito de Sá sobre la iglesia:
Curiosa la iglesia en la que están armonizados trabajos románicos con elementos ojivales, barrocos y neoclásicos en su planta basilical de tres naves y tres ábsides semicirculares, ofreciendo el central la particularidad de ser de menor altura que los laterales, disposición constructiva única en Galicia, y tener interiormente unos profundos nichos semicirculares, que se extienden hasta el arranque de la bóveda de cascarón.
Una factura curiosa que nos recuerda la factura del ábside de la capilla central de la girola de la catedral de Santiago, así como los ábsides de las iglesias de San Esteban de Ribas de Miño y Santa María de Pesqueiras, en la provincia de Lugo.

 Vamos a entrar. Aquí: 42.417021, -7.685636





 Al entrar en la iglesia hay un panel informativo que leemos con interés:
La magia del románico gallego.
Consagrada en el siglo XII, la iglesia de Santo Estevo es uno de los más bellos ejemplos del románico gallego. Su planta, espaciosa y proporcionada, es basilical y está dividida en tres naves de cuatro tramos, con los tres ábsides en la cabecera. Ésta y el tramo siguiente corresponden al románico mientras que los dos posteriores se asocian a un gótico avanzado.
La cubierta original del templo, que era de madera, fue sustituida en el siglo XVI por las actuales bóvedas nervadas, al igual que sucedió con la románica fachada principal, ahora mucho más sencilla. Los tres ábsides son semicirculares, con el central algo más bajo que los laterales para dejar espacio a un amplio rosetón que ilumina el templo. Todos son de estilo románico y están divididos por contrafuertes en forma de prolongadas columnas que alcanzan la cornisa.

Vista de la nave central.




Vidriera del rosetón que ilumina el templo, situado sobre el ábside central.




 Nos dirigimos a la nave sur, entrando a la derecha.






Hay dos bustos a ambos lados, en dos de las pilastras que hay entre la nave central y las laterales. Este es el que se ve entrando a la derecha.






Este es el otro busto, situado enfrente del anterior.




Elevando la vista vemos las columnas adosadas y los capiteles. Esta parte de la iglesia es de estilo gótico avanzado, como hemos leído en el panel informativo.






Y elevando aún más la vista podemos ver las bóvedas que cubren esta parte de la iglesia.








Nave sur, o nave de la derecha.





Retablo situado en esta parte de la nave sur, un poco a oscuras. Retablo de San Roque, barroco, del siglo XVIII.




 Imágenes del retablo. San Roque.




Imagen de San Nicolás. Esta es la única imagen, junto al retablo mayor, que más tarde veremos, que ha “sobrevivido” de los cuatro retablos encargados a Juan de Angés, el Joven, a finales del siglo XVI, para el Monasterio de Ribas de Sil.




 Bóveda de la nave sur en este tramo, sobre este retablo.




 Miramos desde aquí a la entrada.




A la derecha, también un poco a oscuras, un segundo retablo de la nave sur y, a la izquierda, el ábside, retablo y la bóveda del ábside, de cascarón.




 Ahora vemos este segundo retablo algo mejor.




Nos situamos ahora al lado del ábside, vemos el púlpito y la reja que separa el primer tramo de las naves de la iglesia, de estilo románico, de los otros tres (el segundo tramo también románico y los otros dos, de estilo gótico avanzado, ojival, diría el admirado profesor De Sá).




 También desde aquí vemos la vidriera del rosetón situado sobre la entrada, en la fachada principal.




Ábside sur y retablo.




 Seguimos a oscuras.




 Capiteles del arco triunfal del ábside sur, bóvedas de la nave sur y parte de la de la nave central.




 Capitel del arco triunfal del ábside sur.




La columna que se ve a la derecha de la imagen, entre los ábsides sur y central, contiene una inscripción con la fecha en la que se inició la construcción de la iglesia, año 1183.





Ahora nos situamos en la nave central, el ábside, el retablo mayor y la bóveda del ábside, de cascarón.




Bóveda de los cuatro tramos de la nave central.




Sepulturas situadas delante del altar mayor.




Nos acercamos al retablo mayor.



 Nota: los textos en cursiva han sido extraídos de la obra Opus Monasticorum. Patrimonio, Arte, Historia y Orden. Editado en el año 2005 por la Xunta de Galicia, Consellería de Cultura, Comunicación social y Turismo, Dirección General de Patrimonio Cultural. Coordinador de la obra José Manuel B. López Vázquez.
 La obra se divide en dos partes: Estudio Histórico y Estudios Artísticos. Los textos extraídos pertenecen a la segunda parte, en concreto al capítulo titulado Los retablos mayores: homilía contrarrefornista y propaganda monástica, pags. 215 y siguientes. Autor José Manuel B. López Vázquez:
El retablo mayor de San Esteban de Ribas de Sil fue contratado por el abad y la comunidad del monasterio con el escultor Juan de Angés, el mozo y el pintor Manuel de Arnao el 21 de abril de 1593.



El retablo se compone de banco y cuatro cuerpos distribuidos en cinco calles y, según María Dolores Vila Jato, <<en la predela (https://es.wikipedia.org/wiki/Predela) se representan los evangelistas en cuatro compartimentos apaisados, completándose con las representaciones de santos benedictinos en los pedestales de las columnas del primer cuerpo, en este se distribuyen, en las hornacinas laterales, a san Benito y a san Gregorio Magno mientras que en las calles intermedias se ocupan con dos relieves que representan sendas flagelaciones de mártires>>.
Miguel Ángel González García identifica las dos escenas hagiográficas como <<el martirio de san Vicente y santa Cristina, titulares de las dos abadías pocos años antes incorporadas a San Estevo como prioratos. Se buscó un tema común en ambas biografías, con una simetría que marca toda la estética del momento>>.
Por mi parte (José Manuel B. López Vázquez), deseo añadir en este punto de mera identificación iconográfica, que los santos representados en los netos de los plintos de la predela son san Plácido, san Mauro, san Bernardo, en el lado del evangelio y santa Escolástica, santa Gertrudis la magna y santa Lucía en el de la epístola.



En el segundo cuerpo del retablo, y ocupando las hornacinas laterales, se encuentran dos apóstoles, cuya identificación dificulta la desaparición de atributos, si bien probablemente el de la izquierda sea san Pedro y el de la derecha san Pablo, en los dos relieves de este segundo cuerpo se representan la Anunciación y la Adoración de los pastores.
En el tercer cuerpo ocupan las hornacinas laterales las figuras de san Juan Bautista y santa Catalina, en tanto que los relieves representan la circuncisión, la Epifanía en la calle central y la Presentación en el templo.
En el último cuerpo, ocupado por los relieves de Jesús entre los doctores y las Bodas de Caná y, en la calle central, como remate del retablo se encuentra la Asunción de María. La Virgen asciende sobre un trono de nubes ayudada por ángeles, mientras que otros la coronan>>.
La iconografía del retablo indudablemente venía mediatizada, primero, por el patrón del monasterio, el protomártir san Esteban y, segundo, por tratarse de una iglesia monástica benedictina, lo que llevaría a enfatizar no sólo la presencia de santos benitos o relacionados con esta orden, sino también la de María, pues los benedictinos se caracterizaron por exaltar desde siempre a la madre de Dios.

 Partes de un antiguo coro, a ambos lados del altar mayor.







Volvemos a situarnos en la nave central. Vemos, a la izquierda, el retablo pétreo, a la derecha, parte del ábside central.




Hay un panel informativo, situado en el centro de la Iglesia, en la nave central, junto a la puerta de la reja a la que nos hemos referido con anterioridad. Transcripción:
Arte sacro oculto por la cal.
La iglesia se halla decorada con importantes obras de arte. De entre ellas, destaca un retablo de granito terminado en frontón en el que aparecen Cristo y los doce apóstoles, ubicado a la izquierda del altar. Se trata de una talla románica que los historiadores sitúan en los siglos XII ó XIII. En el transcurso de unas obras de restauración, realizadas en los años 50, apareció empotrada y cubierta de cal en los muros de la segunda planta de la galería del “Claustro dos Cabaleiros”. Las figuras se hallan de pie y de frente, haciéndose más pequeñas a medida que se alejan del centro, apoyadas sobre unos arcos que guardan un asombroso parecido con los de la planta inferior del “Claustro dos Bispos”. La iglesia cuenta además con importantes tallas y retablos, entre los que destaca el situado en la nave central, el único que queda de los cuatro que realizó Juan de Angés para el templo.










Lado opuesto del retablo. Tiene arcos de medio punto sobre columnas y en el centro la figura de Cristo.





Un poco mejor...




Retablo situado en la nave lateral norte, al lado del retablo pétreo.




Puerta de acceso al Claustro de los Obispos y el arco de la primitiva puerta de acceso al mismo.




Ábside norte.




El retablo visto ahora desde detrás de la reja.




Este otro retablo está situado en el siguiente tramo de esta nave norte.






Escudo del Monasterio, en la parte superior del retablo. Tiene la representación de las nueve mitras de los nueve obispos, a los que hace referencia D. Hipólito de Sá en el repaso histórico que se puede leer más arriba.




 Pila bautismal. Esquina noroeste de la iglesia.




 Vista de la puerta de la iglesia desde donde está la pila bautismal.




 Nos dirigimos a la salida.



 Aquí termina la visita a la iglesia del Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil.
 Continuará.


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