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Iglesia de San Martín Pinario. La Nave del Crucero y sus dos Retablos. Santiago de Compostela.


Santiago de Compostela. Seguimos con nuestra visita a la iglesia del que fue Monasterio de San Martín Pinario. En el interior de la misma hoy vamos a ver la nave del crucero, con sus dos retablos, el de San Benito y el de la Virgen Inglesa, ambos de Fernando de Casas y ambos de 1742. Nos fijaremos también el las bóvedas, los balcones y la imponente cúpula. Además, veremos los enterramientos junto al Retablo de San Benito.



Coordenadas de situación de la Iglesia del Monasterio de San Martín Pinario en Santiago de Compostela: 42.882254, -8.543700


Nota: En cursiva, los textos transcritos de los paneles informativos que hay en la iglesia.

Nota 2: Para la documentación de las imágenes hemos bebido en las fuentes de: http://www.museosanmartinpinario.com/80-articulos-destacados/76-la-iglesia-y-el-museo

En el capítulo anterior, dedicado a la nave y las seis capillas de la iglesia terminábamos nuestro recorrido por las mismas asomándonos a la nave del crucero en la que ahora nos encontramos. Lo hacíamos desde el arco que se ve a la izquierda de la imagen, desde la tercera capilla situada a la derecha de la nave según se entra en la iglesia, la Capilla de Santa Escolástica.

En la imagen también se ve la propia nave principal y los tres arcos que la separan de las tres capillas de la izquierda, así como la espectacular bóveda de casetones, una de cuyas partes, de menor altura, sostiene el coro alto, o coro lígneo, y los balcones que recorren toda la nave.



Elevamos la vista y aparecen también la cúpula y la bóveda de casetones de esta parte del crucero.



Retablo de la derecha, lado sur de la nave del crucero. Retablo de San Benito.



Panel informativo. Transcripción:

Retablo de San Benito.

1742.

Fernando de Casas y Francisco de Casas (entallador).

Fernando de Casas lo traza en 1742, siguiendo similares formas al dedicado a la Virgen en el otro lado del crucero. El retablo consta de dos cuerpos, el inferior de tres calles separadas por columnas salomónicas, y el superior de una sola calle con hornacina, frontón partido y remate piramidal. La labor escultórica se debe a escultores formados en el taller de Romay.

La calle central está dedicada al Santo Patriarca. Su imagen nos recuerda, a través de sus atributos, su autoridad y dignidad (báculo y mitra), su labor legislativa (libro de la Regla) y su poder taumatúrgico (cuervo con pan en el pico). En el relieve del ático se muestra el episodio de la vida del Santo recibiendo asistencia divina en el momento de escribir la Regla.

En las calles laterales figuran, en la parte baja, San Plácido y San Mauro, discípulos predilectos de San Benito, y arriba San Anselmo y Santo Tomás de Aquino.

Coronan el retablo en la parte media, además del relieve del éxtasis de San Benito, la representación de la Trinidad y un San Miguel triunfante sobre el demonio.

San Agustín y San Francisco rematan las calles laterales. San Agustín como doctor de la Iglesia y fundador lleva como atributos una pluma y una maqueta de la Iglesia. San Francisco porta el bastón de peregrino y un cesto de peces que, como foro, pagaban todos los años los franciscanos de Santiago al monasterio de San Martín Pinario por la cesión de los terrenos en los que se levantó la iglesia de San Francisco de Santiago de Compostela.



Corona el retablo la imagen de San Miguel triunfante sobre el demonio.



San Benito, en la calle central.



San Plácido. Calle lateral derecha, parte inferior.



San Mauro. Calle lateral izquierda, parte inferior.



Santo Tomás de Aquino. Calle lateral derecha, parte superior.



San Anselmo. Calle lateral izquierda, parte superior.



Corona el retablo, calle lateral de la parte derecha, San Agustín como doctor de la Iglesia y fundador lleva como atributos una pluma y una maqueta de la Iglesia.



Estatua de San Agustín desde lo alto del balcón de la nave central al que se accede desde el coro alto, también llamado coro lígneo.



Corona el retablo, calle lateral de la parte izquierda San Francisco, que porta el bastón de peregrino y un cesto de peces que, como foro, pagaban todos los años los franciscanos de Santiago al monasterio de San Martín Pinario por la cesión de los terrenos en los que se levantó la iglesia de San Francisco de Santiago de Compostela.



San Francisco, también desde lo alto del balcón de la nave central al que se accede desde el coro lígneo.



Parte superior, representación de la Trinidad con la esfera celeste (es una de las diferentes representaciones de la Trinidad). Parte inferior, relieve del éxtasis de San Benito.



Ambas representaciones parecen verse algo mejor desde lo alto del balcón de la nave central al que se accede desde el coro alto, balcón al que ya nos hemos referido antes...



Escudo de Castilla y de León, situado justo debajo del relieve del éxtasis de San Benito.



Representación de El Sol, situado sobre San Benito y debajo del escudo de Castilla y de León.


La significación del Sol se aclara con la leyenda que consta en la cartela que portan dos ángeles sobre él: “Sicut sol refulgens sic iste refulsit in templo dei. Es un fragmento de una sentencia más larga: “Quasi stella matutina in medio nebulae et quasi luna plena in diebus suis lucet et quasi sol refulgens, sic iste refulsit in templo Dei”. En español se traduciría así: “Como la estrella de la mañana entre nubes, y como la luna llena en los días del plenilunio, y como el sol radiante sobre el templo del Altísimo”. Esta sentencia está extractada del Antiguo Testamento, en concreto del Eclesiastés, capítulo 50, versículos del 6 al 7. Su relación con el mundo benedictino viene dada por las constantes alusiones a la humildad que se hacen en este libro sapiencial, siendo esta virtud una de las máximas de la orden creada por el santo italiano. (Nota: Este texto en cursiva ha sido extraído dehttp://www.museosanmartinpinario.com/80-articulos-destacados/76-la-iglesia-y-el-museo).

Predela o banco del retablo.



A la derecha vemos uno de los balcones laterales, ya mencionados, de 1685, que parten del coro alto y llegan hasta el crucero. Sobre el propio crucero, en sus extremos, sobre los dos retablos hay dos balcones en cada lado. En la imagen, uno de los dos balcones de esta parte del crucero donde se encuentra el retablo de San Benito.



Detalle del balcón y las ménsulas que lo sostienen.



Vista del retablo de San Benito desde el balcón de la izquierda.



Ahora bajamos de las alturas y volvemos a estar a ras de suelo. En la zona que rodea el retablo de San Benito hay una serie de tumbas, estas que vemos son cuadradas, anónimas. A continuación vamos a saber más acerca de esto.



Panel informativo situado en esta parte del crucero, junto a la entrada a la sala de la statio, primera de las salas del Museo. El panel hace referencia a las tumbas que hay junto al retablo de San Benito. Transcripción:

San Martín Pinario.

Un espacio para la muerte.

La antigua práctica de inhumación en el interior de las iglesias se mantuvo en el periodo barroco a pesar de las reiteradas prohibiciones de la Iglesia Católica. Los espacios preferidos por los fieles para ser enterrados eran los cercanos al altar: el coro y el crucero. Así, el difunto era sepultado en suelo sagrado y, de algún modo, “participaba” en las ceremonias litúrgicas que celebraban los vivos.

La iglesia de San Martín Pinario no sólo era el lugar de culto de los monjes, sino que también cumplía la función de cementerio para los miembros de la comunidad benedictina. En su interior se distinguen tres espacios funerarios bien diferenciados: el coro, el crucero y la capilla del Socorro; cada uno de ellos con una función distinta.

La profundidad del ábside de la iglesia y la necesidad de salvar el desnivel del terreno motivaron la construcción de una cripta bajo el coro, que fue utilizada como osario. Su ubicación no sólo reponde a una cuestión funcional, sino también simbólica, ya que los monjes celebraban en el coro el Oficio Divino.

El crucero es el espacio funerario más significativo de la iglesia de San Martín Pinario. La mayor parte del solado son losas tumbales cuadradas que corresponden a sepulturas anónimas, a las que únicamente se les asigna un número. Se trata de un cementerio para los profesos del monasterio. No obstante, esta norma del anonimato se rompe en varias lápidas colocadas a los pies del retablo de San Benito. Allí se encuentran las laudas de varios abades del siglo XVII: Gaspar Vaca de Bazán, Miguel de Luxán y José de Guzmán.

Tampoco faltan en el crucero los enterramientos de miembros de la nobleza compostelana de finales del siglo XVII, como la tumba de don Francisco de Lamas Carballido Sotomayor.

La capilla del Socorro es uno de los últimos espacios funerarios utilizados en la iglesia, especialmente tras la exclaustración de los monjes, cuando se convirtió en parroquia de San Juan. Allí se encuentran, entre otros, los restos de uno de los últimos profesos que tomaron el hábito benedictino en San Martín: fray Pablo Martínez Moreno.

Esta práctica de la inhumación dentro de los templos fue totalmente prohibida por las autoridades civiles y eclesiásticas desde mediados del siglo XIX, utilizándose para ello los cementerios parroquiales y municipales.


A ambos lados del retablo de San Benito están las tumbas de los abades o nobles compostelanos a los que se refiere el panel informativo.





Antes de pasar a ver el otro retablo, nos detenemos a observar la bóveda de casetones sobre esta parte del crucero donde está el retablo de San Benito y la cúpula, así como los balcones.



Retablo de la Virgen Inglesa.

Situado en el lado norte de la nave del crucero, parte izquierda, si miramos desde la entrada a la iglesia.



Panel informativo. Transcripción:

Retablo de la Virgen Inglesa.

Ca. 1742.

Fernando de Casas.

Fernando de Casas lo proyecta, igual que el de San Benito, en 1742. El retablo consta de dos cuerpos. El inferior tiene tres calles separadas por columnas salomónicas y un frontón partido. La labor escultórica -salvo la imagen de la Virgen que lo preside y que es de origen inglés- se debe a escultores formados en el taller de Romay.

La titular del retablo ocupa la hornacina central y fue repintada en la época barroca. Una tradición la supone tallada en Inglaterra y traída por los católicos exiliados en la época de Enrique VIII. Su presencia en el monasterio no está documentada hasta 1607.

En las hornacinas laterales, en un nivel más bajo, se sitúan San José con el Niño y San Juan Bautista. Arriba se muestran los progenitores de María: San Joaquín y Santa Ana. En el ático se exalta la figura de la Virgen con la escena de su coronación y la imposición de la casulla a San Ildefonso. Remata el conjunto la imagen del Arcángel San Gabriel, anunciador de la Encarnación. Sobre las calles laterales se disponen dos santos fundadores: Santo Domingo de Guzmán, a la derecha, y San Ignacio de Loyola, a la izquierda.



El retablo visto desde el balcón de la derecha que está sobre la nave.



La Virgen con el Niño, la Virgen Inglesa, en la hornacina central del retablo.




San Juan Bautista. Calle lateral derecha, parte inferior.



San José con el Niño. Calle lateral izquierda, parte inferior.



San Joaquín. Calle lateral derecha, parte superior.



Santa Ana. Calle lateral izquierda, parte superior.



Santo Domingo de Guzmán. Sobre la calle lateral, corona el retablo, parte derecha.



San Ignacio de Loyola. Sobre la calle lateral, corona el retablo, parte izquierda.



San Gabriel Arcángel. Remata el retablo (aunque apenas se le distingue, disculpen).



En el ático se exalta la figura de la Virgen con las escenas de su Coronación (parte superior de la imagen) y la imposición de la casulla a San Ildefonso.



Debajo de las dos escenas, el escudo de San Martín Pinario y la Luna casi llena.


Sobre la Virgen Inglesa podemos ver una Luna, con la inscripción: “Quasi luna plena in diebus suis lucet, “Como la luna llena en los días del plenilunio”. Es del mismo versículo del Eclesiastés que la cita del Sol del retablo de San Benito, y potencia el significado de la luna como símbolo de la Virgen que ya aparece citado en el Apocalipsis, y que la representa en uno de los dogmas de fe más importantes de la cristiandad: la Inmaculada Concepción de María. (Nota: Este texto en cursiva ha sido extraído de: http://www.museosanmartinpinario.com/80-articulos-destacados/76-la-iglesia-y-el-museo).


Al lado del retablo se encuentra la puerta de acceso al Oratorio de San Felipe Neri. Vemos también dos ambones (púlpitos) a los lados del altar y del retablo mayor. A la derecha de la imagen, al fondo, el retablo de San Benito.



El oratorio de San Felipe Neri no es visitable.



En este lado del crucero hay un tercer ambón (púlpito).





Uno de los dos balcones que hay en esta parte del crucero en donde se encuentra el retablo de la Virgen Inglesa. También se puede ver la bóveda de cañón con casetones y la imagen de San Ignacio de Loyola.




El otro balcón, el del lado contrario.



La imponente cúpula la diseñó el arquitecto Bartolomé Fernández Lechuga, que llegó a San Martín Pinario en 1626, tras la muerte de Mateo López. Lechuga realizó importantes obras en el Monasterio, entre ellas esta impresionante cúpula nervada con sus doce ventanas.



Con la impresionante vista de la cúpula ponemos fin a la visita a la nave del crucero de la iglesia de San Martín Pinario. En el próximo capítulo veremos la cabecera y el retablo mayor.

Fin.


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