Visitamos
el municipio de Vila de Cruces, en el interior de la provincia de
Pontevedra. Aquí se encuentra situado el que fue Monasterio de
Camanzo, benedictino, primero de monjes y posteriormente de monjas.
Fundado en el siglo X, se conserva la iglesia, románica, del siglo
XII, de planta basilical. Llaman la atención sus ábsides, de
distinta planta en su trazado exterior e interior, de influencias
prerrománicas. También sus portadas y las pinturas murales en el
interior, del siglo XVI. Y, por supuesto, el claustro.
En
esta Parte 1 vamos a ver el exterior del Monasterio, las fachadas de
la iglesia, los ábsides, la torre campanario, las portadas y... un
poco de historia.
Coordenadas
de situación de Vila
de Cruces en
Galicia. Amplíe el mapa y llegará al
Monasterio de Camanzo: 42.794562, -8.321108
Nota:
Los textos que figuran en
cursiva han sido
extraídos del libro titulado Monasterios de Galicia, pags. 360 a
368, de Editorial Everest, 1983, cuyo autor es el erudito pontevedrés
D. Hipólito de Sá Bravo.
Llegamos
a Camanzo.
Intercalamos
unos párrafos, en cursiva, en los que D. Hipólito de Sá nos
da unos apuntes acerca de la historia del Monasterio:
La
iglesia de San Salvador de Camanzo es el recuerdo del antiguo
Monasterio benedictino que en dicha parroquia fundó en el siglo X el
Conde don Gonzalo y su esposa doña Teresa. Monasterio que fue de
monjes y después quedó como Monasterio de monjas benedictinas.
Sabemos que en el año 1115 fue donado a la iglesia compostelana por
doña Urraca con otras heredades e iglesias.
Nos
aproximamos a la verja de entrada. El cementerio está situado en la
parte de la cabecera de la iglesia.
Y
por su parte el arzobispo Gelmírez, en agradecimiento a los monjes
por las atenciones que tuvieron con él en los días de su prisión
en el Castillo de Cira les donó, en el año 1112, en la persona del
abad Pedro, todos los diezmos de las ermitas que había dentro del
Coto del Monasterio.
Nos
encaramamos a la parte alta del cementerio. Desde aquí vamos a hacer
un recorrido alrededor del recinto del Monasterio. Empezamos en esta
parte este, con los ábsides y el exterior del claustro.
Años
más tarde es doña Urraca Fernández, hija de don Fernando Pérez de
Traba, Conde de Galicia, la que deja en su testamento varias mandas
en favor de los monjes del Monasterio de Camanzo, cuya nombradía e
importancia religiosa debía ser mucha, ya que encontramos diversas
donaciones de señores de Galicia en favor de los monjes de
dicho Monasterio.
Don
Alfonso Ruiz de Bendaña, que murió sin sucesión, nombró en 1253
herederos a los que residían en el Monasterio de Camanzo bajo la
observancia del abad don Juan Fernández y la disciplina de la Regla
de San Benito. Quiere que su enterramiento se haga en la iglesia del
Monasterio y determina las misas que deberán celebrarse en sufragio
de su alma, por lo que deja a los monjes diversas heredades y bienes
que poseía en Santa Eulalia de Arca y en San Julián de Cebreiro.
Vemos
la parte exterior del claustro del Monasterio, su lado este.
Este
Monasterio no sabemos en qué fecha dejó de ser comunidad de monjes,
para quedar de religiosas, que se incorporaron al de San Payo de
Antealtares. En determinadas ocasiones las benedictinas de
Santiago se retiraban a Camanzo, donde seguían su vida sometida a la
observancia regular.
Ahora
estamos al lado de la fachada sur de la iglesia. Esta es la parte
donde está la nave lateral sur, que veremos al visitar el interior.
A la derecha divisamos el cementerio.
Seguimos
caminando por esta fachada sur, ahora más cerca de la fachada
principal. Vemos la portada de esta fachada y, a la derecha, la
citada nave lateral.
Fachada
principal. Más tarde la veremos al detalle. Ahora vamos a continuar
rodeando el recinto que componen la iglesia y las demás dependencias
del Monasterio.
Caminamos
por esta pista asfaltada y vemos la parte exterior del claustro, su
lado occidental. A la derecha, la base de la torre campanario.
Ventanuco
en este muro del claustro.
Unos
pasos más adelante, el portalón de entrada al claustro.
Llegamos
a la esquina
noroeste del
claustro.
En
el capítulo siguiente veremos el interior del mismo.
Y
esta es la parte norte exterior del claustro.
El
lado
norte, un
poco más adelante, desde debajo de esta parra.
No
se puede terminar de circundar el Monasterio, hacia el cementerio,
por lo que regresamos para ver con más detalle la fachada principal.
Fachada
principal.
Volvemos
a D. Hipólito de Sá:
La
fachada fue rehecha en parte, pero conserva la portada antigua en la
que se nota la influencia de la escuela compostelana. Doble
archivolta sobre un par de columnas rodeando el tímpano historiado
que se apoya en mochetas ornamentadas. En la archivolta interior
ángeles en forma radial y en la clave la imagen probablemente del
Salvador en actitud de bendecir y en la exterior ornamentación
floral. En el tímpano, el Salvador bendiciendo.
Fachada
sur.
En
el muro sur, otra puerta rehecha en la que se conservan algunos
elementos de la portada antigua.
En
el lapso de tiempo comprendido entre nuestras visitas a Camanzo ha
“aparecido” este panel informativo.
Panel
informativo. Transcripción:
Descripción
del monumento.
Fundado
en la primera mitad del siglo X y habitado por monjes. A finales del
siglo XV fue reconvertido en priorato de monjas e incorporado al
monasterio compostelano de San Paio, de quien dependerá hasta la
desamortización.
El
templo actual fue levantado en la segunda mitad del siglo XII sobre
un primitivo cenobio.
Destacan
los elementos decorativos de las arquivoltas de los arcos interiores,
sobre todo los de la puerta principal con cuatro ángeles realzando
la imagen de San Salvador que preside el tímpano. Parte de la bóveda
de cañón que cubre el presbiterio está cubierta con pinturas de
mediados del XVI. Destaca en al altar la figura pétrea del Salvador,
del siglo XII.
La
iglesia comunica, a través de una puerta adornada con diversas
molduras, con un precioso claustro formado por un conjunto de
columnas y arcadas.
Ábsides.
Seguimos
a D. Hipólito de Sá:
Exteriormente
los ábsides presentan una planta distinta a la que tienen por dentro
y de aquí la particularidad que tanto llama la atención a los
estudiosos.
En
los ábsides laterales encontramos una particularidad,
ya que si al exterior son semicirculares, interiormente su planta es
de herradura, según hemos dicho. En el tambor semicircular, dos
vanos divididos por una columna adosada, teniendo ventanas en cada
uno de los vanos. Las ventanas son semicirculares con archivolta y un
par de columnas.
El
ábside central, que interiormente tiene planta rectangular terminada
en semicírculo, exteriormente ofrece una planta en forma de
herradura pues el arranque, que comunica con la cabecera de la nave,
cierra más en el diámetro del tramo semicircular, que está
dividido en tres tramos por dos semicolumnas adosadas, abriéndose en
cada tramo una ventana.
Fin
de la Parte 1. En el siguiente capítulo veremos el claustro del
Monasterio.
Continuará.
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