Ribeira Sacra. Iglesia Románica de San Xulián de Lobios. (II) Interior. En Sober. Provincia de Lugo.
Estamos
en el corazón de la Ribeira Sacra. El municipio de Sober tiene
infinitos atractivos: sus viñedos, los espectaculares paisajes desde
los miradores en el cañón del río Sil, la alfarería artesana de
Gundivós… entre otros. Hoy visitamos lo que ha llegado hasta
nuestros días del que fuera monasterio benedictino femenino, la
iglesia románica de San Xulían de Lobios.
En
esta Parte II vamos a ver el interior de la iglesia.
La construcción del templo
se inició ya bien entrado el primer tercio del siglo XIII. Aquí el
románico convive ya con formas del gótico temprano y el arte del
Císter. Destacan las
ménsulas capitel, el arco triunfal apuntado, la bóveda
de crucería del ábside,
retablos, la pila bautismal… y las pinturas murales góticas.
El
sol entra a raudales en esta mañana de septiembre. Ella está
sentada. Nos abrió la iglesia, nos regaló su tiempo y sus palabras.
Le damos las gracias.
Click Aquí para ver la Parte I: El Exterior.
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Coordenadas
de situación de Sober en Galicia. Amplíe el mapa y llegará a la
iglesia de San Xulián de Lobios: 42.407956, -7.531264
Nota:
Los textos en cursiva han sido extraídos de la Tesis Doctoral
de la Profesora Dª Teresa Claudina Moure Pena, que lleva por título:
Los Monasterios Benedictinos Femeninos en Galicia en la Baja Edad
Media: Arquitectura y Escultura Monumental, Capítulo 2: Monografías
de la Provincia de Lugo. Pags. 134 a 153. La autora es Licenciada en
Geografía e Historia (Universidad de Santiago de Compostela).
Especialidad de Historia del Arte Antigua y Medieval y de Museología.
Entramos
en la iglesia por la puerta de la fachada sur, a la izquierda de la
imagen, y nos situamos mirando a la puerta de la fachada principal,
sobre la que se sitúa el coro.
Prof.
Moure Pena:
Al
igual que otros templos monásticos benedictinos femeninos cercanos,
la abacial de San Xulián de Lobios presenta algunas características
estructurales que conceden a la misma notable personalidad y
singularidad en el ámbito monumental tardorrománico gallego.
El
templo, fruto de una única y dilatada campaña constructiva, es una
sencilla edificación propia de un monasterio de poca entidad.
Construido en cuidada sillería, consta de una sola nave y cabecera
estructurada en tramo recto presbiterial y capilla mayor de testero
recto.
La
nave de planta rectangular sin compartimentación interior en tramos
y una traza muy sobria y
que ha sido objeto de
reedificaciones cuyas huellas se evidencian en el alzado de los
lienzos laterales -desconocemos el alcance de tales intervenciones
así como el grado de alteración de la fisonomía original del
templo-.
Todo
el cuerpo de la nave se cubre con
una sencilla techumbre de madera apoyada directamente en los
paramentos perimetrales aunque podemos
conjeturar que originariamente se cubría con una estructura
abovedada como sugiere la presencia de contrafuertes adosados al
lienzo septentrional (norte)
del edificio destinados a contrarrestar las presiones de una posible
cubierta abovedada.
Hacia
occidente el cuerpo de la nave se cierra con la fachada occidental.
Al interior apenas ofrece cierto interés artístico ya que responde
a unos presupuestos estéticos análogos a los lienzos laterales. En
el nivel inferior se abre la portada bajo arco carpanel y sin
ornamentación y sobre ella una ventana de mayores dimensiones y
riqueza estructural que las del cuerpo de la nave.
La
ventana se presenta bajo un arco ojival. La tracería se compone de
dos arquillos moldurados con baquetones, óculo cuadrifolio y mainel (https://es.wikipedia.org/wiki/Parteluz).
En
el interior del templo se conserva una pila bautismal ubicada a los
pies de la nave bajo el coro de madera. Se trata de una sencilla pila
estructurada en copa tipo semicircular y fuste de sección cilíndrica
que descansa directamente sobre el suelo. Aunque su estado de
conservación no es muy bueno quedan evidencias de que la embocadura
de la copa se festoneaba con una serie de arcos ciegos apeados en
columnas.
En
el lienzo
septentrional, en el nivel inferior, bajo el coro de madera, se
perciben las huellas de una primitiva portada hoy tapiada y sobre
ella una vano de estructura análoga a los meridionales.
El
grado de deterioro que presenta esta parte del templo es superior al
del resto del inmueble, y esto se hace patente al evaluar las grandes
grietas que recorren su alzado desde los cimientos hasta la cornisa.
El riesgo de desplome amenaza no solo la estabilidad del templo sino
también la conservación de las interesantes pinturas murales de
época gótica descubiertas durante el proceso de desencalado de los
paramentos.
Antes
de continuar con las pinturas murales miramos al lado contrario, a la
puerta por donde entramos:
En
el paramento meridional (sur)
se
abre una portada bajo arco carpanel (https://es.wikipedia.org/wiki/Arco_carpanel)
desprovista
de elementos decorativos. El problema de la iluminación se resuelve
mediante dos pequeños vanos abiertos en un nivel superior y a ambos
lados de la portada. Son vanos muy sencillos, bajo arcos de medio
punto con derrame hacia el interior, carecen de columnillas
y hace de jambas el mismo muro.
Ahora
vamos a ver las pinturas murales. Se han datado, como mencionaba la
prof. Moure Pena, en la época gótica, pero no tenemos más
información acerca de su temática, autoría, etc.
El
siguiente es un pequeño fragmento situado debajo de los dos cuadros
de las dos estaciones del Vía Crucis, en el centro. También vemos
la grieta a la que se refería la autora al hablarnos del estado de
conservación de este muro norte del templo.
Continuando
por el muro vemos esta otra pintura,
apenas
se distingue, al
lado del retablo que
está situado en
esta
parte, ya llegando al arco triunfal.
Retablo.
Retablo
de la derecha, enfrente del anterior, en el muro sur.
Hacia
oriente un tramo recto sobreelevado con respecto a la nave, de escasa
longitud y planta rectangular, precede al ábside. Arco
triunfal apuntado de doble arquivolta. La decoración queda limitada
a una secuencia de rosetas tetrapétalas similares a las que exhibe
la arquivolta interna de la portada meridional.
Sobre
el arco triunfal se abre una sencilla ventana bajo sobrio arco de
medio punto que apea en columnillas con
unos capiteles muy erosionados.
Arco
triunfal. Columna de la derecha, con su ménsula capitel. Puerta de
la sacristía, muro sur.
Columna
de la izquierda del arco triunfal y la ventana que hay en este lado.
Esta
imagen nos ha salido algo descolorida.
Tras
el arco triunfal se accede al tramo presbiterial en el que se adoptan
una serie de planteamientos y concepciones arquitectónicas y
ornamentales que resaltan la singularidad del espacio. El paramento
sur (derecha)
ha visto alterada su estructura al adosarle el cuerpo de la sacristía
que además causó la desaparición del antiguo vano destinado a
iluminar el interior de la cabecera.
Ciertamente,
en ambos lienzos se abrían vanos de escasa luz. La insuficiente
luminosidad que proporcionaba este tipo de vano junto con la
desaparición del septentrional y la disposición del retablo mayor,
a finales del siglo XVIII, ocultando con ello el ábside y la ventana
abierta en el testero pudieron ser las motivaciones que llevaron a
alterar la estructura medieval del vano norte
(izquierda) del tramo
presbiterial que exhibe actualmente una traza rectangular.
Este
tramo se cubre con una bóveda de crucería armada por dos arcos
diagonales cruceros que
voltean de lado a lado sobre ménsulas-capitel. No es habitual el
recurso a este tipo de cubierta para templos monásticos tan modestos
como el de Lobios ya que tales estructuras acostumbran a destinarse
para templos de cierta entidad.
Su
presencia obedece a razones convencionales que tienen
que ver con el deseo de significar la obra. Los gruesos nervios no
tienen otro papel que el de crear la sensación de solidez y cierta
compartimentación.
La
bóveda se refuerza con un arco fajón apuntado
que voltea sobre columnas. Los basamentos quedaron sepultados al
sobreelevarse el nivel de la cabecera.
Columna
de la derecha. La puerta de la sacristía queda ahora a la derecha.
Columna
de la izquierda, norte, del arco fajón.
Pero
no es
ésta (la
autora se refiere a la bóveda)
la única excepcionalidad que advertimos, ya que el recurso a las
ménsulas capitel constituye una distinción inusitada. Éstas se
conciben más como elementos de valor plástico que como auténticos
elementos estructurales. Las cuatro ménsulas exhiben motivos
esculpidos. Se aprecia con nitidez una clara intencionalidad de
unificar las ménsulas y los capiteles.
Ménsula
capitel
de la columna de la derecha del
arco triunfal. Ángulo S.O. El ángel de San Marcos.
Las
ménsulas – capitel son
un elemento estructural característico de la arquitectura
tardorrománica galaica y, en opinión de Valle Pérez, de clara
progenie borgoñona. La solución habría de alcanzar cierta difusión
traspasando las fronteras peninsulares y extendiéndose hacia tierras
castellanas.
Ménsula
capitel
de la columna de la izquierda
del arco triunfal. Ángulo N.O. El toro de San Lucas.
En
opinión del historiador estos ensayos castellanos constituyen el
horizonte estilístico y referente para esta inusual concepción
adoptada en la catedral orensana desde donde se difundirá con éxito
por el paisaje tardorrománico gallego y con cierta aceptación en
las grandes abaciales cistercienses como Santa María de Oseira –ca.
1185-1230- y Santa María de Melón –ca- 1200-475 y también en
Xunqueira de Ambía –ca. 1200-, Santa Mariña de Augasantas –ca.
1200- o San Juan de Portomarín –ca. 1200-, como advertimos todos
ellos templos de una complejidad y entidad arquitectónica superior a
la de Lobios.
Ménsula
capitel
de la columna de la derecha del
arco fajón. Ángulo S.E. El águila de San Juan.
Sin
embargo, las ménsulas de Lobios reciben un tratamiento estético
excepcional que nos habla de cierto afán de innovación por parte
del artista. En contraste con sus precedentes las ménsulas-capitel
de la cabecera de San Xulián de Lobios exhiben motivos figurativos
esculpidos en su superficie. En ellas aparece representado el
Tetramorfos según la visión de Ezequiel: vivientes: el toro de San
Lucas (ángulo N.O), el león de San Marcos (ángulo N.E), el águila
de San Juan
(ángulo S.E) y el ángel de San Marcos (ángulo S.O).
Ménsula
capitel
de la columna de la izquierda
del arco fajón. Ángulo N.E. El león de San Marcos.
Tras
el tramo presbiterial se abre el ábside de reducidas dimensiones y
testero recto. Lamentablemente la disposición del retablo barroco
colocado a finales del siglo XVIII imposibilita el estudio de este
espacio.
Retablo
mayor.
Antes
de concluir, subimos al coro.
Mientras
vemos esta parte de la iglesia, escuchamos atentamente las
conclusiones de la autora:
En
conclusión, el templo monástico de san Xulián de Lobios es
resultado de un lento proceso constructivo
que debió iniciarse bien entrado el primer tercio del siglo XIII.
Sus concepciones arquitectónicas y escultóricas responden a una
etapa en la que patrones acuñados en el románico conviven con
nuevas formas procedentes del gótico temprano y el lenguaje propio
del arte del Císter.
El
resultado es un templo que nace en un proceso de cambio, con
planteamientos nuevos y sin una experiencia que avale, si bien
resulta interesante y peculiar por su avance técnico, pese a ciertos
titubeos en algunas concepciones.
El
resultado es: una cabecera acorde con las modas arquitectónicas del
primer tercio de la duodécima centuria tanto en planta como en
alzado (capilla
rectangular de testero recto y tramo presbiterial separados por
semicolumnas),
soportes y diseño de vanos románicos y arco apuntado en la
embocadura del ábside y capilla mayor preparados para una bóveda de
crucería. Un cuerpo de nave en el que se introducen concepciones
estéticas y arquitectónicas foráneas vinculadas al mundo
tardorrománico castellano-leonés y un hastial occidental vinculado
plenamente a la estética gótica.
Ventana
situada
sobre el arco triunfal.
Ventana
de la fachada principal.
Aquí
concluye nuestra visita a la iglesia de San Xulián de Lobios, único
testigo del que fue monasterio benedictino femenino. En Sober.
Ribeira Sacra.
Fin.
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