Camino de Santiago. Iglesia Románica de Vilar de Donas, en Palas de Rei. Parte 4: Pinturas Murales, Ábside Central.
En
tiempos de Juan II, gran protector
de los peregrinos, que reinó entre 1406-1454,
se celebró el Año Santo, en
1434. En torno a ese año
se realizaron las pinturas murales del
ábside de Vilar de Donas, recientemente restauradas. En
este extraordinario conjunto pictórico se
representa la Anunciación,
la Virgen María y el Arcángel San Gabriel, un
ángel dormido y otro despierto (el Antiguo y Nuevo Testamento).
Sobre ellos, el Pantocrátor.
En
la parte inferior, el Cristo de los Dolores y, a ambos lados, el Rey
Juan II de Castilla,
acompañado de su esposa, María de Aragón, y
el Príncipe Enrique.
El
Camino llega a Palas de Rei. Nos desviamos apenas 2 kilómetros para
visitar Viar de Donas. Hubo aquí un monasterio, de carácter
familiar, que fue fundado a mediados del siglo XII, por las dos
donas, en la capilla de San Lorenzo, construcción primigenia
hoy desaparecida. En 1194, el monasterio es donado a la Orden de
Santiago, bajo cuya Regla permanecerá hasta 1746. La visita se
centra en la iglesia, románica, construida en la primera mitad del
siglo XIII, en tres fases. En la última de ellas ya se aprecia la
influencia de las formas góticas.
El
Rey Juan II de Castilla y su esposa, María de Aragón.
Click Aquí para ver todos los capítulos de la visita a Vilar de Donas.
Click Aquí para ver todos los capítulos de la visita a Vilar de Donas.
Nota:
Hemos entresacado algunos breves párrafos (en cursiva) del
libro del profesor e historiador José Luis Novo Cazón titulado: El
Priorato Santiaguista de Vilar de Donas en la Edad Media (1194-1500),
publicado en 1986, perteneciente a la Colección Galicia Histórica,
bajo el impulso de la Fundación Barrié.
Comenzamos
con este esquema para información del visitante, con la situación e
identificación de las figuras que componen las pinturas y un texto
explicativo.
Texto.
Transcripción:
Las
pinturas murales del ábside central de la iglesia de San Salvador de
Vilar de Donas.
Aplicadas
mediante la técnica del temple sobre una fina capa de revoco, datan
de finales del siglo XIV y comienzos del XV y se atribuyen a varios
autores, uno de los cuales dejó escrito: “ENNO ANO DE MILL CCCC
XXXIV (ANOS) (1434) PETRUS NUNI (o MUNI) DE TURIS (o BURIS) ME
FECIT”. Están consideradas una de las muestras pictóricas
más importantes descubierta en Galicia.
Bóveda:
(1) El Pantocrátor (El Salvador) sentado sobre un arco iris
con el mundo a sus pies y rodeado por una mandorla que sujetan dos
ángeles.
Parte
central: El tema de la Anunciación: El ángel San Gabriel (4) y la
Virgen María (5), por encima, el Rey David (2) y el Profeta
Jeremías (3), donde se puede leer: “YO PROFETIZE
++++ DE VOS VIRGEN MARIA COME EL SALVADOR DE VOS NACERIA”. En la
parte baja un ángel dormido (6) y otro despierto (7) hacen
referencia al Antiguo y al Nuevo Testamento respectivamente. El
Cristo de los Dolores (9) en el centro, y a la izquierda de éste,
Juan II y María de Aragón (8) (aunque algunos los confunden
erróneamente con las Donas), a la derecha, el Príncipe Enrique,
futuro Enrique IV (10).
Parte
izquierda: Santa Catalina de Alejandría con la espada (11), Sibila
de Eritrea (12), San Pedro (13) y San Pablo (14).
Parte
derecha: Santa Bárbara con el castillo (15), el Profeta Daniel (16),
San Andrés (17), y probablemente Santiago (18).
Empezaremos
por las columnas que sostienen el arco triunfal de acceso al ábside.
Columna
de la izquierda, norte, lado del Evangelio. Escudos, a ambos lados de
la columna decoración con motivos vegetales.
Columna
de la derecha, lado sur o de la Epístola.
Novo
Cazón: ...en
la columna del lado de la Epístola se escalonan tres bustos, el del
centro, muy deteriorado, corresponde a un hombre de espaldas al
ábside central; otro busto masculino, con idéntica orientación que
el anterior, a su izquierda; el de una mujer, mirando en dirección
contraria, completa la trilogía.
Escudos
bajo el capitel, más abajo un león (?). A ambos lados de la
columna, decoración con motivos vegetales.
Parte
recta, bóveda de cañón. No hemos sido capaces de saber a qué
personajes corresponden o qué representan las figuras de esta parte.
El prof. Novo Cazón explica que las pinturas están en un estado de
deterioro tal que impide su interpretación (destacamos que el
profesor publicó su obra en 1986 cuando, evidentemente aun no se
habían restaurado las pinturas).
“Sol”
(?).
¿Figura
femenina?, ¿ángel?.
Es
aquí, en el arco fajón que separa la bóveda de tramo recto del
cascarón del ábside, donde se halla una inscripción que lo recorre
en su totalidad, en la que, tal como señala el texto que acompaña
al esquema visto más arriba, uno de los autores de las pinturas dejó
escrito: “ENNO ANO DE MILL CCCC XXXIV (ANOS) (1434) PETRUS NUNI (o
MUNI) DE TURIS (o BURIS) ME FECIT”.
Bóveda
de cascarón.
El
Pantocrátor (El Salvador) sentado sobre un arco iris con el mundo a
sus pies y rodeado por una mandorla que sujetan dos ángeles.
Novo
Cazón señala: ...reconociéndose la presencia de una
figura de un Cristo en Majestad dentro de una
enorme orla circular, rota por el nimbo crucífero y por la bola del
mundo que le sirve de escabel, que sostienen dos ángeles sedentes, y
estrellas de ocho puntas salpicando el espacio restante, figuración
del cielo.
Ahora
descendemos a los muros de la parte recta del ábside. Comenzamos por
el de la parte norte.
San
Pedro y San Pablo.
Nicho
y los escudos de Castilla y de la Orden de Santiago.
Y
seguimos, por la parte recta del muro sur, similar al norte, salvo
por la presencia de la imagen de San Antonio de Padua.
Los
escudos de Castilla y de la Orden de Santiago también en este lado.
San
Antonio de Padua.
San
Andrés, izquierda, y, probablemente, Santiago.
Continuamos
con la parte central, con la escena de la Anunciación. Vamos
a seguir las explicaciones del prof. Novo Cazón (en cursiva
sus palabras):
La
Anunciación ocupa la zona preferente del paramento del
ábside central, alternando sus figuras con las tres ventanas
absidiales.
En
el macizo situado entre la ventana central y la de la derecha se
encuentra la figura de la Virgen, sentada, con su bella cabeza
coronada e inclinada graciosamente hacia el libro abierto sobre
facistol; su mano derecha señala con el índice extendido las
páginas escritas, en tanto la izquierda se abre en delicado gesto
protector sobre el vientre; la simbólica paloma, con las alas
desplegadas, acerca su pico a la frente de la Virgen, rompiendo con
su presencia el perfecto trazo circular del nimbo. Una inscripción
flanquea su cabeza: MATER DEY.
En
el macizo de la izquierda, entre la ventana central y la de aquel
lado, el arcángel Gabriel, reconocible por una inscripción, curiosa
por la metátesis, que flanquea su cabeza: GRAVIEL ANGEL, anuncia a
la Virgen el trascendental misterio.
Debajo
de las representaciones de la Virgen y el Arcángel, enmarcados por
sendos arcos trebolados y con un fondo de exuberante vegetación, se
encuentran dos bustos masculinos, en estado de vigilia el uno y
durmiendo el otro, se identifica el primero con el
Nuevo Testamento y con el Antiguo el segundo.
La
figura de Santa Catalina de Alejandría, con la espada.
Un busto femenino, enmarcado por arco trebolado y luciendo tocado
borgoñón, se sitúa en el espacio inmediatamente inferior de
dicho pilar.
En
el pilar del lado de la Epístola está representada Santa Bárbara,
sosteniendo en sus manos el castillo, atributo tradicional de su
iconografía.
Otro
busto, esta vez masculino, según se desprende del tocado que cubre
su cabeza, ocupa el espacio inmediatamente inferior de dicho pilar.
Sicart
identifica estos dos bustos, que indudablemente forman una pareja,
con los fundadores del monasterio, los Arias de Monterroso. Ambos, al
igual que las Santas Catalina y Bárbara, bajo cuya protección se
encuentran, dirigen sus miradas hacia la Anunciación.
Asimismo
forman parte de la citada escena de la Anunciación otros personajes,
identificables algunos por sus cartelas, relacionados con la
protagonista: Simeón y la profetisa Ana, a la izquierda; dos
personajes no reconocibles por no figurar en la actualidad en sus
cartelas los nombres que en otro tiempo seguramente les
identificaban, en el centro; los profetas Zacarías y Habacuc, a la
derecha.
Se
refiere el autor a las pinturas situadas en el interior de las
ventanas, entre las columnas, como la de la imagen que sigue. A estos
personajes no se hace mención en el esquema.
Simeón.
La
profetisa Ana.
Los
dos personajes, en la ventana del centro, a los que el autor no
identifica, al no figurar sus nombres en las cartelas.
Los
profetas Zacarías y Habacuc.
Continúa
el autor con el relato de los personajes que completan la escena de
la Anunciación:
...el
busto del profeta Jeremías, portando en sus manos la leyenda
“YO PROFETIZE DE ++++ VOS VIRGEN MARIA COME
EL SALVADOR DE VOS NACERIA”, sobre la figura de la Virgen.
...el
busto muy deteriorado de otro personaje, portando en sus manos una
cartela en la que tan sólo puede leerse la palabra DAVID, está
situado en el espacio existente sobre el arcángel Gabriel (el
esquema lo señala como el Rey David).
Dos
bustos situados en la parte superior de los pilares en que se
representan las dos santas completan la escena; en el de Santa
Catalina un busto femenino, irreconocible por el deterioro de la
leyenda sita a su derecha, luce en su cabeza artístico tocado y
adorna su cuello con un collar; su aspecto es el de una cortesana,
aunque probablemente se trate de una Sibila ya que conocida es la
inclinación de los pintores góticos a representarlas bajo tal
aspecto (Sibila de Eritrea en el esquema). En la imagen, se trata
de la figura situada a la izquierda del arco.
El
busto del profeta Daniel, identificable por la cartela que porta en
sus manos en la que se lee: PROFETA DANIEL, llena el espacio
simétrico del otro pilar. Se trata de la figura situada a la
derecha del arco, en la parte inferior derecha.
En
definitiva, Profetas, Sibilas, alegorías del Antiguo y Nuevo
Testamento, fundadores del monasterio y sus Santas protectoras, con
sus miradas atentas al Divino Misterio protagonizado por María,
Gabriel y la simbólica Paloma, constituyen un conjunto semejante en
su organización a un retablo gótico.
Pasamos
ahora a ver el conjunto de la parte inferior.
Bajo
la línea de tacos que, a una altura aproximada de dos metros,
recorre las paredes del ábside central y del tramo recto que le
antecede, se encuentran nuevos temas pictóricos: el Varón de
Dolores saliendo del sepulcro ocupa el espacio de esta zona central
del ábside; a ambos lados se distribuyen los instrumentos de la
Pasión: la lanza, un látigo y dos clavos, a su derecha, y un
segundo látigo y otro clavo, a su izquierda. Caracteres góticos
identifican la escena: IHS DE NAZARE.
A
uno y otro lado del sepulcro, un amplio cortinaje cubre el paramento
de esta zona del ábside, formando pliegues que contribuyen a la
figuración de la tercera dimensión.
A
la altura de la cabeza nimbada de Cristo resucitado, pero aún con
aspecto sufriente, y a uno y a otro lado, sendos paneles
rectangulares de exuberantes hojas de cardo que brotan de bocas de
monstruos contribuyen a colorear el espacio.
Este
mismo motivo se repite otra vez, intercalando sendos cuadros con
figuraciones humanas. En el cuadro de la derecha se representa al
Príncipe Enrique, futuro Rey Enrique IV.
En
el de la izquierda aparecen dos bustos que representan al Rey Juan II
(que
reinó entre 1406-1454) y
a su esposa María de Aragón. Se creía erróneamente que estas dos
figuras se correspondían con las de las dos donas fundadoras
del monasterio.
Termina
la visita, finaliza aquí la exposición de las imágenes de las
pinturas. Vamos a poner aquí las reflexiones de Novo Cazón acerca
de la autoría y cronología de las mismas:
Acerca
de autor y de la
cronología de tales pinturas existen opiniones
encontradas; en efecto, Chamoso Lamas – Pons Sorolla dicen que en
la ejecución de las pinturas de Villar de Donas se acusa la
intevención de tres manos, dos cercanas en época y la última mucho
más moderna; corresponden a la primera las pinturas del tambor del
ábside; las del cascarón a la segunda, y, finalmente, las de los
paramentos del tramo recto, su bóveda de cañón y el frente del
arco triunfal, a la tercera. Estas distintas atribuciones de autoría
las hacen en base, fundamentalmente, a las distintas calidades del
revoco.
Sicart
atribuye estas importantes pinturas a dos autores o talleres que
realizaron su obra sincrónicamente. Corresponden al primero los
temas del Salvador, de la Anunciación y las pinturas de la bóveda y
parte superior de los paramentos del tramo recto.
Las
características definitorias de su estilo son: el predominio de la
línea, con una leve acentuación del sombreado en los rostros y
manos; una preocupación por el volumen de las vestimentas; figuras
alargadas y desproporcionadas, especialmente en el caso de las Santas
Catalina y Bárbara; tendencia a la monumentalidad en los personajes
de difícil identificación pintados en el tramo recto; cierta
languidez y melancolía en los rostros que contribuyen a la
afectación y amaneramiento, típicos del Estilo Internacional; y,
finalmente, inseguridad técnica, según se desprende la incorrecta
representación de los pavimentos, evidenciando una falta de dominio
de la perspectiva tridimensional.
Atribuye
al segundo autor o taller las pinturas situadas debajo de la línea
de tacos, cuyas características estilísticas son: menor detallismo;
menos cuidado en el trazado de las líneas, debido a su prolongación
excesiva o dejándolas inconclusas; y, por último, una mayor
estilización de las hojas de la abundante vegetación que emplea con
finalidad decorativa.
El
primero de los citados pintores quiso legar a la posteridad su
nombre, aunque éste encuentre dificultades en su lectura debido al
deterioro causado por la humedad; en efecto, en
el arco fajón que separa la bóveda del tramo recto del cascarón
del ábside se halla una inscripción que
lo recorre en su totalidad: ...NO ANO DE MILL CCCC
XXXIV (ANOS) PETRUS NUNII (o MUNI) DE TURIS (o BURIS) ME FECIT.
Otras
inscripciones de la parte inferior de los paramentos del tramo recto
confirman la fecha anteriormente citada; en el del lado del Evangelio
se lee; ARMAS DEL REY DON IOHAN Q REINAVA EN LA ERA DE MILL CCCC XXX
ANOS. El del lado opuesto lo recorre otra similar a la anterior: EL
REY DON IOHAN Q REINAVA EN LA ERA DE MILL CCCC XXX ANOS.
En
estas dos últimas inscripciones el empleo de la palabra «era»
induce a pensar en el año 1396 como fecha en que se pintan aquellos
tramos de la iglesia de Villar de Donas. Sin embargo, ni la Historia
ni el estilo de las pinturas confirman aquella fecha; en efecto, en
1396 no reinaba en Castilla ningún monarca llamado Juan, sino
Enrique III el Doliente (1390-1406), sucesor de Juan I en 1390.
En
definitiva, la fecha segura es la de 1434, correspondiente al reinado
de Juan II de Castilla (1406-1454). La aparición de la palabra
«era», en vez de año, probablemente responda a la inercia de la
costumbre, ya que en 1383 Juan I había cambiado de era en el cómputo
de los años.
Fin.
Realmente una preciosidad.
ResponderEliminar