Iglesia Románica de Santa Mariña de Augas Santas. En Allariz. Parte 1: La Tradición. Exterior, Fachadas, Fonte da Santa, Atrio.
Estamos
en Augas Santas, en el municipio de Allariz, provincia de Ourense.
Iniciamos aquí una serie de capítulos en los que visitaremos los
lugares en los que se produjeron, a lo largo de los siglos los
acontecimientos ligados al martirio de Mariña, en el siglo II, en
tiempos de los romanos. En el siglo IX se descubre su sepulcro, lo
que da lugar a una honda devoción que llega a nuestros días. Ya a
finales del siglo XII y principios del XIII se construye la iglesia
románica, cuyas fachadas exteriores, atrio y la denominada Fonte da
Santa veremos en esta Parte 1.
Muy
cerca, la inconclusa Basílica de la Ascensión, iniciada a finales
del siglo XIII, en cuya cripta se halla el Forno da Santa, donde tuvo
lugar el martirio de Mariña. También muy cerca, la antigua calzada
romana nos lleva al Castro o Cidade de Armeá, época castreña.
Además, otros puntos de interés que iremos viendo en sucesivos
capítulos, por ejemplo, por aquí pasa el ramal sur de la Vía de la
Plata del Camino de Santiago.
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Coordenadas
de situación de la iglesia de Santa Mariña de Augas Santas, en
Allariz, provincia de Ourense: 42.240701, -7.786608
Llegamos
a Augas Santas, a pocos kilómetros del centro urbano de Allariz. La
iglesia asoma entre las casas.
La
leyenda o tradición nos dice que, en estos lugares, en el siglo II,
en tiempos de los romanos,
sucedieron una serie de hechos que con el tiempo fueron generando una
gran devoción. Mariña fue una joven cristiana que sufrió un
martirio. Hallándose cuidando de su rebaño de ovejas, Olibrio,
lugarteniente del emperador romano, de paso por el lugar, de camino
de Armeá, se interesó por ella y mandó que la llevaran a su
presencia. Mariña no accedió a los deseos de Olibrio, por lo que
éste ordenó que la torturaran y después que la quemaran viva en un
horno.
Esto
sucedió en la actual cripta de la Basílica de la Ascensión, el
Forno da Santa, que de aquella era un lugar de culto precristiano
dedicado a la veneración de las aguas. Cuando Mariña iba a morir
abrasada, San Pedro cogiéndola por los cabellos, logró sacarla de
allí por un agujero que aún hoy se puede ver en la bóveda de la
cripta.
Ante
esto, Olibrio mandó decapitarla y cuando el verdugo dio el golpe
mortal, la cabeza de Mariña cayó y rebotó tres veces, brotando
tres fuentes de agua cristalina. Las tres fuentes se encuentran
situadas en el entorno de la iglesia actual, como veremos. Con el
paso de los años se fue generando una gran devoción por Santa
Mariña.
La
tradición también nos dice que la tumba de Santa Mariña fue
descubierta de forma milagrosa en tiempos del rey Alfonso II el
Casto, cuyo reinado se desarrolló entre finales del siglo VIII y
mediados del siglo IX. El rey, tal como hizo en el descubrimiento de
la tumba del Apóstol Santiago, que también tuvo lugar en su
reinado, mandó construir una iglesia para proteger el mausoleo en el
que estaba enterrada la santa.
Los
testimonios documentales
de los que se dispone señalan
que en el
siglo XI Santa Mariña pertenecía al Monasterio de San Salvador de
Celanova. Ya a finales del siglo XII pasó a pertenecer a la diócesis
de Ourense. El Obispado dio un impulso al santuario que llevó entre
otras acciones al inicio de la actual iglesia románica,
entre finales del siglo XII y toda la primera mitad del siglo XIII.
La
iglesia románica que vemos hoy es como
fue construida, con algunas modificaciones: En el siglo XVI se cubrió
el espacio de la parte sur, que se dedicó a sacristía y a lugar
para enterramientos de miembros de la nobleza; más adelante, en los
años centrales del siglo XVIII se hicieron otras obras: en 1753 se
retira la torre campanario existente y sus piedras son reutilizadas
para en el empedrado del actual atrio. También en esa época de
sustituye la antigua espadaña por el actual campanario, en el centro
de la fachada principal.
Este
plano de la iglesia figura en un panel informativo situado junto a la
puerta de acceso al interior de la fachada norte, que más tarde
veremos. Comenzaremos por la fachada principal, donde vemos la flecha
de color rojo. Iremos rodeando la iglesia por la fachada sur, en la
parte inferior, llegaremos a la cabecera y regresaremos por la parte
norte.
Fachada
principal.
Accedemos
al atrio.
Portada.
Parte
sur de la fachada. Esta parte se cubrió en el siglo XVI para
dedicarla a lugar de enterramientos y a sacristía, como se ha
señalado más arriba.
El
rosetón central y la torre campanario del siglo XVIII.
El
citado rosetón central y los de las naves laterales.
Ahora
vamos camino de la fachada sur por el exterior del atrio.
Fachada
sur. Esta el la parte que fue cubierta.
Los
canecillos de esta fachada tienen en su gran mayoría motivos
geométricos.
Llegamos
a la parte de la cabecera.
Unos
pasos más adelante vemos los dos carballos (robles) centenarios,
aunque de uno de ellos apenas queda parte del tronco. A la derecha,
la Fonte da Santa.
Fonte
da Santa.
A
la derecha hay un lavadero, detrás, el cementerio. También se ve el
edificio del Pazo del Obispo.
Desde
el lavadero.
Bajamos
a la fuente.
Hay
un panel informativo:
La
fuente actual, una de las tres que según la leyenda brotaron al
rebotar la cabeza de la Santa tras su martirio, la mandó construir
el obispo Iglesias Lago a mediados del siglo XIX junto con la imagen
pétrea de Santa Mariña.
La
inscripción, mal repintada, debería decir: «Redificola
el obispo Dámaso Iglesias Lago. Año 1840».
Entramos
al atrio desde la Fonte da Santa. Como se ha indicado el empedrado se
hizo con las piezas de la torre que se retiró en 1753. Un calvario
formado por una docena de cruceiros rodea el atrio. Como se ve, el
ábside central tiene una altura mayor que los laterales. La cubierta
de la iglesia a dos aguas. También hay tres rosetones, como en la
fachada principal.
Parte
sur, la sacristía. Leemos en un panel informativo que veremos más
adelante:
La
sacristía, en el lateral sur, se construyó a mediados del siglo XVI
y se reformó por orden de Muñoz de la Cueva en el siglo XVIII,
conservándose su escudo sobre la puerta del naciente.
Ábside
sur.
Vemos
los canecillos, en los que predominan los motivos geométricos, y el
rosetón.
Ábside
central. Tiene un tramo recto y una parte semicircular con tres
ventanas, dividida por semicolumnas. Los capiteles de las mismas
tienen motivos vegetales. Los canecillos repiten los motivos
geométricos, además de caras, animales, flores...
Ábside
norte.
Ventanas
de los ábsides central y norte. Se puede apreciar entre ambos
ábsides una pequeña ventana alojada en un nicho, algo no muy
frecuente.
Antes
de continuar por la fachada norte vamos hacia el edificio de la
izquierda, el Pazo del Obispo.
Un
panel informativo sobre el pazo de verano del obispo, el atrio y la
sacristía, que hemos visto en la fachada sur, al lado del ábside.
Transcripción:
El
Pazo de Verano del Obispo.
Fue
encargo de Muñoz de la Cueva a principios del siglo XVIII
sobre diversas edificaciones anteriores. Actualmente cumple la
función de Casa Parroquial.
Atrio.
Fue
utilizado como lugar de enterramiento y se ordenó su cierre a
mediados del siglo XVI, así como la colocación de los tornavacas.
El enlosado se hizo con las piedras de la vieja torre a mediados del
siglo XVIII, así como el vía crucis monumental.
La
sacristía, en el lateral sur, se construyó a mediados del siglo XVI
y se reformó por orden de Muñoz de la Cueva en el siglo XVIII,
conservándose su escudo sobre la puerta del naciente.
Nota:
Hemos buscado en los diccionarios de la RAE y RAG el significado de
la palabra tornavacas y en ambos nos indican que tal palabra no
existe, por lo que nos queda la duda...
En
el centro, en esta imagen, la puerta de acceso a la Capilla de Santo
Tomé. Está dentro del pazo, fue construida en la misma época que
la iglesia, siglo XIII, primera mitad.
Otro
panel informativo nos dice:
Capilla
de Santo Tomé.
Se
unió al pazo en la reforma del siglo XVIII.
Alberga
la primera fuente ligada al martirio de la Santa.
Sobre
el altar se puede ver una especie de retablo barroco con escenas de
Santa Mariña y, por debajo, se colocó parte del retablo gótico del
siglo XV procedente de la iglesia parroquial.
Volvemos
hacia la fachada sur.
Vemos
la puerta de acceso al interior, en el tercer tramo. Se observan con
claridad la separación de los tramos por medio de contrafuertes,
unidos con arcos, influencia compostelana. A la derecha queda el
pazo.
Escalera
de acceso al pazo.
La
mencionada puerta de acceso al interior.
Aquí
está el panel informativo del que hemos extraído el plano que hemos
visto al inicio. Leemos el panel:
No
existen referencias documentales anteriores al siglo XI. El
descubrimiento de la tumba de la Santa se sitúa en el reinado
de Alfonso II, el Casto (759-842), cuando se levantaría un pequeño
templo predecesor del actual.
La
fábrica de la iglesia actual es románica de finales del siglo XII y
comienzos del XIII. La torre del reloj y las campanas, así como los
pináculos de remate de la fachada y las cúpulas de las
torres de las calles laterales son barrocas del siglo XVIII.
En
el interior, la tribuna de madera se construyó en el siglo XVIII.
Las cubiertas con artesonado de madera fueron decoradas en el siglo
XV conforme a las tradiciones moriscas. Las pinturas de la parte
superior de los arcos triunfales pertenecen al siglo XVI y se
atribuyen al llamado maestro de Sixto.
El
Mausoleo o Camarín de la Santa se yergue sobre lo que se consideró
su sepulcro con una lauda lisa sobre la tierra y pertenece al siglo
XVIII, con las imágenes de Santa Mariña en el centro y Santa Marta
y Santa Eulalia a los lados.
Algunos
de los canecillos del alero de esta fachada sur.
Llegamos
casi a la parte de la fachada principal.
Es
hora de pasar a ver el interior de la iglesia, pero eso sucederá en
el capítulo siguiente.
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