Parte 2 de la Exposición Camino El Origen celebrada entre los días 13 de marzo y 13 de septiembre del presente año 2015 en el Museo Centro Gaiás de la Ciudad de la Cultura de Santiago de Compostela.
Vea Aquí la Parte 1.
Santiago Apóstol. Alberto Durero. Siglo XVI.
Sala 6
Iconografía de Santiago.
Son muchos los rostros que el Apóstol Santiago no ha ofrecido a través de la historia del arte. En cada una de sus iconografías se muestra ante nuestros ojos un significado diferente. De este modo, mientras que el Santiago Sedente nos recuerda su condición de Magister, y evoca en representaciones de diferentes épocas la imagen del Pórtico de la Gloria o la tradición de la coronatio, su condición como Apóstol – descalzo y sosteniendo en la mano un libro – o como peregrino, se han convertido en lugares comunes que evocan la tradición evangélica y la difusión del Camino. Por supuesto, no se puede olvidar que, junto con éstas, es su condición de caballero, o Santiago Matamoros, la que lo convierte en protector de los reinos hispanos en su lucha para liberar la Península de la dominación musulmana. Una misión que en el Códice Calixtino permite que sea el propio Apóstol el que urja al emperador Carlomagno para que lidere a su ejército para liberar su sepulcro y el Camino, mientras que gracias a su aparición milagrosa supondrá una victoria definitiva en la incierta batalla de Clavijo.
Santiago en majestad. Anónimo, ca. 1340. Granito. 109 x 60 x 58 cm. Iglesia de Santiago de Ribadavia, Ourense.
Santiago sedente. Anónimo, siglo XIV. Granito policromado. 103 x 73 x 48 cm. Iglesia de San Martiño de Neda, A Coruña.
Santiago el mayor. Procedente de la iglesia parroquial d´Alcoletge (Lleida). Jaume Ferrer, siglo XV. Temple sobre madera. 182 x 113 x 10 cm. Museu de Lleida: diocesá i comarcal.
Sala 7
Durero.
Albrecht Dürer, más conocido en España como Alberto Durero, es el autor de este retrato. En una época de auténtico dominio de la temática sagrada, el grabador y pintor alemán consolida la imagen religiosa dotándola de una nueva expresividad y un carácter monumental que caracterizará su producción en las últimas décadas de su vida. Así se pone de manifiesto en la cabeza de Santiago el Mayor, una de las obras maestras de esta exposición y conservada en la Galleria degli Uffizi de Florencia.
Fechada en el año 1516, hace pareja con la cabeza de Felipe y ambas, con gran probabilidad, formarán parte de una colección de doce cabezas de apóstoles, ejemplos premonitorios de las “severidades de la Reforma”.
Este retrato de Santiago será el preámbulo de lo que veremos en la serie de los cuatro apóstoles que Durero termina en el año 1526. En ella, una nueva expresividad, más sencilla y sobria, será el reflejo de un nuevo modo de pensar fruto de las predicaciones de Martín Lutero: “La Reforma interviene con su terrible severidad: las facciones se contraen, la línea se enrosca torciendo los mechones de la luenga barba; el colorido se hace oscuro, casi monocromo, con pocos tonos…”.
Santiago Apóstol. Alberto Durero. Siglo XVI. Óleo sobre tabla. 46 x 37 cm. Instituti museali della Soprintendenza per il Polo Museale Fiorentino. Galleria Degli Uffizi, Florencia (Italia).
Sala 8
Santiago caballero.
La condición de Santiago como caballero o guerrero está directamente asociada a su condición de patrón y protector de la monarquía hispánica y todos sus territorios, tanto peninsulares como americanos. Sin que se pueda establecer una prevalencia clara entre esta representación y el relato de la Batalla de Clavijo, es esta la que asocia directamente al Apóstol con la Corona.
La Batalla de Clavijo tuvo lugar en al año 844, cuando Ramiro I se negó a seguir pagando el tributo de las cien doncellas –cincuenta hidalgas y cincuenta plebeyas- que debía entregar al Emirato de Córdoba. Dicha batalla habría ocurrido en el Monte Lanturce, cerca de Logroño.
Como ya había ocurrido con Carlomagno, Santiago se presenta ante Ramiro en sus sueños y le anima a no rendirse y a perseverar en el combate, para el que contará con la ayuda del santo que descenderá de los cielos en ayuda de las fuerzas cristianas.
Santiago matamoros. Domingos Nogueira, 1620-1630. Óleo sobre lienzo. 183,2 x 141 cm. Museo de Arte Sacra de Moura, Beja (Portugal).
Santiago matamoros. Gótico. Escuela Aragonesa. Siglo XVI. Óleo sobre tabla. 129 x 69,20 x 7,50 cm. Fundación Lázaro Galdiano, Madrid.
Santiago Apóstol. Anónimo, siglo XVI. Talla en madera dorada y policromada. 180 x 100 cm. Hermandad y Cofradía de la Veracruz, Belén y Santiago Apóstol de Pilas, Sevilla.
Sala 9
Murillo.
El pintor sevillano nos presenta al Apóstol Santiago el Mayor, hijo de Zebedeo, con una figura de más de medio cuerpo, de aspecto monumental, que emerge desde un fondo neutro aclarado de frente al espectador, a quien parece observar detenida e inquisitivamente. Viste un hábito de color pardo y una túnica roja; porta en su mano izquierda un libro que evoca su condición de Apóstol y, en la derecha, el bordón que alude a su cualidad de peregrino, que se intensifica con la presencia de una vieira prendida en la esclavina; atributos propios de los que peregrinaban y, que al regresar, se colocaban sobre la ropa o en el sombrero para que fueran distintivos de su éxito.
La tonalidad terrosa general del lienzo se ve interrumpida por la aparición de la luz, que ilumina lo que al pintor le interesa: las manos, el canto del libro y, especialmente, el rostro del personaje, por cierto muy singularizado y probablemente retrato de alguien conocido o tomado de un apunte del natural.
El Apóstol Santiago. Bartolomé Esteban Murillo, ca 1655. Óleo sobre lienzo. 134 x 197 cm. Museo Nacional del Prado, Madrid.
Sala 10
Nota: esta sala contiene una presentación audiovisual y la pieza que se detalla a continuación. La sala está comunicada con la siguiente a través de dos puertas por lo que vamos a considerarlas como dos salas diferentes. Esta sala no contiene ningún texto impreso en la pared.
Fragmento superior de una ventana de la Basílica de Alfonso III. Anónimo. Siglo X. Granito. 36,2 x 54,5 x 20,5 cm. Museo de la Catedral de Santiago, Santiago de Compostela.
Aquí se inicia el siguiente tema fundamental de la Exposición: El Camino.
Sala 11
Orígenes de un Camino.
El edículo apostólico es la pieza fundamental y la razón última de ser de la catedral compostelana. Se trata de un mausoleo romano de finales del siglo I a. C.
Conocido a través de la documentación medieval como domúncula o casita apostólica, constaba de un oratorio superior – cella memoriae – a través del que se penetraba en la cámara sepulcral abovedada. El mausoleo contaba además con una edificación posterior a modo de corredor transitable, datado a mediados del siglo II.
Especial interés tiene el pavimento segundo con decoración de tipo vegetal, paleocristiano, de mediados del siglo II, y el Ara de Antealtares, donde se puede leer “dedicada a los dioses manes. Atia Moeta, por disposición testamentaria, hizo colocar este epitafio al sueño eterno de Viria Moeta, su buenísima nieta, de dieciséis años, y proveyó a su propio enterramiento”.
Son numerosos los restos arqueológicos que se han hallado en este edículo convertido en cripta desde su descubrimiento a principios del siglo IX y las posteriores excavaciones de finales del siglo XIX, a cargo de A. López Ferreiro, y el siglo XX.
Conjunto numismático procedente de edículo apostólico. Varias Cecas, siglos X-XII. Vellón y plata. Museo Catedral de Santiago, Santiago de Compostela.
Restos musivarios procedentes del edículo apostólico. Anónimo. Siglos IV o V d. C. Museo Catedral de Santiago, Santiago de Compostela.
Altar y cripta del Apóstol Santiago. Antonio López Ferreiro, 1891. Tinta impresa sobre papel. 26 cm. Archivo de la Catedral de Santiago de Compostela.
Historia del Apóstol Ihesu Christo Santiago Zebedeo. Mauro Castella Ferrer, 1610. Impreso en Oficina de Alonso Martín Balboa, Madrid. Tinta impresa sobre papel. 28 x 23 x 6 cm. Archivo Catedral de Santiago, Santiago de Compostela.
El Rey Alfonso II con su corte ofreciendo la Cruz de los Ángeles. Anónimo, mediados siglo XVI. Madera dorada y policromada. 44,4 x 30,9 cm. Museo de la Iglesia Cabildo de la Catedral de Oviedo. Catedral de Oviedo.
Concordia de Antealtares. Compostela, 17 de agosto de 1077. Traslado notarial de 1435 de Fernán Eanes sobre el original perdido. Pergamino. 38,5 x 34,5 cm. Arquivo Histórico Universitario, Santiago de Compostela.
Sala 12
Los caminos a Santiago.
El Camino de Santiago, en la práctica, es una multitud de caminos cuyo punto de partida no se puede buscar ya que comienza en el momento en el que el peregrino emprende su periplo.
Sin embargo, ese camino que se hace al andar, donde cada peregrino traza el suyo particular en dirección Compostela, termina por adquirir personalidad propia y sentido en sí mismo. Deja de ser el trazado de unas huellas para convertirse en la suma de hitos y escalas: ciudades, villas, lugares, puentes, santuarios, hospitales.
Los caminos a Santiago, ya sea el recogido en el Camino Francés, el Camino Primitivo, los caminos portugueses, la ruta de la Plata o la ruta marítima, han terminado por convertirse en una ruta física, emocional y, sobre todo, espiritual.
Vista general de la sala.
Vista parcial de la sala.
Santiago. Procedente de la iglesia de Saint Pierre D´Auch. Anónimo, siglo XIX. Cerámica esmaltada. 62 x 50 x 30 cm. Depósito de Musée des Jacobines. Abbaye de Flaran, Auch (Francia).
Tondo de Santiago el Mayor. Anónimo, 1500. Vidrio coloreado. 16 mm. Musée de Cluny – Musée National du Moyen-Age, Paris (Francia).
Santiago Peregrino Frómista. Anónimo, siglo XV. Madera policromada. 150 x 50 cm. Iglesia de San Martín de Frómista, Palencia.
Santiago Peregrino Beltza. Anónimo, siglo XIV. Madera dorada y policromada. 190 x 40 x 30 cm. Iglesia de Santiago el Mayor. Puente la Reina, Navarra.
Santiago en la Batalla de Clavijo. Taller de Brabante, ca. 1515-1520. Madera policromada. 82 x 67 x 22 cm. Museo de las Ferias. Depósito de la iglesia de Santiago el Real, Medina del Campo, Valladolid.
Cristo románico de Nuestra Señora de la Encina. Anónimo, siglo XIII. Madera policromada. 170 x 111 cm. Basílica de Nuestra Señora de la Encina, Ponferrada, León.
Cruz de Ordoño II. Taller renano activo en León, ca. 1060. Oro y madera de cedro. 22 x 15 x 2,5 cm. Museo Catedral de Santiago, Santiago de Compostela.
Cruz de Fierro de Foncebadón. Anónimo, siglo XV. Hierro. 80,5 x 46 x 3 cm. Museo de los Caminos. Diócesis de Astorga, León.
Cristo crucificado de la Iglesia de San Juan de Ortega. Anónimo, siglo XII. Marfil. 13 x 13 x 2 cm. Museo del Retablo. Iglesia de San Esteban, Burgos.
Hasta aquí la parte de la Exposición que se desarrolla en la Planta 1.
Fin de la Parte 2.
Vea Aquí la Parte 3.
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