Hoy
estamos en el municipio de Oza-Cesuras, muy cerca de la Ría de
Betanzos, en el Golfo Ártabro. Visitamos la iglesia de San Pedro.
Además de la belleza del lugar en la que está emplazada, destaca el
dintel de la puerta norte, pieza datada en la primera mitad del siglo
XII (1121). La nave fue reconstruida posteriormente, conserva el
ábside de fábrica gótica.
Vista
de la fachada norte, en cuya puerta se encuentra el dintel
mencionado. A la izquierda, la sacristía.
Coordenadas
de situación de Oza dos Ríos en Galicia. Amplíe el mapa y llegará
a la iglesia de San Pedro: 43.221324, -8.176941
Nota:
Los textos que figuran en cursiva han sido extraídos de la
Tesis Doctoral de María del Pilar Carrillo Lista titulada Arte
Románico en el Golfo Ártabro y el Oriente Coruñés. Capítulo 5:
La Arquitectura Románica en la primera mitad del siglo XII, que
contiene un único apartado titulado Una iglesia con epígrafe: San
Pedro de Oza dos Ríos, pags. 163 a 170. Universidade de Santiago de
Compostela. Facultade de Xeografía e Historia. Departamento de
Historia da Arte. Santiago de Compostela, 2005.
Vamos
a entrar al recinto de la iglesia y el cementerio pero antes nos
fijamos en el cruceiro.
Entramos
al recinto, por uno de sus dos accesos. Iremos viendo las fachadas de
la iglesia, comenzamos por la fachada norte, la cabecera, la fachada
sur y, finalmente, la fachada principal. Mientra lo hacemos atendemos
a la exposición histórica que hace la autora (como es costumbre sus
palabras figuran en cursiva) en su elaborado estudio.
La
iglesia parroquial de San Pedro de Oza dos Ríos se encuentra en
el municipio de su nombre, al que también pertenece su
anexo San Estevo de Parada. La primera reseña referente a la villa
de Oza se remonta a época altomedieval, a raíz de que Ordoño II
ejecutó una manda testamentaria de su hermano, el infante diácono
don Gonzalo.
Don
Gonzalo había legado a la iglesia de Santiago la población
de Láncara (Sarria, Lugo). Sin embargo, en el año 920, el rey
decidió permutarla por la de Oza, en el territorio de Nendos, y por
Cela (Cambre, A Coruña), aunque en el 922 volvió a cambiar
Láncara por Oza y Arcabria.
Son
tempranas las noticias sobre esta feligresía, ya que en ella se
encontraba la granja
de Maial que formaba parte de los bienes con los que San Pedro de
Mezonzo dotó al monasterio que fundó en su parroquia natal de
Curtis.
Esta
hacienda había sido adquirida por el prelado a una tal doña Guncia
o Gundia y a su marido Menendo Verterian, de Betanzos. Según
Martínez San Tirso, doña Guncia fundó en San Pedro de Oza
una iglesia en la que se les dió sepultura, y un hijo suyo, Vimaro,
se la donó al obispo
Pedro de Mezonzo.
Años
después, según un documento de Bermudo II del 25 de agosto de 1032,
el rey donaba a Santiago varias villas confiscadas al rebelde
Sisnando Galiáriz, entre las que se menciona Oza dos Ríos.
Agnus
Dei.
Se
ignora la fecha de fundación del monasterio de San Pedro de Oza dos
Ríos, pero en 1155 Bermudo Pérez, hijo de Pedro Froilaz, conde de
Traba, y su esposa la infanta doña Urraca, hija del conde don
Enrique, realizaron una donación al monasterio de Sobrado, y entre
los confirmantes aparece Suarius, abad de San Pedro de Oza.
Este
monasterio se anexionó al de San Salvador de Cines antes del siglo
XV. De hecho, en 1287, Fernando IV dispuso que los vecinos de Oza,
Lesa y Coirós obedeciesen al juez de Cines (Oza dos Ríos) y Yepes
dice que todavía a principios del siglo XVII, el monasterio de Cines
tenía jurisdicción civil y criminal sobre los habitantes
de la feligresía de Oza dos Ríos, entre otras.
Cabecera.
A
comienzos del siglo XVI fue anexionado a San Martiño Pinario. En
1560 se produjo un
pleito entre este monasterio y el de Cines con don Alonso de Quiñones
sobre los derechos y heredades de Oza y Santa Mariña de Lesa
(Coirós), que fue resuelto por la
Audiencia de Galicia a favor de los primeros.
Fachada
sur.
El
cardenal Hoyo indica que parte de los frutos de este templo se los
llevaba el monasterio de San Martiño de Santiago, que
ostentaba la presentación conjuntamente con otros legos y que la
fábrica tenía de renta una leira que proporcionaba tres ferrados de
pan y medio real.
A
mediados del siglo XIX era matriz de San Estevo de Parada, curato de
primer ascenso y patronato de legos.
Fachada
principal.
Nos
acercamos a la portada principal.
En
la fachada occidental, la puerta remata
con un arco ligeramente apuntado que alberga un tímpano liso de
igual directriz, aunque algo menos apuntado, por lo que el espacio
entre éste y las dovelas está relleno de mortero, quizá porque fue
reconstruido, ya que estas piezas están mal encajadas.
El
tímpano se apoya en dos mochetas con rollo en la nacela, de factura
muy tosca.
Mochetas.
Sobre
la puerta se abre una saetera y sobre el piñón del muro se
construyó una espadaña moderna.
Ahora
nos acercamos a la fachada norte, en donde la autora fija su
atención.
En
la iglesia de San Pedro aparece una
pieza que proporciona datos de interés para mi estudio: el dintel de
la puerta norte. En él se talló un semicírculo a modo de tímpano
que presenta en el centro una gran cruz flanqueada por lo que parecen
dos flores, la izquierda de seis pétalos y la derecha de doce. La
cruz es de brazos iguales, ensanchados hacia la mitad de forma
circular, y con los extremos abiertos. La rodean una serie de adornos
que la dotan de una gran vistosidad, resultando un modelo que no
se repite en ningún otro edificio de los estudiados.
En
Galicia se encuentran numerosos ejemplos de tímpanos en los que la
cruz se acompaña de
rosetas. La presencia
de las dos rosáceas que flanquean a la cruz podrían estar en
relación con la
representación del sol y la luna, en clara alusión a que Cristo es
principio y fin de todas las cosas, aunque el motivo floral también
se vincula con algún simbolismo sacrificial y triunfal en el arte
paleocristiano y en el románico.
Esta
pieza que corona la puerta septentrional de San Pedro de Oza dos Ríos
tiene gran importancia porque en las enjutas se conserva una
inscripción, algo borrosa en algunos
puntos, que se ha leído de la siguiente forma:
SVARIUS
ERA : T : C :
ABBAS
LVIIII
FECIT
ET Q(VOTUM)
MEM
IIII ID(V)S
ORIA
F(E)RB(VARII)
La
traducción sería: el abad Suario hizo esta memoria en la era
milésima centésima quincuagésima nona en la fecha del cuatro de
los Idus de febrero; es decir, el 26 de febrero del año 1121. Tal
vez el abad podría ser el Suarius que reaparece confirmando la
donación de Bermudo Pérez a Sobrado en 1155.
Esta
pieza descansa sobre las jambas a través de dos mochetas que tienen
sobre las nacelas sendos rollos. Éstas, junto con los canecillos que
sostienen los aleros de la nave, ninguno de ellos figurado, son
góticos: con perfil de bisel, o de nacela sin adornos o con rollos,
pomas o flores cuatripétalas.
La
inscripción, como menciona la autora, aparece borrosa, en la parte izquierda sobre todo.
Nos
desplazamos a la cabecera de la iglesia. A la derecha, la sacristía,
a la izquierda el ábside.
Por
el exterior, el edificio acusa la pervivencia de un juego de
volúmenes vinculado a la tradición románica, pero los elementos
que aparecen decorados responden a la estética gótica.
Tal
es el caso de la ventana del testero del ábside, rematada por dos
arquivoltas ligeramente apuntadas. La rosca menor se apea en dos
columnillas, los fustes son lisos y monolíticos, y los capiteles
presentan un registro de hojas muy estilizadas, en la línea de los
capiteles que veremos
en el interior del presbiterio.
Por
el lado sur del ábside destaca el contrafuerte que se corresponde
con el fajón del interior, y cuatro canecillos de rollos y otras
decoraciones
geométricas.
Existe
una clara diferencia entre los muros del ábside y los de la nave: el
primero presenta un
paramento de hiladas regulares, aproximadamente del mismo tamaño,
todo lo contrario a lo que se aprecia en la nave, con un aparejo
desigual, prueba de haber sufrido reformas y reconstrucciones
diversas.
Además,
en la nave hay tres contrafuertes en cada lado: dos que coinciden con
los extremos, y otro
hacia la cabecera.
Observar
los muros es fundamental a la hora de analizar la iglesia de Oza dos
Rios, puesto que es una clara muestra de que el ábside fue
reconstruido
en su totalidad de acuerdo con la estética gótica aunque influido
por la tradición anterior, como se ve en el exterior de la ventana
del testero, en una fecha alrededor del segundo cuarto del siglo
XIII.
Sin
embargo, la nave presenta una serie de elementos que justifican la
inclusión de San Pedro de Oza dos Ríos dentro de este estudio sobre
templos románicos coruñeses. En primer lugar, aparecen ventanas de
medio punto abocinadas que resultan distintas a la del ábside
-apuntada-, y que podrían proceder
de una construcción más antigua.
Puerta
de este muro sur tapiada.
Interior
de la iglesia.
La
iglesia de San Pedro de Oza dos Ríos consta de una nave, con
techumbre de madera a dos aguas, y un ábside rectangular muy
profundo que se cubre con bóveda de cañón
apuntada, muy elevada, y al que se adosó por el norte una sacristía.
Sobre
el arco de acceso al presbiterio aparece un pequeño óculo sin
decoración.
Escalera
de subida al coro.
Desde
el coro.
A
través del óculo que hay sobre el arco de acceso al presbiterio
vemos la cruz de hierro del exterior, situada sobre el testero del
ábside.
En
el cierre occidental se encuentra una puerta con arco ligeramente
apuntado, parcialmente oculto por la tribuna de madera construida
a los pies de la iglesia e iluminada por otra saetera.
Al
bajar desde lo alto del coro nos fijamos en la pila bautismal en el
mismo muro occidental.
En
el lado norte de la nave se abre una puerta rematada por un arco de
medio punto.
Lado
sur.
La
puerta sur fue cegada y se utiliza como hornacina, y en este muro
aparece otra saetera.
Tanto
el tratamiento escultórico como
los modelos, talla y proporciones de los elementos que conforman el
ábside y el arco triunfal son claramente góticos.
El
arco que da paso al presbiterio, apuntado, doblado
se apea en un par de columnas entregas que se alzan sobre basas
robustas.
Los
capiteles se caracterizan por una decoración estilizada, casi
geométrica
y muy tosca: el de la izquierda muestra hojas y tallos muy simples,
apenas cubren sus caras, mientras que en la cesta meridional se
efectúan líneas paralelas que tratan de representar varias hojas
superpuestas.
Los
dos capiteles del arco fajón.
En
el testero se abre una ventana apuntada con derrame interior y sin
ornamentación que no es posible que fuese realizada en fechas tan
tempranas, por lo que ha de deberse a una intervención posterior.
Al
norte una puerta adintelada posterior da paso
a la sacristía, mientras al sur aparece un vano también moderno.
Con
las conclusiones de la autora rematamos nuestra visita a la iglesia
de San Pedro de Oza dos Ríos:
San
Pedro de Oza dos Ríos es un edificio que, pese a que parte de su
fábrica es gótica -el ábside- y que la nave se reconstruyó
aprovechando piezas anteriores, resulta interesante para el estudio
del románico de la provincia de A Coruña, ya que es la única
iglesia de este estudio en la que se encuentra una pieza datada en la
primera mitad del siglo XII, en 1121: el dintel de la puerta norte.
Sin
embargo, la presencia del epígrafe no es una prueba de que el
edificio actual sea de ese momento, pues al analizar la fábrica del
templo se ve que fue reformado en el gótico, lo que también ocurre
en otras iglesias.
Fin.
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