En
San Lourenzo de Barxacova, en el municipio de Parada de Sil, se
inicia el camino de San Vítor, que nos lleva a la Necrópolis
Medieval y, junto a ella, están las peñas sobre las que hubo
antiguamente una capilla. Un paraje incomparable, colgados sobre la
ladera del Cañón del Río Mao, seguimos los pasos que nos acercan
al pasado. Pero también al día de hoy.
En
2010 comenzó la recuperación de este importante yacimiento
arqueológico. Las tumbas se han datado entre los siglos IX y XI,
aunque se cree que el lugar ha sido utilizado durante un extenso
período de tiempo de más de mil años, desde la época romana, el
medievo, hasta el siglo XV, por los restos arqueológicos
encontrados. A todos los que han hecho posible la recuperación de
este lugar damos las gracias desde este rincón.
Necrópolis
de San Vítor. Las tumbas vistas desde lo alto, donde estaba la
antigua capilla de San Vítor.
Coordenadas
de situación de Parada de Sil en Galicia. Amplíe el mapa y llegará
al inicio de nuestro recorrido de hoy, en San Lourenzo de Barxacova,
cerca de la Necrópolis de San Vítor: 42.377142, -7.506076
San
Lourenzo de Barxacova está encaramado en lo alto. La aldea mira
hacia el Cañón del Sil y también al Cañón del Mao. Estamos al
lado de esta fuente, muy cerca de un pequeño aparcamiento, el Sil
asoma entre las flores. Estamos justo aquí: 42.377979, -7.505157
Dentro
de San Lourenzo nos desplazamos unos 100 metros hacia el barrio de O
Cruceiro, en el lado contrario al grupo de casas que hay en torno a
la iglesia. Hay un desvío con un panel informativo. Por aquí se va
a donde están las tumbas, como vemos. Aquí: 42.377142, -7.506076
En
el panel informativo podemos leer:
Camiño
do San Vítor.
De
San Lourenzo a Meder, un paseo por el paisaje histórico del Mao.
Estamos
en el barrio de O Cruceiro, donde se cruzan el camino de San Vítor
con el de A Serra, entrada natural de San Lourenzo hasta la apertura
de la carretera actual de la ribera, a comienzos del siglo XX.
Diferentes piezas reaprovechadas en las casas actuales son testigos
de un pasado medieval.
Además
de los caminos mencionados, por aquí pasa también otro camino, este
de diseño más moderno. Se trata del sendero homologado PR G 177,
que recorre a lo largo de sus 16,5 kilómetros algunos lugares
destacados en el Cañón del Río Mao, entre otros la Fábrica de la
Luz y la Pasarela sobre el Mao.
Antes
de emprender el camino de San Vítor nos volvemos un instante y vemos
precisamente el distintivo en colores blanco y amarillo propio del
sendero homologado y de todos los senderos similares. Muy pronto
volveremos a ver el mismo distintivo, el sendero regresa y pasa otra
vez por San Lourenzo.
Emprendemos
el camino.
Cuando
hemos caminado apenas 50 metros divisamos la parte de la aldea con
las casas en torno a la iglesia parroquial de San Lourenzo.
Unos
pasos más adelante encontramos este indicador: San
Vitor, 450 metros.
También se ve en la imagen el mencionado distintivo del sendero PR G
177, que vuelve de regreso para pasar otra vez por San Lourenzo, en
sentido contrario al camino que seguimos nosotros. Por tanto, en un
trecho coinciden los caminos de San Vítor y el sendero homologado.
El
sendero continúa en dirección a las casas de San Lourenzo. Estamos
aquí: 42.376951, -7.505378
Después
de este pequeño lío entre senderos, caminos… continuamos.
El
camino a San Vítor discurre por la ladera del Cañón del Mao, el
desnivel impresiona un poco aunque no es peligroso.
Divisamos
ahora otra vez la aldea y la inclinación del terreno, cubierto de
viñedos. Es lo que se ha calificado de forma muy brillante como
viticultura heroica. Vinos con Denominación de Origen Ribeira
Sacra,
blancos (uva godello) y sobre todo tintos (con uva mencía).
Pasamos
ahora bajo una línea de alta tensión.
La
carretera OU-0605 serpentea en la otra ladera del Cañón del Mao.
El
camino toma sentido ascendente.
Llegamos
a este lugar en el que hay una bifurcación, a la derecha llega el
sendero PR G 177 y a la izquierda continúa el camino de San Vítor.
Hemos recorrido ya unos 400 metros desde el inicio. Estamos ahora
aquí: 42.374603, -7.503217
En
el panel informativo podemos leer algo acerca de este exacto lugar:
Os
Padrós.
A
través de la tradición oral llegó hasta hoy el testimonio de la
existencia en la parte superior de estas rocas de un grupo de
sarcófagos rupestres hermanos de los de San Vítor y hoy
desaparecidos por el aprovechamiento del afloramiento granítico para
extracción de losas para el nuevo cementerio.
Desde
este punto se pueden contemplar las viñas en las abas do San Miguel,
justo debajo de San Lourenzo, donde también se dice que hay otro
grupo de sepulturas rupestres alrededor de una vieja capilla y de las
ruinas de otras construcciones. También se dice, bien sea por la
orientación Este del terreno o por la coincidencia de la festividad
del santo en la época de la vendimia que, el mejor vino, en San
Miguel.
Hay
un pequeño error. Se trata como hemos mencionado del sendero PR G
177.
La
señalización en aspa señala que por aquí no sigue el PR G 177,
pero sí es por donde seguimos hacia San Vítor, que ya está
bastante cerca.
Aquí
el barranco está muy cerca. Caminamos sobre estas rocas. No es
peligroso pero sí impresiona un poco.
Desde
aquí vemos la carretera OU-0605, en la parte inferior y en la
superior derecha, en ambas laderas del Cañón del Mao. Entre ambas,
la pasarela de madera que recorre parte del cañón.
Nos
vamos “acercando” a la pasarela. Hay unos 600 metros en línea
recta y unos 300 metros de desnivel, de 600 metros de altitud, en
donde nos encontramos a los 300 de la pasarela.
Click Aquí para ver nuestro paseo por la pasarela.
Estamos
llegando a la Necrópolis de San Vítor. La roca que se ve en el
centro de la siguiente imagen, cubierta de vegetación, es el lugar
elevado en donde estaba situada la capilla de San Vítor, que veremos
más tarde.
El
Concello de Parada de Sil edita un tríptico en el que hay cuatro
epígrafes, el visitante puede ir siguiendo la explicación
desplazándose por los puntos señalados. Como se puede ver, estamos
en el punto 1. Transcribimos, en
cursiva, los textos del tríptico:
Luces
e interrogantes de la necrópolis medieval de San
Vitor.
El
estudio de esta importante necrópolis plantea nuevos
interrogantes.
Estás
visitando un lugar del pasado en el que se desarrolla una
investigación arqueológica. Por fuerza aún es incompleta: los
trabajos avanzan hacia la aclaración de las incógnitas que todavía
el yacimiento de San Vitor no ha desvelado.
Encontrarás
cuatro postes numerados que se corresponden con este texto.
1
A
principios de 2010, éste era un lugar casi invisible entre la
espesa vegetación. En lo alto de una roca una vieja torreta de
conducción eléctrica y algunas tumbas antropomorfas muy
erosionadas. Aquel verano comienzan las excavaciones con resultados
alentadores: la prospección en lo alto de la roca descubre el
contorno de lo que fue la capilla de San Vitor, pero además se
sospecha que puede haber muchas más sepulturas.
La
excavación continúa el año siguiente, encontrando cerca de
cuarenta sepulturas, y toma cuerpo la idea de que esta capilla y el
cementerio a sus pies estaban de alguna manera asociados a una
comunidad rural bien desarrollada. Aparecen restos de cerámica
cotidiana de época medieval, tejas, un fragmento de una piedra de
molino..., se desmorona la imagen de un ermitaño solitario en un
paraje olvidado.
Aunque
se ha datado la ocupación de las tumbas entre el siglo IX y el XI,
durante la excavación se descubren restos de materiales romanos,
cerámica medieval y monedas del siglo XV: La importancia de este
yacimiento radica en su magnitud, pero también en el amplio lapso de
tiempo en que este lugar fue utilizado, tal vez unos mil años, y en
el estado en que se ha conservado en los últimos siglos.
¿Dónde
se situaba la aldea? ¿De qué materiales estaba construida?
¿Cuál será el tamaño de la necrópolis? ¿Por qué se abandonó?
¿Por qué razón se derribó la capilla?
Unos
pocos pasos más y ya estamos en el recinto de la necrópolis. Punto
2. Estamos justo aquí: 42.373803, -7.502893
2
Orientadas
de este a oeste, mirando hacia lo que sería un balcón que
desde la capilla, en la peña, se abría a la explanada, tapadas con
grandes trozos de losas y selladas con argamasa: así eran estas
sepulturas hace mil años. Tras el análisis se volvieron a
cubrir para devolverles su apariencia original.
En
el interior, un vaciado en la roca viva para recibir el cuerpo
envuelto en un sudario, con la forma de la cabeza tallada. En
sintonía, pues, con otros yacimientos en la Península, tanto
cristianos como musulmanes. En San Vitor, sin embargo, hay a los pies
de las sepulturas una prolongación, y en dos de ellas un espacio
cuadrangular, para el que no se conocen paralelismos, y que los
arqueólogos han interpretado como osarios. Estas sepulturas, pues,
fueron reaprovechadas, y esta hipótesis cobra fuerza al observar en
este sector una superposición de sepulturas.
¿Qué
llevó a nuestros antepasados a este modelo funerario? ¿Por qué
mantenían en su interior huesos de enterramientos anteriores? ¿Qué
importancia tenía mantener la postura de la cabeza? ¿Para
quiénes estaban reservadas estas sepulturas?
Antes
de continuar vamos a centrar nuestra atención en este panel
informativo, situado muy cerca del punto 2.
En
la parte superior izquierda del panel podemos leer:
La
Casa de Ivil, situada en la cercana parroquia de Forcas y dependiente
de la Encomienda de Quiroga (de la Orden de San Juan de Jerusalén),
tuvo que defenderse en 1563 de las pretensiones del Monasterio de
Montederramo de hacerse con este enclave que escapaba a su dominio en
el principal acceso a las ricas tierras de ribera. La
presencia de estos enterramientos altomedievales, de los que la
tradición oral dice que se venían a enterrar los de Ivil, pudo
haber sido determinante a la hora de probar la propiedad de estas
tierras.
Una
lucha enmarcada en las disputas entre la Iglesia oficial y las
fundaciones religiosas de señorío laico, derivadas de la
articulación de la red de parroquias en el siglo XII y en la que San
Vítor quedó excluída.
Se
distinguen en el yacimiento dos partes principales: el afloramiento
granítico en el que se excavaron más de 50 sepulturas, y la elevada
roca en la que se conservan las cimentaciones de la antigua
Capilla de San Vítor. Sus ruinas estaban todavía en pie a mediados
del siglo XIX; hoy ofrece unas vistas privilegiadas del valle del Mao
y del Sil.
Imagen
del panel: Foso
de fundición de campanas (S. IX-X).
A
la derecha del árbol está el espacio donde se aloja el foso de
fundición de campanas. Ha sido tapado para evitar su deterioro. Se
está valorando la posibilidad de dejarlo a la vista y cubrirlo con
metacrilato.
Otra imagen del panel: Tumba
privilegiada (S. X).
Está en lo alto, en lo que fue la capilla, que más tarde veremos.
Y
otra imagen más: Sarcófago
con osario.
Aquí
está la tumba con el osario. Hay tres tumbas en la parte inferior de
la imagen, pero están parcialmente cubiertas como se puede ver, da
la sensación que son punto de paso y han sido protegidas así, para
que no se deterioren, por el equipo de arqueólogos, al igual que se
ha hecho con el foso de fundición de campanas.
Y
ahora leemos el texto de la parte inferior derecha del panel:
Los
restos óseos recuperados en el interior de la “tumba
privilegiada”, incorporada al interior de la capilla, sitúan
la cronología central del yacimiento a finales del siglo X. Esa
misma sepultura está construida con restos arquitectónicos de
ruinas anteriores, probando la existencia de una ocupación anterior
a la existencia de la necrópolis medieval. Una serie de rebajes en
la roca cortados por los sarcófagos, además de un muro conservado
sobre uno de ellos, apoyan esa hipótesis.
Entre
los sarcófagos destacan los conservados intactos, con sus losas de
cubierta originales y aquellos otros con osarios a sus pies,
demostrando su reutilización durante varias generaciones, perdurando
el uso de la necrópolis posiblemente hasta el siglo XII, y el de la
capilla incluso hasta el siglo XV, según las excavaciones
arqueológicas llevadas a cabo entre 2010 y 2014.
Nos
acercamos a las rocas para subir a la parte superior, donde estaba la
capilla. Retomamos el tríptico. Punto 3.
3
En
lo alto de la roca se situaba la capilla que se terminó de
derribar a mediados del siglo XIX, aunque su recuerdo siga vivo en la
memoria de los vecinos.
Ya
arriba, un gran boquete circular te llamará la atención en el
interior del recinto de lo que fue la capilla: es la huella de la
antigua torreta de hierro para la vieja Fábrica da Luz. Con
paciencia distinguirás las marcas del recinto de la capilla,
edificada en piedra. En las grietas del suelo, ahora cubiertas de
grava, se encontraron restos de huesos, una moneda del siglo XV,
restos de tejas y de tégula romana, lo que plantea la hipótesis de
que la capilla se edificara sobre los restos de una construcción
anterior, quizá una atalaya romana.
Y
mirando desde la peña hacia las tumbas, encontrarás los indicios de
lo que debió ser un balcón de madera.
En
esta superficie de la roca se encuentran cuatro sepulturas, de las
cuáles una es muy singular por encontrarse dentro de lo que fueron
los muros. Probablemente sea anterior a las demás, y está
construida con lajas reaprovechadas, tal vez de una ruina previa.
Era
un lugar destacado, y seguramente para uno o varios difuntos
importantes, pero ¿Quién o quiénes? ¿De dónde proceden estos
fragmentos? ¿Se veía una aldea desde el balcón? ¿Qué significaba
para estas personas este paisaje todavía impresionante? ¿Cuándo
comenzó la ocupación de este lugar?
Hay
un indicador, en la mitad de la subida: Peligro,
caída distinto nivel.
Hay que tener precaución pero no es peligroso.
Desde
este punto, hacia la mitad del ascenso, miramos hacia las tumbas.
A
la izquierda el camino hacia San Salvador, al que más tarde nos
referiremos.
Ya
estamos arriba, miramos hacia el camino por el que hemos venido. El
árbol de la izquierda tapa la parte del acceso al recinto.
Y
algo más a la izquierda...
En
la parte inferior de la imagen vemos las tumbas en donde está el
osario, parcialmente cubiertas con vegetación para evitar su
deterioro, al ser zona de paso.
Además,
las vistas son impresionantes desde aquí.
Esta
es una de las cuatro sepulturas situadas aquí, como se menciona en
el tríptico (?).
Y
este parece ser ...un
gran boquete circular te llamará la atención en el interior del
recinto de lo que fue la capilla: es la huella de la antigua torreta
de hierro para la vieja Fábrica da Luz.
Volvemos
a las impresionantes vistas. Desde aquí se pueden ver las dos
laderas del Cañón del Río Mao. A la izquierda vemos, como hicimos
anteriormente desde otro punto del camino de aproximación a la
necrópolis, la carretera OU-0605, que viene desde Parada de Sil y,
en la parte superior derecha la carretera discurre por la otra
ladera, ya en el municipio vecino de A Teixeira. El edificio de la
parte inferior derecha es la Antigua Fábrica de la Luz y también
puede distinguirse la pasarela que recorre el Cañón.
La
antigua Fábrica de la Luz, hoy convertida en albergue. En la parte
inferior puede verse uno de los antiguos postes.
Desde
la antigua Fábrica de la Luz parte la pasarela de madera, ya
mencionada en numerosas ocasiones, que recorre parte del Cañón del
Río Mao. Click Aquí para ver nuestro paseo por la pasarela.
Extraordinario
lugar.
Nos
resta el punto 4 del tríptico. Antes de bajar nos asomamos una vez
más hacia la parte de las tumbas. El punto 4 está situado, según
un croquis del propio tríptico, en el sendero que sube sobre las
tumbas, aunque se nos pasó, no lo vimos, o no estaba o...
4
Esta
es una de las mayores necrópolis rupestres conocida hasta el
día de hoy, documentada y excavada, de toda Galicia. La capilla y el
yacimiento en general reflejan lo que era la organización social y
religiosa inmediatamente anterior a la reforma parroquial del siglo
XII, cuando se adopta el esquema parroquial de iglesia, pueblo y
cementerio, en una estructuración del territorio que llegará hasta
nuestros días.
Este
no era un lugar aislado, porque los caminos principales pasan a
escasos metros. La capilla no indica que haya habido un eremita, sino
que se trata de un lugar de culto, quizá vinculado a una evolución
del primer cristianismo del mundo tardo antiguo.
Este
paraje de soledad y naturaleza agreste que contemplas desde aquí
pudo haber sido una de las vías principales de comunicación durante
siglos, que junto a la capilla y necrópolis, eran un lugar
importante en una organización social anterior a la que conocemos
hoy... de cuando las aldeas eran otras, de cuando los ritos
funerarios eran diferentes, de cuando la iglesia no había
configurado la parroquia como unidad administrativa.
Bajamos
a la zona de las tumbas.
Nos
damos la vuelta y vemos este indicador: San
Salvador 440 metros.
El sendero hacia San Salvador estaba ya unos metros más abajo muy
cubierto de maleza, por lo que decidimos no continuar. Dejamos
pendiente una próxima visita. En San Salvador se conservan ruinas de
una construcción, una capilla.
Volvemos
al lugar en el que empezamos para poner punto final a la visita de
hoy.
Fin.
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