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Museo del Castro de Viladonga. Sala 1. Castro de Rei (Lugo).


Estamos en Castro de Rei, municipio de la Terra Cha, interior de la provincia de Lugo. Visitamos el Castro de Viladonga y su Museo, compuesto por cuatro salas de exposiciones. Sigue la visita, hoy en la Sala 1.

Contenidos: Las construcciones (tipos, elementos de la construcción, las cubiertas vegetales, las cubiertas de teja); El castro (la organización de los espacios: Las defensas, los antecastros, accesos a la croa del castro, la croa); El medio natural (el entorno, el paisaje humanizado) y la ocupación prerromana.

Click Aquí para ver la visita completa al museo.

Vitrinas de la parte derecha (Las Construcciones y El Castro); Maqueta central (hecha con materiales naturales, representa uno de los conjuntos de construcciones o “barrios” en que se organiza el Castro, en concreto el situado frente a la entrada principal de la croa) y la mesa táctil para personas invidentes (derecha).

Coordenadas de situación de Castro de Rei en Galicia. Amplíe el mapa y llegará al Castro de Viladonga43.160823, -7.387373


Entrada en la sala.

Contiene dos vitrinas en cada una de las dos paredes, dos maquetas en el centro y otras dos vitrinas de menor tamaño en el tabique que separa esta sala de la contigua. También hay un expositor, el primero que veremos, entrando a la derecha.

Desde la entrada, vista a la derecha.




Centro.



Izquierda.



Comenzamos con el expositor a la izquierda de la imagen, al entrar en la sala desde el vestíbulo. Se denomina mesa táctil.



Vista general de la mesa táctil. Contiene 10 piezas numeradas con textos explicativos, también en caracteres táctiles para personas ciegas.



Piezas 1 y 2.

1 Olla pequeña con asas hecha a mano para cocinar. Época castreña.
2 Torques de oro. Collar ornamental o ritual de uso personal. Fundición. Siglos II – I a. de C.



Piezas 3, 4 y 5.

3 Fusayola decorada de piedra de pizarra. Labores textiles domésticos. Época castreña galaico romana.
4 Cerámica castreña decorada. Uso doméstico para cocinar, realizada a torno. Época castreña galaico romana.
5 Fragmento de tégula (teja) de barro. Uso constructivo (para cubiertas). Tiene impresa una huella de cabra o corzo. Época galaico romana.





Piezas 7, 8 y 9.

7 Reproducción en plata de moneda de oro acuñada bajo el mandato del emperador Arcadio (383-408 d. C.). Época galaico romana.
8 Hoz de rozar de hierro. Utilizada para podar. Época galaico romana.
9 Puñal de antenas de bronce. Uso votivo no militar. Realizado en fundición a cera perdida. Época galaico romana.



Piezas 9 y 10.

10 Taza de época romana decorada. Uso de servicio de mesa realizada en molde. Época romana.


Pieza 6 (no disponemos de la imagen de esta pieza, pedimos disculpas): Vaso de arcilla. Uso de servicio de mesa. Realizado a torno. Época galaico romana.


Seguimos, con las dos vitrinas de la pared de la derecha. La primera que vamos a ver es la más próxima al expositor anterior.

Vista general de la vitrina, titulada: Las Construcciones.

Contiene cuatro textos acompañados de imágenes e ilustraciones en la parte superior. Exposición de piezas arqueológicas en la parte inferior.

Texto con imagen situado más a la izquierda. El texto se acompaña de una imagen de una construcción del castro. Aportamos una imagen propia.

Tipo de construcciones.

Las construcciones, de diferentes formas y tamaños, se organizan formando conjuntos que habitarían distintos grupos familiares.

Algunas viviendas aparecen aisladas; otra se amplían mediante el arrimado de muros para nuevas dependencias, bien para servir de viviendas o bien como construcciones auxiliares: corrales, almacenes, talleres

Destaca una gran construcción alargada, de uso indeterminado pero seguramente comunal; por los agujeros excavados en el suelo se interpreta como un lugar con una función social o religiosa, o bien como un granero, sin descartar la presencia de un taller.

Vemos la gran construcción alargada a la que se refiere el texto.

El siguiente texto con imágenes, segundo por la izquierda. Se acompaña de la ilustración del plano del castro que, a su vez, tiene a su alrededor una serie de imágenes.


Cada imagen hace referencia a los distintos elementos de la construcción:

Escalera; muro de pizarra y seixo branco; canal; silo; piedra de solera; pavimento de pizarra; lareira; agujeros para postes; casas con zócalo.

Texto (Nota: intercalamos algunas imágenes propias):

Elementos de la construcción.

Los paramentos o muros de las construcciones del castro son todos de pizarra y tienen a veces en su base grandes bloques de seixo branco (filón blanco de cuarzo), para asentarlos y fortalecerlos. Estos bloques debieron cumplir además una función señalizadora de los espacios, marcando los cantos de las casas. También pudieron tener un cierto valor o símbolo de protección, por el carácter “mágico” que se le concede a veces a este tipo de piedra.

Vemos, en la construcción del centro de la imagen, la base de seixo branco.

En el interior, en la mayoría de las construcciones el suelo es de tierra o barro apisonado aunque algunas tienen pavimentos de pizarra, que también pudieran ser “eiras” o graneros.

Sobre los pavimentos, aparecen diferentes tipos de lareiras o cocinas: de piedra, de barro cocido o pisado; algunas están cerradas por los lados con piedras o losas hincadas, que cercaban y protegían el fuego.

Hay dispersos por el castro unos agujeros de diferentes formas, tamaños y usos: para colocar postes, como depósitos o silos para el grano o el agua (por medio de cestos, ollas o sacos).


En su exterior algunas casas tienen delante una especie de zócalo o pequeño atrio elevado, que realza la construcción; a veces, en las entradas colocan escaleras; otras veces, piedras de solera, siempre a un nivel más elevado que el de la calle para evitar la entrada de agua. Las hendiduras o canalillos hechos en la piedra son desagües o recoge aguas de grupos de construcciones.

El siguiente texto con ilustración es el segundo por la derecha.


Las cubiertas vegetales.

El “colmo” es un techo de paja y de otros materiales vegetales entretejidos, sobre armaduras de madera.

Para sujetar el colmo se usaban cuerdas tirantes por el peso de piedras o pesas de colmo. Este tipo de cubiertas pervivieron durante la época galaico-romana, coexistiendo con el tejado de barro.



Ahora el texto con ilustración que se sitúa más a la derecha:

Las cubiertas de teja.

La teja fue introducida en Galicia con la romanización. Se elaboraban con barro en moldes de madera para darles la forma deseada; después se ponían a secar al aire para, en una última fase, cocerlas en el horno. La mayoría llevan marcas digitales, hechas con los dedos en el barro fresco por su fabricante.

Las tejas son de dos tipos: las tégulas planas y las ímbrices curvas, que se colocaban combinadas sobre estructuras de madera, llamadas armaduras de cubierta.


Las cubiertas de tejas se utilizaron en el castro para las casas de tipo cuadrangular y de paredes rectas, mientras las casas circulares o de paredes curvas llevaban cubierta de paja o colmo.

La aparición de losas de pizarra con clavos apunta a la hipótesis de posibles cubiertas con este material.


A continuación, empezando justo debajo de esta última ilustración, es decir, de derecha a izquierda, las piezas o los distintos grupos de piezas de esta vitrina.

Tégulas (tejas planas) e ímbrice (teja curva).



Llaves de puerta.



Pesa para la cubierta de colmo.



Losa (de pizarra) con clavo.



Quicio de puerta.



Clavos, tachuelas y otras piezas para estructuras de madera (canalizaciones, vallados, puertas, techos).



Izquierda: Sello de oleiro (alfarero) con nombre en griego: “Akudon”. Derecha: Teja con marcas de clavos (¿calzado?).



Pieza situada en el exterior de la vitrina, en el suelo.

Quicio.




Continuamos con la segunda vitrina de este lado de la sala.

Vista general de la vitrina, titulada: El castro: La organización de los espacios.

Una presentación audiovisual en el centro. Ocupando la parte superior, cuatro epígrafes con textos acompañados de imágenes (tres de ellos) y una ilustración (el cuarto).

La presentación audiovisual del centro de la vitrina que, como es natural, no podemos reproducir aquí.



Texto con imagen situado más a la izquierda.

La imagen es una vista aérea del castro.

Las defensas.

La muralla principal es una masa de piedra y tierra que tiene por su cara interior unos gruesos muros de piedra de pizarra. La segunda muralla de menor altura es de piedra por fuera, con un muro de piedra por el interior en su lado este. La tercera y la cuarta muralla están constituidas por piedra y tierra sin asentar, a modo de gran parapeto.

Los fosos están excavados en la roca de pizarra natural en forma de U o casi de V, con una profundidad de hasta dos metros, y conforman con las murallas un sistema defensivo bien articulado que se repite hasta tres veces por el lado nordeste del yacimiento.


El siguiente texto con imagen.

La imagen es otra vista aérea, esta vez de una parte del castro.

Los antecastros.

Son terrazas delimitadas por altos parapetos, con una utilización probablemente muy diversa pero que aún no bien determinada. En el antecastro sureste se sitúa la entrada de una cueva excavada en la roca, para una posible prospección acuífera o minera.

El yacimiento se completa con los desniveles y terraplenes naturales del terreno, a veces complementados con muros y parapetos de pequeña altura.


A continuación, otro texto, acompañado de imágenes.

Accesos a la croa del castro.

En el castro se documentan dos accesos a la croa protegidos por unos muros de piedra de grueso aparejo. El acceso del lado este está parcialmente empedrado y en sus muros aparecieron unos entalles verticales que señalan la posibilidad de la existencia de dos puertas sucesivas.

Añadimos estas imágenes propias.

Acceso del lado este.

Los entalles verticales referidos.

El otro acceso, el del lado oeste, visto desde el exterior, en el denominado antecastro oeste.

El texto situado más hacia la derecha se acompaña de una ilustración con un plano del castro, que destaca en color rojo la parte del mismo que se denomina croa.


La Croa.

En la croa del castro se observa un muy rudimentario urbanismo: las construcciones se agrupan formando conjuntos, dejando entre ellos espacios para circular a modo de calles. Hay un paso o calle norte-sur, otro que va de este a oeste (de puerta a puerta), y otro a modo de ronda interior que da a las viviendas del lado norte y que, posiblemente, circunde todo el interior de la croa.

En torno a las calles se articulan grupos de construcciones, que podrían identificarse con grupos familiares y en los que se integran viviendas, corrales, posibles almacenes e incluso talleres de cantería.


Concluimos con esta vitrina fijándonos en esta pieza arqueológica situada a sus pies.

Piedra de cierre.



Continuamos con esta maqueta, con vitrina. (De las dos situadas en el centro de la sala, la que está más próxima a la pared de la vitrinas ya vistas, al entrar en la sala mirando a nuestra derecha).


Esta maqueta representa uno de los conjuntos de construcciones o “barrios” en que se organiza el Castro, en concreto el situado frente a la entrada principal de la croa.

En ella aparecen construcciones circulares y cuadrangulares, con techos de paja y de teja, y con elementos como enlosados, canales, soleras, etc.

(Escala aproximada: 1/30).

Hecha con materiales naturales. Fue elaborada por Antón Castro, Andrés Lombardía, Antonio Lombardía y Mario Lombardía, con la colaboración de Encarna Fernández y Fernanda Lombardía, siguiendo los criterios y el diseño proporcionados por el Museo.

Ilustración que acompaña al texto.



Recorrido alrededor de la vitrina:






Ahora nos situamos casi en el centro de la sala y vemos desde aquí las dos maquetas centrales y las dos vitrinas pequeñas situadas en la pared que separa esta sala de la siguiente. Estas dos vitrinas quedan mirando hacia la siguiente sala por lo que se tratarán en el capítulo dedicado a esa sala.



Vitrina de la pared que separa ambas salas, la situada a la derecha si miramos desde la entrada a la sala.



A la izquierda la otra vitrina de la pared que separa ambas salas, la situada a la izquierda si miramos desde la entrada a la sala. En primer término la otra maqueta del centro, que veremos a continuación.



La vitrina referida, más cerca. Al fondo, la vitrina de la sala siguiente, situada en la misma posición que la presente.




La segunda maqueta del centro de la sala.


Esta maqueta se hizo para la exposición “Cántabros, Astures y Galaicos” (Ministerio de Cultura, 1982), en base a los planos de las primeras excavaciones en el Castro de Viladonga y tiene un carácter volumétrico y aproximado.



Volvemos a la entrada de la sala, continuamos con las dos vitrinas de la pared de la izquierda.



La primera de las dos vitrinas que vamos a ver es la que está más próxima a la entrada a la sala. Se titula: El Medio Natural.

Contiene dos textos, uno a cada lado y entre ellos, ilustraciones sobre la fauna y flora del castro. Exposición de piezas en la parte inferior.

Texto situado a la izquierda:

El entorno.

El entorno geológico del castro de Viladonga es de una gran variedad con predominio de pizarras, esquistos y cuarzos y, a una mayor distancia granitos; también aparecen depósitos arcillosos y formaciones calizas.

La ocupación histórica del castro corresponde al llamado período subatlántico, con un clima templado, más cálido y húmedo que el actual.

En la vegetación predominaban las formaciones arbustivas y herbáceas (toxos, uces, brezos, helechos, etc.); tierras de labor y de huerta y, siguiendo el curso de los ríos, pequeñas superficies de carballeiras (robledales), bosques de abedules y alisos.

La fauna silvestre sería igualmente muy parecida a la actual, con la presencia de distintas especies de cérvidos (ciervo, corzo…) y de porcos bravos o jabalíes, junto a una amplia variedad de pequeños carnívoros: cánidos como el lobo, el zorro, mustélidos como la comadreja, el tejón, etc.


Texto situado a la derecha:

El paisaje humanizado.

La variedad geológica de la comarca de Viladonga se puede comprobar en los materiales pétreos empleados tanto en las construcciones como en la fabricación de enseres domésticos y útiles de trabajo.

La inexistencia de pozos o manantiales (por lo menos, no localizados hasta ahora) y la propia situación en altura del asentamiento hacen pensar que el principal aprovisionamiento de agua debía proceder de muchas fuentes, ríos y regatos próximos, aprovechándose además el agua de la lluvia por medio de concavidades o pozas naturales o de grandes recipientes, de los que aparecen frecuentes muestras en el castro.

El estudio de los restos vegetales recuperados en el yacimiento lleva a pensar en una agricultura dedicada al trigo, avena, cebada… complementada con el cultivo de habas, berzas, nabos… y con la recolección de frutos silvestres, peras, bellotas, moras,

Los restos de animales aparecidos en el castro indican una ganadería predominantemente bovina (vacas y bueyes) y, en menor medida ovicáprida (ovejas y cabras), así como de porcinos domésticos (cerdos) y equinos (caballos), documentados por los huesos y por la presencia de los arreos. Vacas y caballos también podrían criarse en libertad. Otras especies quedaron también registradas en las huellas impresas sobre teja o sobre cerámica (de oveja o cabra, de perro y de gato).



Las distintas especies vegetales de la ilustración.

Roble; Castaño; Aliso (ameneiro); Abedul; Toxo; Xesta; Brezo; Uz blanca; Helecho.

A continuación, de izquierda a derecha, las piezas o los distintos grupos de piezas de esta vitrina.

Tipos de piedra más corrientes en el Castro.



La siguientes piezas no llevan texto pero se diría que no lo necesitan.









Simientes de trigo (Triticum aestivum); Pomos con simiente de pera (Pyrus pyraster); Simientes de avena (Avena fatua).




Continuamos con la vitrina situada a la derecha de esta imagen. Lleva por título: La Ocupación Prerromana.

Contiene una ilustración y una imagen, acompañadas ambas de sus correspondientes textos. Exposición de piezas en la parte inferior.

Ilustración de la izquierda. La ilustración consiste en un plano del castro, con una imagen.


Texto:

En las excavaciones realizadas en el ángulo noreste de la croa y por fuera de la muralla del lado este, se documentó una ocupación anterior a las construcciones y a las defensas que hoy están a la vista. Se desconoce todavía la importancia y la extensión de esta ocupación prerromana, que pudiera tratarse de algo muy limitado, en el tiempo y en el espacio, antes de que el conjunto se habitara y fortificara en la época galaico-romana tardía.

Esta ocupación prerromana, que correspondería a los siglos II-I antes de Cristo (datación C14), se refleja en algunos muritos, a veces acompañados de restos de lareiras y generalmente muy destrozados, pues casi directamente sobre ellos se construyeron las estructuras de época galaico-romana.

En esta imagen propia podemos ver, en la parte inferior derecha, el sector que señala la flecha del plano de la ilustración.

Conjunto de la parte derecha.



Ilustración que hace referencia a una parte de la construcción que aparece en la imagen. Texto: Reproducción de la cabaña de Campa Torres-Xixón.


Texto:

En este nivel antiguo aparecen abundantes fragmentos de pallabarro pertenecientes a paredes o techos de cabañas, así como cerámica de tipo castreño de baja calidad, normalmente sin decoración o con simples incisiones. Se pueden asociar también a este nivel algunos objetos de bronce muy fragmentados o en mal estado.

En otras partes de la croa del castro aparecen algunos materiales, como un hacha de talón de bronce o una olla pequeña de seis asas, que son elementos de una tradición más antigua (de la Edad del Bronce), y probablemente piezas de carácter “residual” o incluso votivo.


A continuación, de izquierda a derecha, las piezas o los distintos grupos de piezas de esta vitrina.

Olla pequeña hecha a mano, para colgar sobre el fuego o como instrumento de iluminación.



Cerámica hecha a mano, sin uso de rueda o torno.



Hacha de tipo único, residual de la Edad del Bronce. Pudo ser una herramienta, o usarse como pieza de cambio, o incluso tener un valor votivo o simbólico.



Piezas metálicas de uso diverso: aguja, mango, fíbula, remates.



Fragmentos de barro con improntas o marcas de palo y maderas (“pallabarro”), correspondientes a las paredes o techos de las construcciones prerromanas.



Terminamos la visita con la vista de la puerta de acceso a la siguiente sala.



Click Aquí para ver la Sala 2. En su capítulo 1 veremos las vitrinas de la sala dedicadas al estudio del trabajo de la cerámica: la “terra sigillata”, la cerámica común romana y la cerámica castrexa.


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