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Sargadelos. Fábrica Antigua (1791-1875). Un Pionero: Raimundo Ibáñez. En Cervo, Mariña Lucense.


Estamos en la parroquia de Santiago de Sargadelos, perteneciente al municipio de Cervo, en la Mariña Lucense. Visitamos los restos de la antigua fábrica de fundición creada a finales del siglo XVIII por Raimundo Ibáñez. En 1804 inició también su actividad la fábrica de cerámica. Tras la muerte del fundador, en 1809, la factoría pasó por diferentes etapas, la historia de la Real Fábrica se divide en cuatro épocas. Cada una de las etapas se caracterizará por un determinado tipo de loza y elementos decorativos, siendo el periodo de mayor esplendor el que se corresponde con la tercera época (1845-1862). Hubo cambios en la gestión y la propiedad, y continuó funcionando hasta el año 1875, en que cerró definitivamente.


Veremos las distintas edificaciones del conjunto, que se declaró Conjunto Histórico Artístico en 1972, en sus distintos estados de conservación: la casa de dirección (hoy Museo Histórico), la posada, las fraguas, los altos hornos, los hornos de calcinación, la carpintería, taller mecánico, almacenes… todo alrededor del canal que trae el agua del río Xunco. Siguiendo el canal, el hermoso Paseo dos Namorados, el prado, la Fonte da Tella… Tras los pasos del pionero Raimundo Ibáñez, en el s. XX Sargadelos resurgió, pero eso es otra historia… para otro capítulo.


Ruinas de los hornos de calcinación de mineral del complejo fabril de Sargadelos.



Coordenadas de situación de Cervo en Galicia. Amplíe el mapa y llegará a Sargadelos: 43.661085, -7.404607


Nota: Los textos que leeremos en cursiva han sido extraídos del trabajo titulado: La Arquitectura de la Real Fábrica de Sargadelos, cuyo autor es D. Guillermo Bas Ordóñez, Doctor en Historia del Arte. Profesor-tutor de Historia del Arte. Consultor y Gestor Cultural con especialidad en Patrimonio Histórico, Documentalista e Investigador Freelance. El estudio se publicó en: Espacio, Tiempo y Forma. Serie VII, Hª del Arte, t. 22-23, 2009-2010, pags. 275-301.

También hemos recurrido a los textos que figuran en los distintos paneles informativos situados en la sala que alberga la colección de más de 600 piezas de Sargadelos del Museo de Pontevedra. La colección la veremos al detalle en próximos capítulos.



Al llegar a Sargadelos, a la parte de la parroquia en donde están los restos de la fábrica antigua, lo primero que vemos es este edificio. Se trata de la llamada Casa de la Dirección, o de la Administración. Hoy alberga el Museo Histórico de Sargadelos. El día en que estuvimos allí estaba cerrado, por lo que su visita queda pendiente. Estamos justo aquí: 43.661085, -7.404607


Dentro del amplio y detallado trabajo del Prof. Bas Ordóñez, entresacamos unos breves párrafos tomados del epígrafe titulado: Antonio Raimundo de Ibáñez y el origen de la fábrica, centrado en la figura del fundador. Con posterioridad a su muerte, como se ha indicado, la fábrica sufrió numerosas vicisitudes y cambios en la propiedad y en la dirección, con altos y bajos en la producción, a lo largo de su azarosa historia. Se trata de una ligera semblanza de la vida del pionero Ibáñez.


Comenzamos:


Las fábricas de Sargadelos y la figura de su fundador, Antonio Raimundo de Ibáñez, marqués de Sargadelos (1749-1809) han hecho correr ríos de tinta. Su historia ha despertado el interés de eruditos e historiadores desde hace casi siglo y medio, vinculada sobre todo a la producción de loza. Ibáñez fue un hombre de negocios adelantado a su tiempo, equiparable a grandes industriales extranjeros y a los empresarios que protagonizarán la Revolución Industrial en nuestro país a mediados del siglo XIX.


Estatua de Raimundo Ibáñez en la actual fábrica de Sargadelos, muy cerca de donde nos encontramos.



El 17 de octubre de 1749 nacía en el lugar de Ferreirela, en la parroquia asturiana de Santa Eulalia de Oscos, Antonio Raimundo Ibáñez. A la edad de 18 años, fue enviado al palacio de Guimarán, en Ribadeo (Lugo).


Aquí fue nombrado administrador general (mayordomo) de la casa, y en 1770 comenzó a dedicarse a la importación de aguardientes y vinos (más adelante también de aceite) de Andalucía, donde tenían intereses los Rodríguez Arango, y Levante, hasta convertirse en monopolista del ramo en la comarca del Eo.



En 1774 conoce a Joaquín Cester, ex director de la manufactura de cerámica de Talavera que había sido enviado a Ribadeo para establecer una casa-fábrica de textiles. Aunque ese proyecto no se llevó a cabo, la relación con Cester puso a Sargadelos en contacto con el mundo de las Reales Fábricas. Su siguiente empresa fue la constitución de una sociedad juntos con sede en Carril (Pontevedra) y un capital de 400.000 reales con el objetivo el transporte de «lino de la Rusia, hierro y acero de Suecia, ollas de Burdeos y bacalao de Terranova».




Resulta muy interesante este negocio pues supone el primer contacto comercial del marqués con la industria del hierro, en ese caso como importador, que no tardará en interesarle como productor. Esta empresa se liquidó en 1795.

En 1788 Ibáñez solicita por primera vez autorización para establecer una fundición «en el Río que nace en los Montes de Rúa, provincia de Mondoñedo». La idea desató la oposición de las autoridades locales, oficialmente a causa de los perjuicios ocasionados por la tala de los árboles necesarios para obtener el carbón vegetal preciso para los altos hornos.

Ante la negativa, el marqués acudió a Madrid, obteniendo finalmente el permiso del rey Carlos IV el 5 de febrero de 1791. La cédula autoriza a Ibáñez a establecer «una fábrica de olla de hierro, llamadas vulgarmente potes, a imitación de las que se traen de Burdeos». Las obras comenzaron pocos meses después y la fundición de hierro se inició en mayo de 1793.

El 20 de junio de ese año, Ibáñez se ofrece para fabricar municiones en la factoría. La producción debió de comenzar poco después, pues la primera remesa de materiales fue enviada a La Coruña el 21 de enero de 1795. El total de la producción balística en 1794-1807 fue de 141.884 quintales. En cuanto a la plantilla, hacia 1798 trabajaban en la fundición 54 operarios.




El lugar previsto para el establecimiento era la parroquia lucense de Santiago de Sargadelos, unos metros al sur del pueblo propiamente dicho y en el valle del río Xunco. Pertenecía administrativamente al ayuntamiento de Cervo, partido judicial de Vivero. En cuanto a las comunicaciones, se encuentra a unos 5 kilómetros del puerto de San Ciprián, a 4 de Burela y a 39 de Ribadeo.

El carbón vegetal, era obtenido de la madera de los bosques circundantes y provenía de especies autóctonas (sobre todo castaño, pero también tejo, abedul, madroño, etc).

En cuanto al mineral, procedía de minas emplazadas en localidades vecinas como Vivero o Reinante, e incluso del occidente de Asturias.




En 1804 el marqués había establecido una fábrica de cerámica, con intención de aprovechar el caolín procedente de Burela.

Amigo de Godoy, Ibáñez obtuvo la cruz de Carlos III y, poco antes de su muerte, los títulos de conde de Orbaiceta y marqués de Sargadelos. Aunque nunca llegó a utilizarlo, es con este último con el que ha pasado a la historia.

Tras la invasión francesa de 1808, Galicia secundó el levantamiento popular iniciado en Asturias el 9 de mayo tras los sucesos de Madrid. En Ribadeo se formó una Junta Patriótica, de la que Ibáñez fue nombrado vocal. La Junta mantuvo una actitud expectante, lo que le granjeó la animadversión popular. En enero de 1809, las tropas francesas de Fournier ocuparon la villa cometiendo numerosas tropelías a pesar de las súplicas de la Junta y proclamando rey a José Bonaparte.

El 2 de febrero de 1809, tropas españolas procedentes de Asturias penetraron en Ribadeo, expulsando al ejército francés. Los miembros de la Junta habían huido ya a excepción de Ibáñez, que intentaba escapar de la localidad a lomos de una mula cuando fue detenido por una turba y asesinado a puñaladas a las afueras de la villa. Terminaba cruelmente la vida de este notable emprendedor.



Bajando por la carretera que nos acerca al complejo. Vemos, tras la verja, el jardín de la casa de dirección.




Ahora incorporamos el siguiente esquema de las construcciones del complejo, extraído del trabajo del prof. Bas Ordóñez:


Esquema de la disposición de edificios de Sargadelos en su última época, hacia 1855-1870. Pueden distinguirse: 1) Fábrica de hierro dúctil; 2) Casa de dirección; 3) Almacén; 4) Mesón; 5) Casa y almacén; 6) Carpintería; 7) Taller mecánico; 8) Fraguas; 9) Almacén de ollas (originalmente también habitaciones para obreros); 10) Altos hornos; 11) Hornos de calcinación de mineral; 12) Almacén de productos siderúrgicos.



Nos situamos frente a la entrada principal a la casa de dirección. Al fondo apenas se divisa la fábrica de hierro dúctil.




El prof. Bas apunta:

Los edificios se disponen en el valle del río Xunco, por encima del cauce de agua, en su margen derecha y en uno de sus meandros, quedando entre el recinto y el arroyo un amplio prado que nunca ha sido edificado. La fábrica forma una parcela rectangular que sigue un eje aproximadamente NE-SW a 93 metros sobre el nivel del mar.

El recinto fue allanado sobre la suave falda de la montaña, para lo que fue preciso realizar varios desmontes y muros de contención y una plataforma nivelación con muros de soporte de sillería que constituye el límite del conjunto por sus lados N y W. La fuerza motriz hidráulica proviene de una presa levantada en el río, situada a unos 300 metros al sur de la fábrica.

De ella parte un canal que va progresivamente alejándose del cauce fluvial para atravesar el complejo y finalizar en una amplia represa perpendicular al propio canal. A su vez de la represa salía un corto canal que proporcionaba energía a la fábrica de hierro dúctil antes de desembocar de nuevo en el río.


El canal atraviesa la finca, pasa junto a la casa de dirección y sigue hacia la fábrica de hierro dúctil.



La canalización de agua formaba el eje articulador de la primitiva factoría. A su margen derecha se emplazaba la zona fabril y administrativa. En su extremo oeste se situaba la fundición propiamente dicha, seguida por dos bloques de edificaciones que albergaban la fragua, las oficinas y la posada para forasteros. Enfrente, al otro lado del canal, se encontraban las carboneras y tras ellas, los almacenes y hornos de calcinación. Ante estas construcciones se abría una amplia plaza que debió de utilizarse para el trasiego de materiales y, probablemente, para hacer las pilas para obtener el carbón vegetal necesario para el proceso siderúrgico.



Al otro lado de la carretera empezamos a ver las instalaciones de la fábrica. Aquí vemos el edificio de mayor tamaño era el mesón y posada. A la izquierda, el edificio de menor tamaño era un almacén.




Cruzamos la carretera y caminamos junto al canal. A la izquierda vemos el mesón y más allá divisamos el edificio contiguo, donde se encontraban las fraguas.




Según vamos caminando vamos viendo otras edificaciones del complejo original de Sargadelos. A nuestra derecha vemos el edificio que albergaba la carpintería: La primitiva carpintería, construida entre 1791 y 1803, fue posteriormente ampliada y finalmente transformada en vivienda particular. En la actualidad, aloja un pequeño bar; paradojas de la reutilización de espaciosHay un amplio espacio, la plaza mencionada por el autor: ...una amplia plaza que debió de utilizarse para el trasiego de materiales y, probablemente, para hacer las pilas para obtener el carbón vegetal necesario para el proceso siderúrgico.




El taller mecánico, a nuestra derecha según caminamos, pegado al canal, ...levantado entre 1846 y 1849 aproximadamente. Representante de la última fase constructiva de Sargadelos, en él se construyeron dos máquinas de vapor para la propia empresa.





En esta imagen vemos también el llamado almacén de ollas (originalmente también habitaciones para obreros) y el almacén de productos siderúrgicos.




Volvemos a cruzar el canal. Desde aquí miramos hacia la carretera y la palmera que hay en el jardín de la casa de dirección.




Dependencia del mesón, con chimenea. Más tarde veremos la chimenea desde el interior.




Enfrente del taller mecánico, a este lado del canal, están las fraguas.




Escaleras de subida al interior de la fragua a la derecha de la imagen.




Una de las dos fraguas. Vamos a pasar al interior de la misma.




Subimos las escaleras de acceso al interior de la fragua.





Interior de una de las fraguas.




Salimos al espacio, callejón, calle que discurre paralelo al mesón y las fraguas, por la parte de atrás. Vamos a recorrerlo en sentido contrario para ver algunas estancias de la posada.




A la derecha, al fondo, vemos las edificaciones que el autor numeraba en su esquema como 3 y 5, casa y almacén. El muro de la derecha entendemos que es uno de los muros de contención que se hicieron para allanar el terreno, tal como el prof. indica algo más arriba.




Recorremos pues el callejón en sentido contrario y entramos ahora en dependencias del mesón-posada.





Cruzamos el callejón y subimos las escaleras de la derecha. Se trata de las edificaciones 5 del esquema, casa y almacén.




Desde la parte superior miramos a nuestra derecha: el mesón.




Mirando al frente distinguimos los edificios de la antigua carpintería, en el centro, y, a la izquierda, el taller mecánico.




Mirando hacia nuestra izquierda vemos las dependencias de las fraguas, con sus chimeneas. Vamos a bajar al callejón para continuar el paseo.




Llegamos al final del callejón. Al otro lado, el acceso a los altos hornos.




Doblamos la esquina y a nuestra derecha vemos uno de los dos altos hornos. Señala el prof. Bas: ...bajo el arco carpanel pasaba el eje de la rueda hidráulica (el canal se sitúa inmediatamente detrás) y la fosa situada ante él albergaba la máquina soplante. A la izquierda, los restos de la tobera.




El callejón queda a nuestra espalda.




Alto horno. Detrás, a la derecha, el taller mecánico. Enfrente, el edificio definido por el autor en el esquema como: Almacén de ollas o Almacén para productos terminados. Se sitúa en la zona norte de la fábrica y data de la primera fundación de 1791. Parece que en los primeros momentos se utilizó también como vivienda para operarios.




Desde aquí, a nuestra izquierda, iremos hacia los llamados hornos de calcinación, detrás, el Paseo dos Namorados. A la derecha el almacén de productos siderúrgicos asoma.




Mirando a nuestra espalda, el callejón, el alto horno.




Al lado del alto horno pasa el canal. Hay una pequeña pasarela de madera para acceder al otro lado.




Desde la pasarela, a nuestra izquierda, el almacén de productos siderúrgicos. A la derecha, el almacén de ollas.




Hemos cruzado por fin la pasarela.







A este lado del canal hay un espacio verde con mesas y bancos de piedra.






Continuamos caminando junto al canal.




Vamos a acercarnos a los hornos de calcinación del mineral.






Ruinas de los hornos de calcinación, realizados durante la etapa de Luis de la Riva, antes de 1849. Esta es la llamada tercera época (1845-1862), en la que la fábrica de cerámica vivió su máximo esplendor. Luis de la Riva fue el arrendatario de la empresa en esta época, hasta que la dirección volvió a la familia Ibáñez.




Muy cerca de los hornos llegamos a este punto en el que vemos este indicador. A la derecha indica: Paseo dos Namorados. A la izquierda: Senda botánica.




A la izquierda, el sendero que conduce a la Senda Botánica. A la derecha, el Paseo dos Namorados, que discurre a ambos lados del canal, hasta llegar a la presa que recogía las aguas del río Xunco. La presa se levantó en 1791 y se reformó a mediados del siglo XIX.




Panel informativo acerca de la Senda Botánica, que se inicia aquí.




Paseo dos Namorados y canal.




Desde aquí miramos a nuestra espalda y divisamos los distintos edificios del complejo.




Mientras continuamos el paseo, vamos a ir intercalando unos párrafos, extraídos de los paneles informativos de la sala del Museo de Pontevedra que alberga la colección de piezas de Sargadelos:

La Real Fábrica de Loza de Sargadelos, fundada en el municipio lucense de Cervo por D. Antonio Raimundo Ibáñez, fue la primera fábrica de loza moderna creada en España por iniciativa empresarial de carácter particular.

La historia de la Real Fábrica se divide en cuatro épocas que abarcan desde 1805 hasta 1875, año en que se cierra definitivamente. Cada una de las etapas se caracterizará por un determinado tipo de loza y elementos decorativos así como los correspondientes sellos y marcas de fábrica.

El periodo de mayor esplendor se corresponde con la tercera época (1845-1862), en la que se introducen las últimas novedades en técnicas decorativas, una gran variedad de motivos y un nuevo tipo de loza muy blanca, resistente y brillante, la china opaca.

La colección del Museo de Pontevedra, una de las más importantes, está compuesta por más de 600 piezas.




La primera etapa de Sargadelos (1806-1832) se caracterizó por la producción de lozas de tipo inglés (cream ware), en un tono blanco cremoso, ligeras y con barniz cristalino. Con ese acabado se comercializaron una gran variedad de piezas de vajilla así como objetos de aseo y tocador o porrones.

A éstas hay que añadir las placas decorativas con bajorrelieves de temas alegóricos, mitológicos y bíblicos; floreros de jardín; bustos de filósofos griegos para adornar jardines y palacios y también floreros con figuras humanas o animales.

La pieza estrella de esta primera época es la gran placa de loza con un relieve conmemorativo de la Defensa del Parque de Monteleón, de la cual únicamente se conservan cuatro ejemplares, uno de ellos el que posee el Museo de Pontevedra.




En la segunda etapa de Sargadelos (1835-1842) los catálogos de la fábrica ofrecerán a sus clientes una gran variedad de productos - realizados en una pasta de mayor calidad más blanca y resistente (pearl ware) -, introduciendo nuevas formas como los candelabros o los centros de mesa calados de estilo neogótico.

Las primeras lozas pintadas tendrán como decoración motivos florales de factura sencilla combinando los colores rojo, rosa, verde, azul y negro.

En la misma línea temática se encuentran las piezas que, a partir de la tercera época y mediante el sistema de estampación, presentan en la superficie ramitos de rosáceas y campanillas trepadoras iluminadas en tonos pastel, dando como resultado objetos de aspecto más fino y delicado.




En la tercera etapa (1845-1862), Sargadelos introduce el sistema de estampación mecánica para aplicar la decoración en los distintos tipos de piezas. Entre los temas frecuentes se encuentran los paisajes y vistas fantásticas inspiradas en las lozas inglesas. El jardín victoriano con una embarcación tipo góndola y una gran crátera de estilo clásico (modelo góndola) se convertirán en unos de los más populares.

Junto a los anteriores destacan las viñetas con vistas reales en las que se reproducen diferentes escenarios de ciudades españolas (Sevilla, Córdoba, Madrid, Santiago de Compostela, Carril, Ferrol…) y extranjeras, concretamente de La Habana (vistas de Cuba).




Vista atrás.





Aquí vamos a dar la vuelta. Algunos metros más allá está la presa. Miramos ahora a la derecha y vemos la carretera y el río Xunco. Hay también bancos y mesas de madera.





Al regresar hacia los edificios vemos el prado de la imagen. El río se separa de la carretera. Nos acercamos al hermoso prado. Al fondo vemos un panel informativo que trataremos más tarde.







Cruzamos el prado y nos acercamos al río. Hay un pequeño puente de madera.



Antes de llegar al puente sobre el río vemos el edificio que estaba dedicado a almacén de productos siderúrgicos.




Desde el puente, el Xunco río arriba.




Río abajo.




Fonte da Tella, al cruzar el puente.




Volvemos a cruzar el puente, ya de regreso. Hay un panel informativo sobre el llamado Sendero peatonal Sargadelos-Rueta que a lo largo de 5,1 kilómetros nos lleva por lugares de esta parte del municipio de Cervo. En otra ocasión volveremos, para poder ver también la Senda Botánica y, por supuesto, el Museo Histórico, hoy cerrado.




Volvemos hacia la carretera que atraviesa el antiguo complejo industrial. Mientras regresamos por el prado observamos que lo que fue el almacén de productos siderúrgicos es hoy una instalación ecuestre (https://www.facebook.com/cabalinodepao/).
..


Sus nombres son Chispa y Sira.




A nuestra derecha divisamos, a lo lejos, los hornos de calcinación y la senda botánica.




El taller mecánico y las fraguas, a la izquierda. Llegamos al punto final de este capítulo dedicado a la antigua fábrica de Sargadelos. Aquí, donde hoy todo es silencio, se desarrolló una intensa actividad fabril, desde finales del siglo XVIII, durante varias décadas. Todo por iniciativa del pionero Ibáñez, de los que siguieron con la empresa a su muerte y de aquellos que trabajaron aquí.




En el capítulo siguiente veremos la moderna fábrica de Sargadelos, inaugurada en 1970, por iniciativa de otro pionero, D. Isaac Díaz Pardo (y los que lo acompañaron).
Click Aquí.





Fin.


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