Continuamos con nuestra serie de visitas a la Catedral de Santiago de Compostela. En el capítulo anterior hemos visto el claustro, que está incluido en la visita al Museo Catedralicio. En el presente dedicaremos nuestra atención a dos lugares que merecen tener su propio espacio. En primer lugar, junto al acceso desde el museo, lado norte del claustro, la Capilla de Alba. Su construcción se inició a principios del siglo XVI, al mismo tiempo que el propio claustro plateresco, y se fundó en 1529, como se ve en una inscripción sobre la entrada, para servir de panteón a los Rivero de Aguilar, familia compostelana.
En la capilla destacamos la bóveda estrellada, similar a las del claustro, y el retablo, que es rococó, obra de José Gambino y representa el pasaje de la Transfiguración, que daba nombre a la capilla, aunque popularmente se empleó el de Alba.
En el tercer piso del Museo se encuentra el acceso a la Galería de la Balconada, que data de principios del siglo XVII y ofrece una privilegiada vista de la Plaza del Obradoiro, y también de la Rúa de O Franco y resto del casco histórico. A finales de diciembre, un día soleado de invierno y otro lluvioso… también de invierno.
Fin.
Comentarios
Publicar un comentario