Visitamos
el Castillo de Sobroso, en la parroquia de Vilasobroso, municipio de
Mondariz. El castillo está documentado ya en el siglo IX y tras
azarosos avatares históricos su propiedad fue adquirida, en 1923,
por D. Alejo Carrera Muñoz, que lo restauró. Hoy, el castillo, tras
pertenecer al municipio vecino de Ponteareas, ha sido cedido a la
Diputación de Pontevedra, que lo mantiene y gestiona.
En
esta Parte II pasamos al interior. Veremos la parte residencial,
formada por dos cuerpos, separados por un estrecho pasillo, y las
salas de su interior, dedicadas a exposiciones y museo. Subiremos a
la torre del homenaje, en cuyo interior hay una recreación de una
casa tradicional gallega y saldremos a ver las impresionantes vistas
desde sus garitas y almenas.
Click Aquí para ver la Parte I.
Click Aquí para ver la Parte I.
Vista
desde lo alto de la Torre del Homenaje. En la parte inferior, los dos
cuerpos que componen la parte residencial, separados por un estrecho
pasillo y… las fabulosas vistas.
Coordenadas
de situación de Mondariz en Galicia. Amplíe el mapa y llegará al
Castillo de Sobroso: 42.205989, -8.463430
En
el capítulo anterior llegábamos hasta aquí, la entrada principal
al edificio del castillo.
Lo
que tenemos a la vista es la parte residencial del castillo, de dos
pisos. En el piso inferior está la sala dedicada a recepción y
tienda, entrando a la izquierda. En el piso superior hay dos salas
más amplias, una dedicada a exposiciones y conferencias y la otra
dedicada a museo.
Justo
al entrar, a la izquierda, la estancia dedicada a recepción y
tienda.
Ya
desde dentro.
La
tienda y
recepción para el visitante.
Saliendo
de la tienda subimos por este estrecho pasillo, al que nos hemos
referido, que separa los dos cuerpos que componen la parte
residencial y que nos lleva hacia las escaleras que suben a la torre
del homenaje.
Unos
pasos más adelante, miramos hacia atrás.
A
ambos lados del pasillo hay dos salas. Entramos en la que queda a la
izquierda, subiendo. Vista de la sala desde la puerta.
Esta
sala está dedicada a exposiciones y conferencias y lleva el nombre
de D. Alejo Carrera Muñoz, que adquirió la propiedad en 1923 y la
restauró a lo largo de largos años.
Reproducciones
de los retratos de Doña Urraca y de Alfonso VII.
Una
de las ventanas que hay en este muro del castillo. Detrás del bonito
tapiz vemos el imponente grosor del muro. Los bancos de piedra que
hay a ambos lados se denominan parladoiros.
Maqueta
del castillo.
Otra
ventana.
Al
final de la sala, esta otra ventana con su parladoiro da a la fachada
de la entrada principal, sobre la recepción-tienda. A la izquierda,
una galería sobre el estrecho pasillo comunica esta sala con la
otra.
La
galería y la puerta de acceso a la otra sala. En esta sala hay una
exposición permanente de trajes tradicionales de la zona, de los
distintos oficios, de finales del siglo XIX, y también de las élites
rurales. Desgraciadamente no está permitido tomar imágenes aquí.
Desde
la galería. El pasillo y al fondo a
la derecha
la escalera de acceso a la torre del homenaje.
Ahora
ya estamos situados sobre el cuerpo residencial. Vemos la cubierta de
las dos salas que hemos visto y entre ambas, el estrecho pasillo.
Miramos hacia la torre del homenaje.
Nos
damos la vuelta. Esta
es la parte superior de una de las torres o cubos circulares situados
a ambos lados de la entrada principal. Desde aquí empezamos a
deleitarnos con las fabulosas vistas.
Vamos
girando la vista hacia la izquierda.
La
capilla desde
aquí arriba.
La
capilla la vimos en el capítulo anterior, al subir al castillo desde
la entrada de la finca.
Nos
dirigimos a la torre del homenaje.
Entramos
en la planta baja de la torre del homenaje. Está dedicada a la
producción tradicional de la miel.
Exvotos
de cera.
Vemos
también la aspillera o saetera, estrecha ventana que se abre hacia
el interior (https://es.wikipedia.org/wiki/Aspillera).
En
el centro de esta sala vemos el agujero que imaginamos sería un
pozo.
Escaleras
de subida a la planta siguiente, el
piso primero. Dedicado a la casa tradicional.
Leemos
en un panel informativo que hay aquí:
La
casa tradicional.
Una
célula central de la vida tradicional era la casa-vivienda, que
acogía también a los animales en dependencias generalmente de la
planta baja donde se situaban las cortes del ganado.
En
esta sala se muestra una representación idealizada de la principal
dependencia de las casas tradicionales, la cocina, donde se
desarrollaba la vida cotidiana de nuestras gentes. Allí se cocinaba,
se comía, se celebraban las tertulias, se guardaban los alimentos,
se buscaba el refugio del fuego de la lareira.
El
centro de la cocina era la lareira hecha en piedra de granito, a
veces estaba al lado del horno, así como el vertedero. En madera
había siempre alacenas, artesas…
Por
su parte los cuartos o dormitorios eran pequeñas estancias con un
reducido hueco o ventana, con un sencillo mobiliario, lecho en
madera, arca para guardar la ropa, aguamanil, un cuadro de temática
religiosa, un marco con una foto familiar y el ramo bendito en el
Domingo de Ramos.
A
la derecha la escalera de subida a la azotea. También hemos de
destacar el grosor de los muros, de hasta metro y medio, como se ve
en el parladoiro.
Acceso
a la azotea o terraza de la torre.
Vemos
las almenas y las garitas cilíndricas que ayudaban a proteger el
castillo.
Miramos
hacia abajo con un poco de vértigo, vemos la muralla exterior, el
camino que rodea el castillo y el robusto talud de granito que sirve
de base a la torre.
Otra
aspillera o saetera.
Nos
asomamos para ver las majestuosas vistas.
La
visita ya va concluyendo. Estamos ahora en el camino que circunda el
castillo. Hemos recorrido gran parte del mismo en la Parte I. Este es
el panel informativo perteneciente a la Senda Botánica y que se
refiere al madroño.
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