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Museo de las Peregrinaciones. Santiago de Compostela. Planta 1. Parte 6. Santiago en el Mundo.


El Museo das Peregrinacións e de Santiago ubica su sede expositiva en la Plaza de Platerías, al lado de la Catedral. En las cuatro plantas del museo haremos un apasionante recorrido a través de las tres grandes áreas temáticas sobre las que gira la extraordinaria colección que posee: La peregrinación como fenómeno universal; La peregrinación y el Camino de Santiago y el Nacimiento y evolución de la ciudad de Santiago de Compostela.

Llegamos ya al final de esta serie. Después de ver en los capítulos anteriores los diferentes tipos que se fueron generando para representar a Santiago, como Apóstol, Peregrino y Caballero, conocer a peregrinos ilustres y los principales símbolos jacobeos – venera y cruz de Santiago –, termina la visita en esta planta con singulares producciones artísticas que nos hablan de la presencia de Santiago en el mundo. Destaca el especial arraigo que tuvo en América el culto al Apóstol.


Esclavina. Posible escuela cuzqueña. Plata repujada y cincelada. 1791.


Click Aquí para ver los capítulos dedicados a la Planta Baja.
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Click Aquí para ver el capítulo dedicado a la Planta 3.


Coordenadas de situación del Museo de las Peregrinaciones en la Plaza de Platerías, Santiago de Compostela: 42.879907, -8.544134


Nota. Los textos que figuran en cursiva son aquellos que describen las piezas y obras del museo, así como los diferentes textos explicativos que iremos viendo. En este capítulo también irán en cursiva los textos que hemos extraído del folleto informativo que se facilita al visitante.


Plano de la primera planta, extraído del citado folleto informativo. La parte que está en color negro es la dedicada a la exposición permanente del Museo. Hay tres espacios diferenciados: la gran sala, a la derecha; y otros dos espacios, parte superior izquierda y parte central izquierda. En la parte inferior, la sala dedicada a exposiciones temporales. Destacamos en rojo la parte de esta planta primera que vamos a ver en este capítulo.




A continuación, unos párrafos procedentes también del susodicho folleto. Se resumen los contenidos de esta planta, dentro de la segunda gran área temática del Museo, La peregrinación y el Camino de Santiago, en la que se engloba también parte de la Planta Baja:

En la primera planta se destaca la importancia de la literatura y de la música de la peregrinación como lenguaje universal de los peregrinos. A continuación reciben una referencia especial los principales símbolos jacobeos – venera y cruz de Santiago – con una selecta representación de bienes culturales que explican su origen y su uso, tanto simbólico como decorativo.

El espacio central en esta planta, se dedica a los diferentes tipos que se fueron generando para representar a Santiago, como Apóstol, Peregrino y Caballero. Nos introducimos así en la iconografía jacobea, de la que se expone una pequeña selección de los fondos con que cuenta el museo. Entre las numerosas obras de pintura, escultura, tejidos, grabado, etc., destacan las tablas de Juan de Flandes y Juan de Juanes (siglo XVI).

Termina la visita en esta planta con singulares producciones artísticas que nos hablan de la presencia de Santiago en el mundo, tanto en España como en el resto de Europa. Destaca el especial arraigo que tuvo en América el culto al Apóstol.


Pasamos pues a la pequeña sala que nos queda por ver, dedicada como hemos indicado, a la presencia de Santiago en el mundo. Desde el espacio que separa la gran sala de esta otra que nos disponemos a ver, observamos la pequeña estancia en la que veíamos los instrumentos musicales medievales, en la Parte 1 de esta serie (Click Aquí).





Y unos pasos más adelante, ya desde la sala en la que nos vamos a centrar ahora, podemos observar la obra Ultreia, que estaba al lado de la sala de los instrumentos medievales.




Nos damos la vuelta y ante nosotros aparece la parte de la planta primera del Museo objeto de nuestro capítulo de hoy. Vistas generales.







Desde esta parte vemos, a la izquierda, la sala principal de donde venimos, objeto de los capítulos anteriores de esta serie, y, a la derecha, la obra Ultreia, a la que nos hemos referido. En la parte superior izquierda de la imagen vemos asomar la Planta 2 del Museo, que también esconde maravillas.




Comenzamos con este primer expositor central, de las dos que hay, en el que se encuentran, junto a la estatua de Santiago peregrino, dos textos y una imagen, impresos en el propio expositor.




Texto principal:

Santiago en Europa.

La noticia del descubrimiento de la tumba apostólica y el intento de vincularlo con Carlomagno contribuirían a difundir el culto a Santiago en Europa. Escritos próximos a la fecha del descubrimiento (Martirologios de Floro y de Adón) darán a conocer en la sociedad europea anterior al “año mil” la existencia de la tumba y del culto que recibe en Compostela. En el siglo XI se consolidan las rutas de peregrinación desde Europa.

Nacen instituciones de apoyo al peregrino como las cofradías para organizar peregrinaciones y atender establecimientos de acogida. El caso de la Confrerie de Saint—Jacques de París en 1315 es un buen ejemplo. Son incontables las evidencias del papel que jugó el culto a Santiago y la peregrinación en la configuración de Europa.


Imagen impresa en el expositor.

Tour Saint-Jacques.
París, principios del s. XVI.




El otro texto al que nos hemos referido, situado sobre la imagen de la torre:

La expansión del culto a Santiago arraigó de manera muy profunda en Europa sobre todo en los territorios correspondientes a las actuales Alemania y Francia, con muchas iglesias dedicadas a Santiago y gran variedad de representaciones del Apóstol, algunas con variantes locales, como es el caso de esta escultura bávara, que porta un rábano.


La estatua aludida.




Santiago peregrino.
Felizian Hegenauer. Madera tallada y policromada. Baviera (Alemania), 1730.




Pasamos ahora a la pequeña vitrina situada al lado de la estatua, a la derecha. Contiene dos piezas u obras.




Santiago peregrino.
Posible taller portugués. Alabastro tallado. Segunda mitad del s. XVI.




Campanilla con Santiago sedente.
Escuela flamenca. Bronce fundido a molde. Malinas (Bélgica), 1557.




Sobre la vitrina se encuentra esta obra, enmarcada en un cuadro.




Wappen des Abts des Schotten Klosters zu S. Jakob in Wirdburg.
Anónimo alemán. Impresión calcográfica coloreada sobre papel. Alemania. 1799.




Continuando el recorrido por esta isla expositor central, a la derecha de la vitrina anterior está esta otra vitrina, que contiene tres obras.




Sello de la Cofradía de Santiago de París.
Vaciado en resina. Original: 1319-1324. Donación M. J. Justo Martín.




S. Iacobus.
Anton Wierix. Impresión calcográfica sobre papel. Bruselas. Finales del s. XVI.




S. Iacobus Maior.
Dibujante: A. Van Dyck. Grabador: Cornelius Galle. Impresor: Cornelius van Cuakercken. Impresión calcográfica sobre papel. Flandes (Bélgica), mediados del s. XVII.




Doblando la esquina de este primer expositor central, terminamos con estas dos obras (un poco borrosa la imagen, disculpas).




Obra de la izquierda.

Bataglia del re tessi e del re tinta Festa rapresentata d’Arno il di XXV di Luglio 1619.
Jacques Callot. Impresión calcográfica sobre papel. 1619.




Santiago en la Batalla de Clavijo.
Grabador: Charles Canivet. Editor: L’Imagerie Pellerin. Impresión Xilográfica sobre papel. 1820-1840.




Pasamos al otro expositor central, separado por escasos centímetros del anterior. También tiene unos textos de introducción, impresos sobre el mismo expositor, acompañados de una ilustración. Hay tres vitrinas que iremos viendo.




Texto principal:

Santiago en América.

La figura de Santiago, que se venía utilizando por la monarquía como símbolo unidad política y religiosa de España, tendrá un papel importante en la conquista y colonización después del descubrimiento en 1492. El ardor que los soldados cristianos desplegaron contra la presencia musulmana, se pondrá ahora en funcionamiento en estos territorios.

Tanto los conquistadores como los evangelizadores utilizaron la figura de Santiago caballero como aliado en la búsqueda de sus objetivos. El nombre del Apóstol fue el escogido para denominar numerosas entidades de población en toda América. Se cuentan por cientos los lugares que conservan o han utilizado el nombre de Santiago, de modo especial en México. Todavía existen muchas manifestaciones coloristas para celebrar la festividad de Santiago.


El emblema de esta sala.




También podemos leer este otro texto:

En el área hispanoamericana la figura de Santiago se asimiló a diferentes deidades autóctonas relacionadas con las fuerzas de la naturaleza, como los relámpagos, los truenos o las lluvias torrenciales. Este sincretismo hace que en el siglo XIX los independentistas tomen a Santiago como defensor de los derechos indígenas contra los antiguos conquistadores.


Ilustración.

Nova Hispania et Nova Galicia.
Willem Janszoon Bleau, Ámsterdam, 1635.




Ahora nos fijamos en la obra que está en el interior de la vitrina situada al lado de los textos e ilustración.




Santiago “mataespañoles”.
Talleres de Cuzco. Plata cincelada. Perú, segundo tercio del s. XIX.






Segunda de las tres vitrinas.




Obra de la parte inferior.

Exvoto de Jose Kempis de Tenextepango.
Taller mejicano. Óleo sobre hojalata. 1943.




Exvoto de Macaria Sandoval de Tenextepango.
Taller mejicano. Óleo sobre hojalata. 1943.




La tercera de las vitrinas.




Esclavina.
Posible escuela cuzqueña. Plata repujada y cincelada. 1791.






Una vez que hemos visto los dos expositores centrales, pasamos ahora a las paredes de la sala.
Comenzamos por esta gran ilustración.

Globo terráqueo (facsímil). Martin Behaim’s, 1492. Erdapfel/Greaves & Thomas (Londres).




A la izquierda de la ilustración del globo terráqueo hay un texto, impreso en la misma pared. Pareciera ser la presentación general para esta sala:

Santiago en el mundo.

La amplísima dispersión del culto a Santiago se debe a distintos factores. La importancia que adquiere el culto a los apóstoles y mártires, tenidos por los cristianos como pilares que sustentan la fe cristiana, otorgó al descubrimiento del cuerpo de Santiago una trascendencia especial por ser unos de los discípulos más próximos a Cristo.

Por otro lado, dado el interés que tuvieron las peregrinaciones a santuarios y el culto a las reliquias en la sociedad medieval, la aparición del cuerpo del Apóstol en los albores del siglo IX en los territorios más alejados de Europa, incentivó a muchos fieles a peregrinar a su tumba sin importar su lugar de residencia y a orar ante las reliquias surgiendo un entramado de vías de comunicación por las que se difundió el culto a Santiago.

Igualmente la expansión internacional de la cultura y de la tradición hispanas con los descubrimientos protagonizados principalmente por Castilla y Portugal, llevará el culto a Santiago a los cinco continentes. Muchos de los asentamientos coloniales fundados fueron levantados bajo la protección del apóstol Santiago.


Sobre este texto y la ilustración del globo terráqueo se sitúa una estatua, en un plano bastante elevado.

Santiago peregrino.
Escuela italiana. Mármol tallado y restos de policromía. Primer cuarto del siglo XVII.




En esta misma pared, al otro lado de la ilustración, dos obras acompañadas de un texto.




Texto:

Santiago en España.

La tradición mantiene la existencia de un culto muy antiguo a Santiago en la península. De hecho defiende la cristianización de Hispania por el hijo de Zebedeo. Es posible que la iglesia visigoda reservase un papel destacado al Apóstol que pasaría al reino astur. Ello explicaría la importancia otorgada a Santiago como “cabeza refulgente y dorada de Hispania”, como recoge el himno O Dei Verbum en torno al año 785.

El descubrimiento del sepulcro y la peregrinación dieron lugar al nacimiento de iglesias, capillas y establecimientos de acogida en honor a Santiago lo que, sumado a la actividad bélica en contra del Islam, contribuyó a la expansión de su culto por España y Portugal, en la que jugó un destacado papel la Orden de Caballería de Santiago.




Santiago peregrino.
Escuela navarra. Madera tallada y policromada. Roncesvalles (Navarra). S. XV-XVI.




Santiago peregrino.
Bernardo Lorente Germán. Óleo sobre lienzo. Primera mitad del s. XVIII.




Formando ángulo con la pared anterior, comenzamos con la siguiente, en esta parte cubierta por una vitrina, que contiene dos obras, o figuras.




Descripción de la obra de mayor tamaño y texto explicativo:

Sombrero y cinturón-caballo para la danza de Santiago de Cuetzalán.
Artesanía de Cuetzalán (México). Paja, espejos, estaño y fibra de vidrio. 1992.

A partir de la conquista, la simbiosis entre los cultos indígenas y el catolicismo fue tan profunda que arraigó incluso en las celebraciones festivas. Los bailarines de la danza religiosa “Santiagos” de la fiesta “Apóstol Santiago Caballero”, también llamada “De Conquista”, utilizan sombreros y cinturones como estos. Esta festividad se difundió por toda América arraigando especialmente en México y Centroamérica con variados nombres locales.


Ahora seguimos con la obra de menor tamaño.




Patrón Santiago.
Georgina Dueñas de Mendívil, Hilario Mendívil. Tela, escayola y pintura. Cuzco (Perú), 1992.




Al lado de la vitrina, el siguiente cuadro.

Santiago mataindios.
Anónimo peruano. Óleo sobre lienzo. Último cuarto del s. XIX.




Al lado de la obra anterior vemos estas otras dos, formando ángulo. Con ellas concluye la visita a esta sala y a la Planta 1.




Santiago matamoros.
Escuela colonial. Óleo sobre lienzo. S. XVIII.




Crucifixión con gloria, santos y ángeles.

Comentarios

  1. Nada mejor que el teide ya que es uno de los mejores y más importantes lugares que nos pueden interesar y sobre todo tener aspectos mejores que más nos gusten.

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