Castillo de Pambre, en Palas de Rei. Parte 1: Llegada, Muralla Exterior, Río Pambre, Centro de Interpretación.
Visitamos
Palas de Rei, provincia de Lugo. Comarca de A Ulloa. Grandes
atractivos, el Camino de Santiago y tantos lugares. Hoy nos acercamos
a ver a un testigo de una época. El Castillo de Pambre llega a
nuestros días tras salir airoso de avatares como la Revuelta
Irmandiña (siglo XV) y del posterior abandono. Tras su exitosa
rehabilitación reciente nos invita a entrar y descubrir.
En
esta Parte 1 llegamos al castillo por el antiguo Camino Real, un
panel informativo nos da una primera pincelada. Después, bajamos al
cauce del río Pambre, que rodea la fortaleza, para ver un antiguo
molino, bosque de ribera. A continuación daremos un paseo por el
exterior de la primera muralla defensiva. El capítulo de hoy termina
con la visita al Centro de Interpretación, donde podremos saber más
sobre este lugar inolvidable.
Coordenadas
de situación del Castillo de Pambre: 42.859771, -7.948380
Click Aquí para ver nuestras visitas a Palas de Rei.
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Vista
del
Castillo de Pambre,
a lo lejos, desde la carretera
LU-P-4008. Justo aquí: 42.856768, -7.946364
También
se accede al castillo por el antiguo Camino Real, que discurre junto
al río Pambre. Aquí el río se separa del camino para rodear el
castillo por su parte norte y noroeste. Estamos justo aquí: 42.858683, 7.943934
El
río Pambre, a la derecha.
Unos
pasos más adelante encontramos este mirador con este panel
informativo.
El
texto del panel nos explica las distintas partes del castillo.
Transcripción:
1.-
Capilla de San Pedro. Data de los siglos IX-X, aunque está asentada
sobre muros más antiguos. Funcionó como iglesia parroquial hasta el
siglo XVIII.
2.-
Torre del homenaje. Es de las primeras construcciones
del castillo. De acceso elevado (a 5 m.), para evitar la entrada a
los enemigos. Conserva los merlones y almenas, así como los
matacanes. Últimas décadas del siglo XIV.
3.-
Primer recinto defensivo. Formado por cuatro torres que rodean a la
torre del homenaje, aunque una de ellas sólo es un engrosamiento del
muro, y los muros que las unen. Las torres son más antiguas que los
muros, datan de 1515-1540, aproximadamente. Los muros son
posteriores, de 1550-1560.
4.-
La muralla. Tiene forma irregular, adaptándose al terreno. Conserva
una poterna o puerta disimulada por la que escapar sin ser vistos.
También conserva las troneras, una especie de ventanas estrechas con
la base redondeada para el uso de la artillería.
5.-
Camino Real. Red de caminos del siglo XVII que se hicieron para unir
las poblaciones más importantes con la capital y las distintas
poblaciones entre sí.
6.-
Castro de Remonde. Asentamiento humano propio de la cultura castreña,
que data de la Edad del Hierro (siglo VI a.C.).
Capilla
de San Pedro.
Torre
del homenaje.
Nos
encaminamos al castillo por el Camino Real.
Una
estampa primaveral.
Volvemos
al crudo invierno… que tanto nos gusta. Nos dirigimos a la parte
sur, donde está la principal puerta de acceso al interior del
recinto.
Llegamos
a la parte sur, acceso principal. Más tarde volveremos aquí para
rodear la muralla exterior.
Pero
antes vamos a recorrer el camino en descenso que nos lleva al cauce
del río Pambre, donde nos espera el molino del castillo.
Divisamos
el pequeño puente de madera sobre el río.
Al
fondo entramos en la espesura del bosque de ribera.
El
río Pambre.
El
puente de madera y el molino que daba servicio al castillo.
Emprendemos
un corto paseo río arriba.
Al
fondo divisamos una construcción que creemos que fue una pequeña
central hidroeléctrica que se puso en servicio en 1950 para dar
electricidad al castillo y a vecinos de la zona y que hoy está en
desuso.
Dejamos
este apacible lugar para regresar al castillo.
Ha
pasado un rato y ya estamos frente a la puerta principal, en la parte
sur. Está cerrado por lo que vamos a entretenernos en rodear el
recinto por el exterior de la muralla.
En
el centro del arco el escudo de los Ulloa.
Caminamos
hacia la parte oeste. Hay una placa conmemorativa de la inauguración
del castillo ya rehabilitado en 2014.
Estamos
en el lado oeste, donde se sitúa la construcción que alberga el
Centro de Interpretación del castillo de Pambre. Ya vemos asomar la
omnipresente Torre del Homenaje.
La
parte norte.
Este
es el lado este. Aquí hay un fuerte desnivel por lo que retrocedemos
para volver a la puerta principal.
Pasamos
al interior del recinto del castillo.
Vista
general, ya en el interior. El Centro de Interpretación se ve a la
izquierda.
Centro
de interpretación. Vamos a ir viendo los distintos paneles situados
en varias estancias.
Comenzaremos
por el panel titulado O Val do Pambre. Tiene seis pantallas y
una serie de textos que iremos leyendo (las transcripciones van en
cursiva).
Espacio
geográfico.
En
el periodo medieval, la ubicación física de las fortalezas era
asunto clave para su futuro. Había que tener en cuenta una
multiplicidad de aspectos para evaluar el lugar apropiado.
Los
castillos suelen situarse estratégicamente aprovechando los recursos
naturales: próximos a un río, dominando un valle, empleando
promontorios o áreas de paso, formando un equilibrio con todo el
entorno. Las riquezas del Val do Pambre explican la presencia de un
castillo así en este lugar. El río Pambre baña el valle, hasta
verter sus aguas en el Ulla por su margen derecha. La Serra do Careón
y la Serra do Farelo se yerguen como mudos vigías a media distancia.
Este espacio ofrece todo un rico ecosistema en la Comarca da Ulloa,
favoreciendo el establecimiento humano desde muy antiguo, motivo por
el cual contamos con numerosos castros, mámoas e incluso cierta
toponimia germánica en la zona.
Comarca
de A Ulloa.
Comarca
central de Galicia formada por los municipios de Antas de Ulla, Palas
de Rei y Monterroso.
Río
Pambre.
Afluente
del río Ulla que conforma el valle y sirve de límite a las
provincias de A Coruña y Lugo.
Serra
do Careón.
Sierra
de la Dorsal galaica donde nace el río Pambre, entre otros, con una
altura máxima de algo menos de 800 metros, en el monte Careón.
Atraviesa Palas, Agolada, Melide, Friol y Santiso.
Mácara.
Lugar
en Ramil donde los primeros tramos del rio Ulla derivan en fervenzas
(cascadas), en su margen izquierda, al lado de la unión de los ríos
Ulla y Pambre.
Serra
de Farelo.
Sierra
en los municipios de Agolada y Antas de Ulla, con casi 1000 metros en
su punto más alto, el monte Farelo.
Paisaje
cultural.
El
paisaje, el territorio que se abre ante nuestra mirada, es el testigo
mudo de los hombres y mujeres que nos han precedido.
Pero
más que eso: es la huella de la evolución de la sociedad en otros
tiempos y la herencia que nos han legado.
El
Val do Pambre, a través de sus distintos espacios y coronado por el
castillo, es reflejo de la Galicia antigua y medievas, así como de
su caminar hasta nuestros días.
Palas
de Rei.
Población
principal del municipio que lleva su nombre.
Castro
de Marzá.
Castro
próximo a Palas de Rei, con una rica tradición folclórica y de
leyendas asociadas.
San
Pedro de Vilareda.
Iglesia
románica que conserva la portada original del siglo XII.
El
Camino de Santiago a su paso por la provincia de Lugo.
Gresulfe.
Lugar
de la feligresía de Marzá, buen ejemplo de la toponimia germánica
del entorno; posible derivación del nombre Grisulfe.
San
Pedro de Meixide.
Templo
románico que conserva la portada lateral y la nave central
originales, del siglo XII.
A
continuación una ilustración con un texto.
Texto
que acompaña a la ilustración:
“A
continuación se encuentra la tierra de los gallegos, una vez pasadas
las comarcas de León y el puerto del monte Irago y el de O Cebreiro.
Ésta es frondosa, abundante en ríos, prados y excelentes pomares,
buenos frutos y clarísimas fuentes, poco poblada de ciudades, villas
y tierras de labor, escasa en pan de trigo y vino, abundante en pan
de centeno y sidra, rica en ganado y caballerías, en leche y miel,
en pescados marinos grandes y pequeños, en oro y plata, en telas y
pieles de animales salvajes y otros recursos, abundante también en
tesoros árabes. Los gallegos se parecen bastante en las costumbres a
nuestra gente de la Galia más que los otros incultos pueblos
españoles, pero son iracundos y muy pleiteantes”.
Liber
Sancti Iacobi, Codex Calixtinus, Libro V,, Capítulo 7.
Imagen
cedida por el Archivo de la Catedral de Santiago de Compostela.
El
siguiente panel se divide en dos partes, con los epígrafes: El
foro y Los 3 órdenes.
El
Foro.
Si
algún documento representa a la perfección la sociedad y la
economía de la Galicia medieval, ese es el foro.
Con
su origen en los pactum de los siglos X-XI, el foro es una
transacción económica sobre una propiedad, un tipo de arriendo.
El
dador concedía temporalmente el disfrute de un determinado bien
inmueble, como una casa, un terreno de labranza, una viña, o incluso
unos árboles frutales, y el tomador aceptaba su disfrute y uso a
cambio del pago de una renta anual. En el foro, que es uno de los
documentos más comunes en la Galicia de los siglos XII-XV (y que en
algunos casos llega hasta el siglo XX), vemos la sociedad de los
distintod grupos y órdenes, pues eran los curas, los nobles, como
los Ulloa señores de Pambre, y las órdenes monásticas – grandes
propietarios en la Galicia medieval – quienes aforaban tierras y
espacios a los campesinos, que debían pagar la renta. El foro
simboliza documentalmente una economía dinámica, con un pago en
metálico o en especie: toneles de vino, capones y gallinas, huevos,
pan, carneros y carnes, pescado, etc. pues múltiples eran los
productos que servían para el intercambio.
Los
3 órdenes.
Oratores.
Los que rezan. Son los clérigos y el estamento eclesiástico, desde
simples sacerdotes a arzobispos, intermedian por la sociedad ante la
divinidad.
Bellatores.
Los que hacen la guerra. Están integrados por la nobleza militar, la
aristocracia que, poco a poco va tomando notas propias, como la
heráldica, los castillos y pazos, la caballería…; son ellos
quienes libran las batallas y ejercen la principal función política.
Laboratores.
Los que trabajan. Son quienes realmente producen, quienes
abastecen a la sociedad, los campesinos, labradores, pescadores...
La
sociedad medieval de los siglos XII—XIII se organiza en tres grupos
bien definidos, que se complementan para formar un todo, y en el que
cada estamento ocupa una función concreta. Es lo que se conoce como
los tres órdenes que forman la sociedad feudal.
Desde
el siglo XV las ciudades ejercen un papel dinamizador muy importante,
lo que hace que la sociedad también cambie. En este tiempo ya
existen nuevos grupos que ofrecen un panorama más amplio, y
aparecen los mercaderes, los gremios de artesanos, los burgueses,
etc.
Siguiente
conjunto de tres paneles.
Panel
de la izquierda. Transcripción:
La
Heráldica es la disciplina auxiliar de la Historia que se ocupa de
interpretar e investigar los escudos, emblemas y símbolos de las
familias y casas.
La
forma de nacer y formarse las enseñas familiares, como se unen, como
se organizan en las formas, el estudio e interpretación de los
colores y figuras son cuestiones tratadas por esta preciosa y visual
línea de investigación que entronca con lo más profundo de nuestra
herencia medieval.
El
de los Ozores es una enseña vistosa. Sobre fondo de plata, que
simboliza la pureza, tiene un león en gules, rojo, sujetando la
guarnición, rampante, sobre dos patas y de perfil, coronado y con
una espada atravesándolo en banda.
El
escudo de los Ulloa es lo que se denomina un ajedrezado, alternando
los órdenes y los cuadros. Organizados en hileras de 3 por 5, se
compone de cuadrados en oro y en gules. Esa es la denominación
heráldica de los colores: amarillo, color asociado, entre otros
aspectos a la constancia, a la perfección, al poder y a la
caballería por un lado; y el rojo, color que representa nobleza,
audacia, honor y justicia, por otro lado.
Detrás
de los tres paneles, en la misma estancia, estos otros dos paneles
están a la izquierda: Las guerras medievales y la revuelta
irmandiña.
Bola
de asedio.
Las
máquinas de guerra son un elemento destacado en los enfrentamientos
bélicos medievales.
Las
catapultas y los trebuchets, un tipo de lanzador de proyectiles en
base a contrapesos, eran temidos en las batallas de toda Europa.
Y
ya sea por mecanismos primero, o por pólvora después, con las
bombardas, los proyectiles solían ser grandes piedras pulidas y
redondeadas, que batían como truenos contra los muros.
Texto
e ilustraciones de la parte derecha. Transcripción:
La
guerra es una constante en la Edad Media.
Armas,
máquinas de guerra como las catapultas, armaduras y tecnología,
avanzan a la par.
Desde
la Alta Edad Media, allá por la época visigoda, carolingia, en los
lejanos siglo VIII-IX, el componente territorial era lo fundamental
en los enfrentamientos bélicos.
Ya
hacia el siglo XII, con el avance del feudalismo, la configuración
de señoríos y de los espacios de poder, derivó en la visión de la
guerra hecha por señores contra señores; señores que podían ser
reyes, nobles, laicos, eclesiásticos, al frente de ejércitos y
mesnadas señoriales reclutadas de entre sus vasallos.
Espadas,
escudos, arcos y flechas eran las armas principales, aunque poco a
poco también apareció la caballería pesada, principalmente
inglesa. Así las cosas. La guerra medieval alcanza su cumbre con la
Guerra de los Cien Años en los siglos XIV-XV entre Francia e
Inglaterra, que se deja sentir en Galicia con el enfrentamiento entre
Castilla (y el Reino de Galicia), aliada de los franceses, y
Portugal, aliada de los ingleses.
La
Revuelta Irmandiña.
En
el siglo XV la conflictividad pasa de tener un componente territorial
a otro más de carácter socioeconómico. Esto influye en todo el
continente y resuena tanto en la Península como en Galicia, y
también en Pambre.
Los
conflictos, guiados por los distintos intereses de familias
nobiliarias y grupos sociales salpican Galicia todo el periodo.
Pero
la crisis del siglo XIV dio el empujón definitivo en el territorio
gallego. La nobleza, pretendiendo mantener su nivel de ingresos,
presiona, ahoga, exprime al campesinado y gentes del común,
comportándose con ellos de forma tiránica y abusiva, lo que se
denominan malos usos o malfeitorías.
El
siglo XV es en Galicia el tiempo de las revueltas contra estos
comportamientos: en 1431 la situación estaba en la primera Guerra
Irmandiña, o Irmandade Fusquella; y en 1466-1469 se desarrolla la
Gran Guerra Irmandiña. Los líderes serán apresados y castigados,
pero el tiempo ya nos erá el mismo.
El
Castillo de Pambre es una de las fortalezas gallegas, casi la única,
que resiste indemne el envite de los irmandiños en la confrontación
general de 1466-1469. El señor del castillo en ese momento, Sancho
de Ulloa, no favorece a los levantiscos, pero según las crónicas y
fuentes, podemos deducir que realiza algún tipo de apoyo material.
Esta es la razón principal que salvaría del asedio y posible
derrumbe, no a todas las fortalezas de los Ulloa, pero sí a Pambre.
Estos
otros dos paneles, dedicados a La Familia Ulloa, están en la
misma estancia que los dos anteriores, enfrente de las mismos,
separados por una ventana.
La
baja Edad Media en Galicia es el mayor momento de esplendor de las
casas nobliarias. Los Ulloa se remontan hasta Rodrigo Suárez,
poseedor de la mitad del espacio lugués de la Ulloa y merino
mayor de Galicia en el año 1253. Desde esta semilla se configura una
familia nobiliaria de las más importantes de la Galicia
bajomedieval. Los Ulloa, los constructores de Pambre, en la persona
de Gonzalo Ozores de Ulloa en la segunda mitad del siglo XIV si
seguimos las informaciones de Vasco de Aponte, poseen iglesias,
edifican pazos y castillos. Las certeras decisiones en la guerra
civil entre Pedro I y Enrique de Trastámara, que termina con este
como rey Enrique III, y las alianzas matrimoniales como la de Teresa
de Ulloa con Diego de Lemos o la del propio Gonzalo Ozores Ulloa con
María Álvarez de Soutomaior, dieron a los Ulloa, junto con otras
casas, una posición predominante especialmente en el siglo XV.
Los
Andrade, Ulloa, Moscoso o Soutomaior, campan por el
territorio gallego, conformando sus principales señales de poder:
los pazos, los linajes y la heráldica.
A
continuación, otro panel titulado Las partes del castillo.
Los
castillos constituyeron una parte importante del paisaje cultural
europeo en toda la Edad Media.
Su
principal misión era la de defensa y residencia del señor feudal,
aunque también podían emplearse como base de operaciones. Las
partes de un castillo pueden variar en función de la etapa
cronológica y de la región en donde se asiente, aunque siempre hay
una serie de elementos comunes que se pueden contemplar en este
interactivo. El castillo de Pambre parece tener un aspecto
inaccesible, rotundo y simboliza el poder de la familia Ulloa.
Pantalla
audiovisual, Partes del castillo.
En
el siguiente panel se detallan una serie de hechos históricos entre
los años 1100 y 1500, que tuvieron lugar en el castillo de Pambre,
en Galicia y en la Península Ibérica. En la parte superior del
panel se detallan acontecimientos acerca del edificio, desde 1702
hasta la actualidad, con la rehabilitación del castillo.
Península
Ibérica:
1212:
Batalla de las Navas de Tolosa.
1230:
Unión definitiva de los reinos de Castilla y de León.
1348-1349:
La peste negra en la Península Ibérica.
1366-1369:
Guerra entre Pedro I y Enrique de Trastámara.
1469:
Matrimonio de los Reyes Católicos.
1492:
Caída del reino nazarí de Granada y Descubrimiento de América.
Galicia:
1100-1139:
Episcopado de Diego Gelmírez en Compostela.
1211:
Consagración de la catedral de Santiago.
1369:
El reino de Galicia reconoce y se alinea con el rey de Portugal.
1431:
Primera guerra irmandiña o Irmandade Fusquenlla.
1466-1469:
Guerra irmandiña.
Castillo
de Pambre:
Último
tercio del siglo XII: Capilla de San Pedro, luego integrada en el
conjunto del castillo.
Cc.
1378: Edificación del núcleo de la fortaleza por Gonzalo Ozores
Ulloa.
1440-1446:
Se levanta el recinto de la fortaleza.
1470-1480:
Se levanta la fortificación exterior.
1484:
El castillo pasa a la propiedad del Conde de Monterrei.
Seguimos
con las notas de la parte superior, referidas al castillo:
1702:
La familia Moreiras pasa a ser arrendataria del castillo por 430
reales de vellón al año. A lo largo de los siglos la familia
Moreiras mantuvo el arrendamiento del castillo, aunque la cantidad a
pagar anualmente cambiaría. De esta forma sabemos por un documento
datado en 1846 y firmado por Manuel Moreiras y Francisco Gutiérrez
(administrador de las propiedades del Conde de Monterrei) que la
renta anual en aquel momento ascendía a 500 reales de vellón.
1895:
Un secretario del Duque de Alba vende el castillo ilegítimamente a
D. José Soto por un importe total de 27.000 pesetas. Sin embargo, la
familia Moreiras denuncia la venta y los tribunales le otorgan la
razón en el año 1912. El último propietario de la familia
Moreiras fue D. José Moreiras Blanco, quien muere sin descendencia y
cede el castillo por disposición testamentaria a su hermano materno,
D. Manuel García Blanco, miembro de la Real Academia Gallega y de la
Real Academia de la Historia, en el primer tercio del siglo XX.
1974:
D. Manuel Taboada (Conde de Borraxeiros) compra a D. Manuel García
Blanco el castillo por 1.500.000 pesetas y las fincas adyacentes por
500.000 pesetas.
2009:
Donación de D. Manuel Taboada, Conde de Borraxeiros, a los Hermanos
Misioneros de los Enfermos Pobres de Teis (Vigo).
2012:
La Xunta de Galicia compra el Castillo de Pambre luego de llegar a un
acuerdo con sus propietarios.
2014.
Comienzan las obras de rehabilitación arquitectónica.
2016:
Se abre el Centro de Interpretación del Castillo de Pambre.
Los
siguientes textos se refieren a la Construcción en la Edad Media.
La
construcción fue un oficio gremial de gran poder en la Edad Media.
Aunque
la tecnología generó innumerables avances en todas las disciplinas,
a día de hoy contamos en muchos casos con los mismos materiales y
herramientas que ya se empleaban en el periodo medieval.
Piedra,
cinceles, martillos y maderas fueron los protagonistas más
relevantes en los medios constructivos de aquel periodo.
Muros,
adarves, piedras, poleas, contrapesos, argamasas y grúas son
protagonistas de el duro trabajo de levantar estructuras que se
acerquen al cielo. La construcción en la Edad Media alcanza un gran
valor económico. La técnica avanza y queda plasmada en las
miniaturas de los códices, que permiten comprender las técnicas que
levantan grandes construcciones. Con el paso de los siglos los arcos
de medio punto se complican en bóvedas de crucería,
arbotantes y vidrieras. En todo este camino, también los
constructores cambian; con el paso de los siglos y con el cambio en
la economía, se fortalecen también las asociaciones y gremios de
profesiones asociadas a la construcción (pedreros, canteros,
constructores…), organizando las formas de acceso, de aprendizaje,
obras maestras y asistencia entre los miembros. Todo un potente
sector económico que erguía catedrales, como la de Compostela y
castillos, como el de Pambre.
Los
canteros formaban un gremio fundamental en la construcción de
todas las edificaciones en la Edad Media. Su actividad era muy
importante ya que consistía en dar forma de sillares a la piedra que
venía sin trabajar de la cantera. Como suele suceder en los
edificios de esta época sorprenden al visitante extrañas marcas en
las piedras, denominadas marcas de canteros o signos lapidarios. Más
allá de atribuciones misteriosas, la explicación es bien sencilla:
cada cantero tenía su propia marca o firma, que servía para
reconocer las piedras labradas por él mismo y que demostraba el
trabajo realizado, por el que debía cobrar su salario. El abundante
número de marcas que encontramos en el Castillo de Pambre nos lleva
a pensar que la obra se concluyó en poco tiempo, ya que fueron
muchos los canteros que trabajaron en ella a la vez.
Termina
la visita al Centro de Interpretación y concluimos aquí este
capítulo. En el próximo continúa este apasionante viaje a otra
época: caminaremos primero bordeando la muralla exterior. Iremos
viendo: el hórreo, la capilla de San Pedro, que data de los siglos
IX-X, el primer recinto defensivo,
formado
por cuatro torres que rodean a la torre del homenaje, la
zona palaciega, para terminar subiendo a la torre del homenaje, desde
donde concluiremos la visita.
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