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Paseo por el Río Tea, en Mondariz. Playa Fluvial de O Val y el Puente de Cernadela. Provincia de Pontevedra.


Hoy vamos a recorrer un corto tramo del Río Tea. Partimos de Mondariz Balneario, donde el Río Xabriña desemboca en el Tea, caminaremos por la senda junto al río, unos 1400 metros, hasta llegar a la Playa Fluvial de O Val, ya en Mondariz. Después nos desplazaremos hasta el Puente de Cernadela (a poco más de 1 kilómetro de la playa), construido por los romanos, y escucharemos la leyenda que nos habla de un ritual milenario que se hacía, y se hace, en lo alto del puente.

Tomamos prestados algunos párrafos del libro publicado por Xoán Xosé Pérez Labaca, titulado Lendas, Contos e outros Relatos de Mondariz e do Balneario, en concreto el capítulo referido al Puente de Cernadela.

Dedicado a mi tío Juanjo, maestro e hijo de maestros. También a aquellos que lo conocieron, lo recuerdan y lo echan de menos.

Puente de Cernadela, en Mondariz. Desde tiempo inmemorial se celebra aquí el ritual que ayuda a la embarazada a llevar a llevar a su hijo adelante.

Coordenadas de situación de Mondariz-Balneario en Galicia. Amplíe el mapa y llegará a nuestro punto de partida de hoy, donde el Río Xabriña desemboca en el Tea42.228400, -8.468525


Estamos debajo de estos plátanos que hay junto al río Tea, detrás de las instalaciones deportivas municipales, viendo llegar al Tea y su encuentro con el Xabriña, cuyo recorrido acaba justo aquí: 42.228550, -8.468356



Mirando algo más a nuestra derecha vemos el puente sobre el Xabriña, a la izquierda el Tea.



Ya estamos en el puente, a la izquierda la senda peatonal que vamos a tomar y que nos va a brindar un agradable y silencioso paseo junto al río.



Una vez pasado el puente de madera sobre el Xabriña tomamos rumbo a la izquierda.



El indicador de madera nos informa sobre la distancia desde aquí hasta la Playa Fluvial de O Val.



Emprendemos el camino. Como se ve, el Río Tea queda a nuestra izquierda.






A lo largo del Río Tea vemos estos cordajes que lo cruzan, también unas barras verticales que parecen suspendidas sobre las aguas. Aquí se practica piragüismo en aguas bravas (aunque hoy no parece que las aguas bajen muy bravas...), modalidad de slalom. El Club Tea defiende el pabellón de Mondariz Balneario allá a donde va a competir.







Hemos caminado algo menos de 500 metros. En este punto encontramos este puente de hierro que cruza el Tea. Vamos a ver el río desde el puente. Estamos aquí: 42.232567, -8.467883



Desde el puente de hierro, río abajo.



Y ahora, río arriba.



El sendero continúa.



Pasarela de madera.



Desde la pasarela de madera vemos el curso del río.




El sendero se separa tan solo unos metros del río y llegamos a este cruce.



Indicador. Mondariz Balneario: este es el tramo del sendero que hemos recorrido. Playa de O Val: es lo que resta para llegar a la playa fluvial. Puente de Cernadela: está a 1600 metros río arriba. Más tarde nos desplazaremos hasta allí.



Unos metros más adelante llegamos a este puente de piedra. Cruzaremos el Tea y el resto del camino hasta la playa fluvial lo haremos por la otra margen, quedando el río a nuestra derecha. Estamos aquí: 42.236986, -8.463631

Antes de cruzar el río el puente pasa por una zona arenosa en su ribera.




Nos detenemos un instante en el puente y miramos río arriba.




Y ahora miramos río abajo.



Una vez cruzado el puente...



...continuamos caminando.



Llegamos a la Playa Fluvial de O Val, en Mondariz. Aquí: 42.235957, -8.460777

La pequeña presa que contiene las aguas del Tea.



Desde el muro de la presa miramos, como solemos hacer, río abajo.



Y desde el mismo punto miramos río arriba.



Vamos a cruzar a la otra margen para ver el río desde el otro lado.






Ya hemos cruzado a la otra margen Admiramos la belleza del lugar y la quietud de las aguas. La parte de la playa fluvial con arena está unos metros más arriba, al fondo de la imagen.





Unos metros río arriba pisamos la arena de la playa.









Desde la playa fluvial caminamos unos 600 metros y encontramos este otro puente de hierro sobre el Tea. Subimos al puente para recrearnos con la belleza del río y su entorno, una vez más. Estamos aquí: 42.238059, -8.453730



Vista río arriba.




A la izquierda se ve la senda peatonal.



Vista río abajo.



Y tras caminar unos 500 metros desde el puente de hierro llegamos al Puente de Cernadela.

Nota: Los textos en cursiva que vienen a continuación han sido extraídos del capítulo referido al Puente de Cernadela, del libro de Xoán Xosé Pérez Labaca titulado Lendas, Contos e outros Relatos de Mondariz e do Balneario, páginas 33 a 36.

Comenzamos a caminar por las milenarias piedras del Puente de Cernadela.


El río Tea desciende, desde su nacimiento, por las tierras de O Covelo conformando el valle que lleva su nombre y su curso sigue por Ponteareas, para desembocar en el río Miño ya en la parte de Salvaterra de Miño, en la raia con Portugal.

A su paso por Mondariz divide el valle en dos partes que están, ya en la actualidad, unidas por varios puentes que facilitan la comunicación entre las dos riberas. Hace años no era así y para comunicarse la gente construyó unos pasantes por los que pasaba a pie, sin mojarse, de los que aún se conservan algunos como son los Pasos de Tatín.


A pesar de la estancia y del asentamiento de los suevos en Galicia, ésta fue totalmente romanizada. En aquellos tiempos la Gallaecia estaba pacificada después de las luchas con los gallegos y lusitanos por lo que el establecimiento suevo era firme. Una vez consolidada la situación, la romanización dentro del mundo suevo empezó a ser un hecho real.

Comenzaron a hacer construcciones a lo largo y ancho de la provincia. Los romanos, entre otras muchas cosas, construyeron unas vías principales de comunicación entre las principales ciudades y capitales y otras secundarias entre otras poblaciones de menor entidad o para facilitarles el acceso a lugares, para ellos, de mucho interés como podían ser las minas de diferentes metales, termas, etc. y para facilitar el paso de los ríos construían los necesarios puentes.

Una de esas vías, en la provincia de Gallaecia, pasaba por Mondariz, atravesando el río, cruzando el valle, y para esto fue necesario construir un puente.

La construcción del puente significó para los habitantes de Mondariz un paso importante en su futuro, no sólo en el aspecto económico, sino que mejoraron extraordinariamente en el aspecto cultural al tener una relación y un contacto permanente con los ingenieros, trabajadores y la guarnición romana fija, que allí se instaló.



Años más tarde, cuando el puente ya estaba construido, aconteció que una mujer, en estado muy avanzado de embarazo, se encontró muy mal, precisamente en la cumbre del puente. Cayó redonda al suelo, sobre las losas, y de allí no había forma de moverla. No hubo fuerza humana que la sacara del sitio hasta que fue llamado el eremita Carulerg que, una vez llegado al lugar y vista la situación de la mujer, cogió del río agua en una vasija metálica que llevaba consigo, la derramó sobre su vientre al tiempo que pronunciaba en latín:

- In nomine Patris, de Filie et de Spiritu Santi. Amén.

El caso fue que la paisana se notó bien de repente, poniéndose en pie y moviéndose sin ninguna dificultad. A los pocos días dio a luz, sin ningún tipo de problemas, un hermoso niño al que le pusieron de nombre Cernadelo.

Y así nació la leyenda.


Ya estamos en el punto más alto del puente, vista del Tea, río arriba.


Importantísimo debió ser el Puente de Cernadela en la vida cotidiana de la comarca de Mondariz y, no deja de ser curioso, los aspectos añadidos que la gente del país le dio con el paso del tiempo, como su propiedad para la fertilidad sobre las mujeres que tenían, y tienen, dificultades para traer hijos vivos al mundo y llevarlos adelante, sobre todo en una época en la que el índice de mortalidad infantil era muy elevado.


Según “descendemos” miramos hacia nuestra espalda.


Cuenta la tradición oral -que como tal está cuestionada ya que depende de quien y como te cuenten la historia- que para que una mujer pudiera llevar al hijo adelante era necesario hacer un rito sobre el puente de Cernadela, en unas condiciones precisas y adecuadas. El ritual consistía, y consiste, en una ceremonia de bautismo en el vientre de la siguiente forma:

Durante el quinto o sexto mes de embarazo la preñada debía acudir a la cumbre del puente de acuerdo con la condición de que fuese a media noche y estando la luna en fase de nueva, cuando las noches son oscuras. Tenía que llevar un cacerolo atado con una cuerdecita para, desde arriba, poder coger el agua del río.

Era necesario llevar bastante de comer y vino para beber. La mujer, una vez situada en el punto adecuado, era condición “sine qua non” que por el puente no pasase ningún animal (perro, gato, conejo, ratón, etc.) pues de pasar alguno la ceremonia no tendría validez, siendo totalmente nula. Los familiares para evitar estos posibles acontecimientos debían situarse en las entradas del puente.

También era obligada condición, una vez situada la preñada en la cumbre del puente, encender un farol con la finalidad de señalar la situación y que la gente supiera que había alguien allí. La primera persona que acudiese o le coincidiera pasar, en ese momento, por el puente, tendría, forzosamente que bautizar a la criatura cogiendo agua del río en el cacharro y echarla por el escote de la embarazada diciendo la frase ritual del bautizo cristiano.

Una vez terminada la ceremonia había que comer y beber lo que se llevara sin poder regresar a casa con ninguna sobra. Todo lo sobrante tenía que ser tirado al río. En un porcentaje muy elevado el padrino del puente era convocado por los padres de la criatura para ser, más tarde, el padrino en la iglesia.


Por lo que me contaron este ritual es celebrado en diferentes puentes, todos de origen romano, en distintos puntos de Galicia. Pero, al parecer, ninguno de ellos resulta tan eficaz como en el puente de Cernadela.

Yo fui uno de los allí bautizados, y se que mi padrino fue el que era llamado O Carulo Vello, con el que mis padres mantuvieron, a partir de aquel momento, una amistosa relación y al que siempre le guardé el respeto y la consideración que, como tal, me mereció.

El puente de Cernadela no deja de ser un ejemplo destacado y singular de Mondariz y, por su importancia artística y representativa, figura en el escudo del municipio.


Sin dejar de mirar lo que vamos dejando atrás llegamos a la otra margen del Tea.



Hay aquí un panel informativo. Transcripción:

Puente de Cernadela.

Por el ayuntamiento de Mondariz pasaba una importante vía romana; la XVIII del Itinerario de Antonino, que abarcaba de Brácara (Braga) a Astúrica Augusta (Astorga), hecho deducido después de la aparición en 1958 de una estela antropomórfica, dos lanzas de hierro y restos de cerámica romana.

La construcción actual es del siglo XV, con posteriores reformas en los siglos XVII y XVIII. Está compuesto por cinco arcos, todos ellos de estilo ojival, salvo el central que es de medio punto.

El Puente comunica los barrios de Ceo (parroquia de Mondariz) y Cernadela (parroquia de Riofrío) cruzando el río Tea.

A ambos lados del puente existen dos edificaciones antiguas que servían de posada a los “calexóns” ó “carrilanos” que cruzaban con sus carros de caballos.





Aquí concluye este paseo por este corto trecho del Río Tea, entre Mondariz Balneario y Mondariz. Hemos de continuar paseando por el Tea, y por Mondariz, claro.

Fin.


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