Seguimos en el municipio de Melón, provincia de Ourense. Parte II de la Ruta del Agua por el sendero del Río Cerves, que nos lleva hoy a las espectaculares Fervenzas (cascadas) de Tourón, y el paseo de vuelta por el bosque.
Click Aquí para ver la Parte I.
Coordenadas de situación de Melón en Galicia. Amplíe el mapa y llegará al inicio de esta Parte II: 42.268140, -8.217622
Al terminar la primera parte de la Ruta del Agua habíamos llegado al puente sobre el Cerves, que conduce a As Mestas. Desde aquí empieza la segunda parte: las Fervenzas de Tourón.
Panel informativo que hay junto al puente.
Texto del panel:
Sendero de las Fervenzas de Tourón.
El sendero de las cascadas o fervenzas de Tourón tiene una longitud de 1500 metros y se desarrolla a lo largo del tramo medio del río Cerves (Melón), por su margen izquierda. Las riberas del río nos acompañan en un agradable paseo que comienza en el punto donde nos encontramos, en el puente de acceso a la aldea de As Mestas, y termina río arriba al llegar a las cascadas de Tourón.
La senda que remata en el puente de As Mestas recorre otros espectaculares saltos de agua del río Cerves (esta última es la que hemos venido recorriendo hasta aquí).
Agua, piedra y vida.
Los ríos y arroyos de la montaña media gallega acogen una gran diversidad de seres vivos especializados en habitar sus riberas frescas y húmedas. Varios de ellos son exclusivos del noroeste ibérico y dependen de corrientes de agua rápidas y limpias, como el río Cerves.
Esta parte inicial del recorrido es llana y el río está bastante calmado. Como se ve hemos cambiado de margen del río respecto a la primera parte (al cruzar el puente sobre la carretera, claro).
150 metros desde el puente. El Regato da Armada se une al Río Cerves.
Aquí hay una bifurcación. El sendero que hay que seguir es el de la derecha. El de la izquierda baja al río. Vamos a ver.
Bajamos por el sendero de la izquierda.
Volvemos al sendero principal, a la derecha.
A estas alturas el lector ya habrá deducido que cuando el río queda a la derecha del sendero quiere decir que hemos parado un instante, una vez más, para mirar atrás…
A partir de este punto empieza otra vez el ascenso, en varios tramos hay esas escaleras, ahora son de listones de madera.
En este momento del paseo empieza a llover. Cogemos el paraguas con una mano y hacemos las fotos con la otra. En fin… A ver qué sale.
En pleno chubasco el terreno se inclina algo más, gira a la derecha para subir en zigzag.
Ahora empieza este tramo recto de escalones, casi 150 metros de escalones.
La primavera ha venido…
Esta es otra parada que nos permite ver la inclinación del terreno ya recorrido… y de paso coger algo de aire.
Vemos ya desde aquí la Fervenza de Tourón. A la izquierda, el mirador metálico que más tarde veremos y el puente, también metálico, que luego cruzaremos.
Pero el sendero sigue subiendo.
Aquí hay un mirador y un panel informativo que transcribimos con mucho gusto:
Fervenzas de Tourón.
Desde el nacimiento en la sierra de O Faro de Avión hasta su desembocadura en el Miño, el río Cerves salva un desnivel de unos 1000 metros a lo largo de sus escasos 16 kilómetros de recorrido. A su paso por el ayuntamiento de Melón forma numerosas cascadas (Codesás, As Mestas, Tourón…), rápidos y pozas. Las fervenzas de Tourón son unas de las más espectaculares, con más de 20 metros de caída cada una.
El río Cerves recoge las aguas de escorrentía que caen en forma de precipitaciones sobre el sustrato granítico, así como los aportes subterráneos que esta roca guarda en su interior fracturado. Las cascadas de Tourón se formaron probablemente debido a la existencia de fallas de orientación L-O, de origen tectónico, que afectan a los terrenos sobre los cuales circula el río en este tramo alto. Estas fallas fracturan el sustrato rocoso y producen el hundimiento del bloque Sur respecto al Norte, formándose una serie de escalones de diferentes alturas. Cuando el río Cerves alcanza esos desniveles bruscos los salva formando las cascadas.
Al aumentar la velocidad del agua en las cascadas el poder erosivo de la corriente se incrementa y poco a poco va puliendo la roca. En aquellos puntos en los que el flujo de agua crea torbellinos se forman unas cavidades cilíndricas conocidas como “marmitas de gigante”. La erosión en estos casos está acentuada por la presencia de pequeños fragmentos de roca en la corriente que actúan como abrasivo sobre la roca.
Y ahora que ya sabemos todo o casi todo sobre las fervenzas, continuamos caminando montaña arriba.
Llegamos ahora al punto más alto, vemos la cascada vertical, impresionante, y vamos a descender por estas escaleras, algo mojadas. Coordenadas de situación de este punto: 42.271917, -8.226639
Vemos la cascada otra vez, según vamos descendiendo.
Sigue lloviendo.
Ahora vamos a llegar a este otro mirador.
Otra vez vemos la cascada, y las escaleras por las que acabamos de bajar.
Desde este mirador, las escaleras de madera continúan un tramo más hasta el puente metálico sobre el río.
Acabamos de bajar las escaleras y…
… el puente.
Desde el puente. A este lado del mismo el río hace un remanso.
Desde el otro lado del puente el terreno se vuelve a inclinar.
Ya hemos cruzado el puente. Por cierto, ha parado de llover.
Los postes indicadores, se refieren al mirador en donde estaba el panel informativo; acceso fervenzas es el lugar más alto donde se inicia el descenso por las escaleras de madera desde donde divisamos la cascada vertical.
As Mestas, 30 minutos. Desde este punto para regresar al puente en As Mestas podemos o bien volver sobre nuestros pasos o bien seguir este otro sendero. Este es el que nosotros hemos seguido, vale la pena dar una “pequeña” vuelta. Pero eso lo veremos más tarde…
Junto a los indicadores hay otras escaleras de madera que bajan hasta otro mirador metálico, que está en parte colocado sobre una roca y parte suspendido en el vacío sobre la cascada.
El sonido del río nos acompaña todo el paseo pero el de la cascada que vemos es impresionante, no sale en las fotos por lo que tendrá que venir Ud. personalmente para poder escucharlo.
Regresamos al sendero.
Como hemos mencionado algo más arriba hemos optado por el regreso al puente de As Mestas, donde iniciábamos la segunda parte del trayecto, por este sendero que a lo largo de poco más de 1 kilómetro nos llevará por el medio del bosque hasta una carretera asfaltada.
Aquí termina el apacible paseo. Esta valla impide el tráfico rodado por todo este tramo que acabamos de recorrer. Estamos aquí: 42.264073, -8.224829
A continuación nos espera un tramo de asfalto, de 1,7 kilómetros, hasta el puente de As Mestas, y 1 kilómetro más, ya por el sendero, para regresar a nuestro punto de partida, en el aparcamiento.
Fin.
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