En
esta Parte II de la visita nos situamos frente a la Fachada Principal
del Monasterio. Pasamos por la Portería y accedemos al Claustro
Grande (también llamado de los Caballeros), renacentista. Después
veremos la imponente Escalera de Honor, terminada en 1739.
Click Aquí para ver la Parte I (Llegada al Monasterio y visita a la iglesia).
Click Aquí para ver la Parte III (Claustro dos Bispos y Claustro do Viveiro).
Click Aquí para ver la Parte IV (Caballerizas, el Bosque y los Antiguos Hornos).
Click Aquí para ver la Parte III (Claustro dos Bispos y Claustro do Viveiro).
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Coordenadas
de situación de Nogueira de Ramuín en Galicia. Amplíe el mapa y
llegará al Monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil: 42.416336, -7.685239
En
este plano vemos el recorrido que vamos a hacer en esta parte de la
visita. Desde la iglesia nos acercamos a admirar la fachada principal
de entrada al Monasterio, pasamos por la portería y accedemos al
Claustro Grande. Nos acercaremos a la cafetería del Parador, situada
en este mismo claustro, para tomar un reparador café. Volveremos
sobre nuestros pasos para admirar la Escalera de Honor.
Desde
el interior de la iglesia, junto a la puerta, donde concluyó la
Parte I de nuestra visita al Monasterio. (Click Aquí para ver la Parte I).
Vista
general de la fachada, de finales del siglo XVII y principios del
XVIII, mezcla de estilos clasicista y barroco.
Estatua
de San Benito.
Estatua
de San Vicente Abad.
Escudo
del Monasterio de Santo Estevo, con las nueve mitras de los nueve
obispos.
Detalle
del escudo.
Escudo
de la Congregación de San Benito de Valladolid.
Escudo
de Castilla y de León.
Vamos
a entrar a la Portería.
Estamos
en la Portería. Hay un panel informativo y una pequeña pieza
escultórica.
Leemos
en el el panel:
Santo
Estevo de Ribas de Sil.
El
monasterio benedictino de Santo Estevo, junto con los de Celanova y
Oseira, es uno de los cenobios más importantes de Ourense y hasta de
Galicia. Edificado en una tierra de eremitas, su origen se remonta al
siglo VI y está relacionado con San Martín Dumiense, el “Apóstol
de los suevos”. En el año 921 el rey Ordoño II lo cede al Abad
Franquila, que lo restaura e inicia entre sus muros una etapa de
esplendor.
La
fama de observancia religiosa de Santo Estevo traspasó fronteras y
llegó a ser tan grande que nueve obispos santos, que tuvieron que
abandonar sus puestos a causa de la invasión sarracena, lo eligieron
para retirarse en él durante los siglos X y XI. Este hecho hizo de
Santo Estevo lugar de peregrinación. Hasta aquí acudían los fieles
en busca de un milagro y se lo pedían a los obispos santos yacentes,
ante el cofre de plata que contenía sus nueve anillos. En sus honor
fue construido en el siglo XII el “Claustro dos Bispos”, el más
antiguo del cenobio.
En
el siglo XVI se produce el advenimiento de la Congregación de San
Benito de Valladolid, momento en que Santo Estevo inicia un proceso
de transformación que culmina con la construcción de los dos
claustros renacentistas. Con la llegada de esta orden, el cenobio
pasa atener Colegio de Artes, donde hasta el siglo XIX se formaron
jóvenes monjes, entre ellos el padre Benito Jerónimo Feijoo.
La
bóveda de crucería de la Portería.
Accedemos
al Claustro Claustro Grande, o de los Caballeros, o de la Portería.
De estilo renacentista.
Vista
de la galería sur del claustro, al lado del acceso desde la
Portería.
Vista
de la galería oeste. El
claustro tiene tres cuerpos
y arcos de medio punto.
Ahora,
una vista
de la galería este.
Recorremos
las galerías sur, a la izquierda, y oeste, nos dirigimos a la
cafetería del Parador, situada en la galería norte del claustro.
Restos
arquitectónicos en
el verde césped, perfectamente cuidado, del patio del claustro. Al
fondo, la cafetería.
Ha
llegado la hora de hacer un breve descanso para tomar un reparador
café en este lugar privilegiado.
Volvemos
sobre nuestro pasos caminando por la galería oeste. Como se ve el
claustro carece de bóvedas. Nos dirigimos a la Escalera de Honor,
situada al lado de la entrada desde la Portería.
Vista
de la Escalera desde la esquina sureste del Claustro de los
Caballeros, junto a la recepción del hotel del Parador.
Los
textos en
cursiva
han sido extraídos del trabajo realizado por María Inés Pernas
Alonso que lleva por título La Escalera de Honor de Santo Estevo de
Ribas de Sil. Trazados Geométricos. Fecha de difusión es
30-06-2012, Revista
EGA expresión gráfica arquitectónica nº 19,
de la Universitat Politècnica de València. Departamento de
Expresión Gráfica Arquitectónica.
La
Escalera de Honor.
Situada
en la fachada principal del monasterio, a la derecha del vestíbulo
de entrada, se encuentra la Escalera de Honor. Por su ubicación,
además de comunicar los tres pisos del Claustro Grande, permitía el
acceso a la antigua cámara abacial.
Prácticamente
el único dato fiable que se conoce sobre esta escalera es la fecha
del remate de su bóveda, gracias a la inscripción que se lee en la
clave polo: ANO 1739. En cuanto a su autoría, Duró Peña (1977,
p.120) la atribuye a maestros de obra del propio monasterio, según
datos existentes en el fondo documental del Archivo Histórico
Provincial de Ourense donde se cita a fray Benito Texada (1739-1740)
y a fray Manuel de Micela (1742) como responsables de los trabajos
realizados en estas fechas.
En
cuanto a su descripción, aparte de calificativos como escalera
monumental, escalera principal o escalera barroca, no parece haber
suscitado el interés de ninguno de los historiadores que han
relatado detalladamente las características arquitectónicas del
claustro del cual forma parte y del conjunto monástico en general.
Desde
que se traspasa el arco de medio punto de acceso desde el claustro
bajo y se comienza el ascenso hasta alcanzar el segundo piso, es
preciso recorrer nueve tramos de escalones con sus correspondientes
descansos hasta completar un total del cuarenta y cinco peldaños.
Entre
el primer y segundo rellano miramos hacia arriba, la bóveda.
Un
giro continuo describe el ascenso bajo un techo pétreo abovedado que
oculta la visión de las demás rampas.
Y
únicamente después de haber alcanzado el último piso, el espacio
se ilumina para descubrir la gran bóveda de crucería que cierra la
caja y que hasta este momento ni siquiera se intuía a través de las
pilastras que definen el ojo de la escalera.
El
ritmo marcado por cada uno de los gestos –girar y subir– se
asemeja al movimiento de una escalera de caracol, aunque en Ribas de
Sil las alturas de los peldaños que oscilan entre los 16 y 17
centímetros y las generosas dimensiones de los descansos hacen de
este recorrido una subida descansada.
La
organización constructiva de la escalera es sencilla. Se desarrolla
alrededor de un hueco central compuesto por cuatro pilastras y una
serie de ménsulas empotradas en los muros perimetrales. Entre
pilastras y ménsulas, se van apoyando consecutivamente rampas de
escalones y planos de descansos.
Cada
tramo está formado por una bóveda plana o adintelada.
La
gran bóveda de crucería.
Al
final de la escalera, justo al lado de la puerta de acceso a las
habitaciones del hotel del Parador, en el segundo piso del Claustro
de los Caballeros.
Al
descender nos fijamos en uno de los escasos vanos que hay en la
escalera.
Vista
del cementerio, situado junto a la fachada de la iglesia del
Monasterio.
Aquí
concluye la Parte II de la visita al Monasterio de Santo Estevo de
Ribas de Sil.
Sigue
en la Parte III (claustros dos
Bispos
y do
Viveiro).
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