Santiago
de Compostela. Visitamos el interior de la iglesia del que fue
Monasterio de San Martín Pinario. En esta Parte II centraremos
nuestra atención en las seis capillas situadas a ambos lados de la
nave, todas fueron construidas a lo largo del siglo XVIII.
Las
del lado derecho son la de Santa Catalina (1763), la de Nuestra
Señora del Socorro (1739) y la de Santa Escolástica (1773-1777).
Las de lado izquierdo: capillas de San Bernardo (1786), de Santa
Gertrudis “La Magna” (1784) y del Cristo de la Paciencia (1784).
Retablo
de la capilla de Santa Gertrudis “La Magna”.
Coordenadas
de situación de la Iglesia del Monasterio de San Martín Pinario en
Santiago de Compostela: 42.882254, -8.543700
Nota:
En
cursiva,
los textos transcritos de los paneles informativos que hay en la
iglesia.
Nota
2: Para la documentación de las imágenes hemos bebido en las
fuentes de: http://www.museosanmartinpinario.com/80-articulos-destacados/76-la-iglesia-y-el-museo
Capilla
de San Bernardo.
Primera
capilla de la izquierda. Vista desde la nave.
Panel
informativo. Transcripción:
Retablo de
San Bernardo.
1776.
Fray
Plácido Caamiña.
En 1783 la
comunidad decide dedicar el dinero que estaba destinado para el
retablo de San Bernardo a la fábrica del retablo de Santa Gertrudis.
En 1786 se
realiza este retablo siguiendo las trazas del de Santa Catalina según
se especifica en el Libro de Consejos. Se mantiene el gusto por los
planos curvilíneos pero los entrepaños añadidos que veíamos en el
retablo mayor ya no se utilizan aquí. La decoración, hoy perdida,
estaba compuesta de rocalla típica de la época de Gambino. La
policromía de tonos dorados y verdes, dota al conjunto de un aspecto
marmóreo.
En cuanto
a la imagen de San Bernardo, que ocupa la calle central del primer
cuerpo del retablo, es claramente vinculable al taller de José
Ferreiro.
Bóveda de
cañón con casetones.
Continuaremos
dirigiéndonos
a la siguiente capilla de este lado izquierdo.
Antes, una
vista
de la Capilla de Santa Catalina, que es la primera del lado derecho,
según se entra en la iglesia, desde esta Capilla de San Bernardo. La
capilla estaba a oscuras por algún fallo de suministro eléctrico.
Ahora sí,
vamos
a continuar dirigiéndonos a la segunda capilla de este lado
izquierdo.
Capilla
de Santa Gertrudis “La Magna”.
Segunda
capilla de la izquierda. Vista desde la nave central.
A la derecha,
el panel informativo.
Panel
informativo. Transcripción:
Retablo de
Santa Gertrudis “La Magna”.
1784.
Fray
Plácido Caamiña y José Ferreiro.
Esta obra
de José Ferreiro representa la exaltación y glorificación de la
santa, ascendiendo al cielo llevada por los ángeles, con los brazos
abiertos y la expresión sumida en la visión sobrenatural de la que
participa. En el cuerpo superior del retablo está representado
Cristo en la Gloria, acompañado por la Virgen María, el Apóstol y
el coro evangélico.
El empuje
ascendente y teatral de la imagen de la santa en éxtasis,
notoriamente marcado por una línea compositiva diagonal de tradición
barroca, contrasta con la composición piramidal y serena del grupo
superior.
En la
composición de la escena se hace evidente la influencia de
escultores italianos del barroco tardío. Desde el punto de vista
estilístico, la Santa Gertrudis de Ferreiro también goza de la
estilización formal y del naturalismo idealizado de la imagen de
Santa Escolástica.
Resulta
muy significativo que este retablo pueda abrirse por su parte central
para dar paso a la puerta que comunica con el claustro procesional
del monasterio, que permitía una circulación más libre en el
ceremonial litúrgico y festivo de la comunidad monástica de San
Martín Pinario.
Vista de la
nave y de las capillas que
más tarde veremos, la de
Nuestra Señora del
Socorro y, a la derecha, la de Santa Catalina.
Capilla
del Cristo de la Paciencia.
Tercera
capilla de la izquierda. Vista desde la nave.
A la derecha,
el panel informativo.
Panel
informativo. Transcripción:
Capilla
del Cristo de la Paciencia.
1784.
Fray
Plácido Caamiña y José Ferreiro.
El retablo
que lo ampara es, desde el punto de vista tipológico, similar al de
Santa Escolástica, ubicado en la capilla de enfrente.
El grupo
escultórico que lo preside es obra de Ferreiro, esto se confirma
definitivamente por la presencia de una inscripción que fecha la
policromía en el año 1784; está compuesto por la imagen de Cristo
crucificado teniendo como elaborado fondo repujado, el arca de la
alianza y el velo del templo rasgándose, clara alusión a lo que se
señala desde el Evangelio en relación con el momento de la muerte
de Jesús.
La
iconografía del conjunto se completa con la ilustración de la
alegoría de la Santa Sangre de Cristo a través del angelillo
berninesco que porta el cáliz.
El Cristo
posee las características de los crucificados de Ferreiro. Presenta
una ligera inflexión en los brazos, desarrollo de bíceps y acusado
arco que forma el costillaje en el torso. Se observa un contraste
entre las partes blandas del vientre y la dureza ósea de las
caderas, así como en la forma de insertar los músculos en la
rodilla y la separación de los dedos pulgares de los pies.
La nota
diferencial de los crucifijos de Ferreiro se deja ver en la original
disposición de ese paño de pureza que no cae abarrocadamente sobre
la pierna derecha, y con una doblez sobresaliente por el centro en la
parte superior, sino que se anuda ciñendo la pelvis.
En 1804 la
policromía del retablo ofrecía notables desperfectos, por lo que
Fray Plácido Caamiña, maestro de obras del monasterio, redacta un
informe aconsejando que las columnas fuesen pintadas.
A los pies de
Cristo Crucificado están la Virgen y San Juan Evangelista.
Capilla
de Santa Catalina.
Primera
capilla de la derecha.
Panel
informativo. Transcripción:
Capilla de
Santa Catalina.
1763.
José
Gambino, entallador.
Al mismo
tiempo que está realizando la reforma del retablo mayor de la
iglesia, José Gambino se encarga de realizar el retablo de Santa
Catalina. Anteriormente existía un retablo del año 1611 y se decide
sustituirlo en 1763. La imagen de Santa Catalina se contrata en el
año 1764 para colocarla en el altar de su advocación y es obra de
José Gambino.
La
estructura del propio retablo sigue los cánones del barroco italiano
en donde la propia organización en calles predomina sobre lo
ornamental.
Destaca la
policromía predominantemente marmórea y de tonos dorados, aunque se
acusa una depuración decorativa en contraposición con los retablos
de Fernando de Casas.
Imagen de
Santo Domingo de Guzmán, de finales del siglo XVIII, es obra de José
Ferreiro.
Pasamos a la
Capilla del Socorro.
Capilla
de Nuestra Señora del Socorro.
Segunda
capilla de la derecha. Vista desde la nave.
Panel
informativo. Transcripción:
Capilla de
Nuestra Señora del Socorro.
1739.
Fernando
de Casas.
Capilla
proyectada por Fernando de Casas y Novoa, con planta de brazos
iguales, bóveda y cúpula con casetones sobre triángulos. Sigue, en
definitiva, el mismo esquema de la sacristía de este centro
monástico. En 1746, acabada la capilla, Casas proyecta el retablo,
realizado por Manuel de Leis, presidido por la imagen de la Virgen
del Socorro, tallada en 1668 y atribuida al círculo de Mateo de
Prado-Pedro Taboada.
Destaca la
estructura del cuerpo central, con coronamiento de perfil piramidal,
colocación oblicua de los vanos de medio punto y un remate con
volutas e imágenes. Los soportes que articulan el retablo son
pilastras en la hornacina central y, en el segundo plano, columnas
salomónicas; el uso de tal soporte cabe interpretarlo más como una
sugerencia de los benedictinos que como un arcaísmo deseado por
Casas. Destaca la delicada decoración de acantos, sartas de frutas y
entrelazos.
Mirando desde
el centro de la capilla hacia la nave de
la iglesia.
Al fondo, la Capilla de Santa Gertrudis “La
Magna”.
Los
retablos laterales fueron hechos entre 1787 y 1789, su autoría es de
José Ferreiro.
Medallón de
la izquierda. San
José y el Niño, con el Agnus Dei. Los dos medallones son de madera
policromada que imita al mármol.
Medallón de
la derecha. Representación de San
Joaquín con la Virgen Niña.
La cúpula
de
la capilla.
Vamos a ver
la cúpula desde una de las estancias del Museo. Accedemos al mismo
desde la nave del crucero de la iglesia. Tras pasar por la
impresionante sacristía, subimos escaleras, atravesamos algunas
salas del Museo y desde una de ellas accedemos a una especie de
mirador acristalado desde el que se puede ver la cúpula desde su
parte superior. Hay un balcón pero el cristal nos impide tener una
visión aun mejor desde aquí.
Allá abajo
vemos el retablo, nuestro próximo objetivo.
Retablo.
Sobre
la imagen de la Virgen del Socorro hay una representación de la
Presentación de María en el templo.
Capilla
de Santa Escolástica.
Tercera
capilla de la derecha.
Panel
informativo. Transcripción:
Capilla de
Santa Escolástica.
1773-1777.
Fray
Plácido Caamiña y José Ferreiro.
Esta
capilla es la más próxima al crucero, en donde es notable la
colaboración de dos artífices destacados de finales del barroco
gallego: fray Plácido Caamiña y José Ferreiro. Llama la atención
significativamente el retablo, trazado por fray Plácido Caamiña y
tallado por el escultor José Ferreiro.
La
estructura del retablo sigue soluciones típicas del barroco como el
avance de la calle central, el efecto transparente que resalta la
escena del tránsito, las columnas corintias, la policromía de
efectos marmóreos y el potente entablamiento que separa los cuerpos.
En este
retablo está patente la influencia de escultores italianos del
barroco tardío, como por ejemplo Bernini, autor de la
Transverberación de Santa Teresa, obra que sirve como modelo a José
Ferreiro para la realización de la escena del Tránsito de la Santa,
posiblemente su obra maestra. Aparece dispuesta bajo una aureola de
nubes y ayudada por un ángel, mientras otro la espera con la corona
de la Gloria, ascendiendo a los cielos.
Santa
Escolástica fundó, junto con su hermano San Benito, el primer
monasterio femenino de la Orden benedictina.
Desde la
capilla, miramos
a nuestra
izquierda, vemos
los
arcos de medio punto
que comunican
las capillas entre si. A
la derecha, la nave de la iglesia.
Ahora miramos
al frente.
A
la izquierda, la Capilla del Cristo de la Paciencia y a la derecha
parte del Retablo de la Virgen Inglesa, en la nave del crucero.
Y ahora
miramos
a la derecha y
vemos la nave del
crucero y parte del retablo mayor.
Nos
disponemos a salir de la capilla para tomar rumbo a la nave del
crucero.
En
el próximo capítulo la veremos, con los dos retablos situados en
sus extremos, el de San Benito y el de La Virgen Inglesa, sus
bóvedas, balcones, la espectacular cúpula.
Fin.
Magnigfico reportaje lleno de detalles inéditos a la mirada. Gracuas
ResponderEliminarGracias a Ud., Miguel por sus amables palabras y por pasarse por aquí.
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