Hoy
continuamos la visita a
la iglesia románica, de principios del siglo XIII, del antiguo
Monasterio de Santa María de Mezonzo, en Vilasantar, provincia de A
Coruña. En esta Parte II
veremos el
interior de la iglesia,
de
planta basilical
de tres naves, con otros tantos ábsides semicirculares.
Coordenadas
de situación de Vilasantar
en
Galicia. Amplíe el mapa y llegará a la
iglesia del antiguo Monasterio de Santa María de Mezonzo: 43.060360, -8.134564
Nota:
Los textos que figuran en cursiva han sido extraídos de la
Tesis Doctoral de María del Pilar Carrillo Lista titulada Arte
Románico en el Golfo Ártabro y el Oriente Coruñés. Capítulo 9:
Iglesias basilicales, apartado 9.1, Iglesias basilicales de la
segunda mitad del siglo XII y principios del XIII, pags. 527 a 549.
Universidade de Santiago de Compostela. Facultade de Xeografía e
Historia. Departamento de Historia da Arte. Santiago de Compostela,
2005.
Planta
e interior.
Santa
María de Mezonzo es una iglesia basilical de tres naves, con otros
tantos ábsides semicirculares con tramo recto en la cabecera, como
en Bergondo.
Las naves se separan mediante pilares de sección cruciforme que
forman tres tramos, de mayor tamaño los más cercanos a la cabecera.
Cabecera.
Debido
al desnivel que presenta el terreno donde está edificada, por el
interior, la zona absidial está elevada. El presbiterio no empieza
debajo de los arcos triunfales, sino en una tarima de piedra que
recorre el ancho de la iglesia a unos tres metros de los mismos;
sobre ella sobresale el banco de fábrica que recorre los ábsides,
entrando y saliendo ininterrumpidamente de ellos, y sobre él se
elevan las semicolumnas en las que se apean los triunfales, lo que
demuestra que la diferencia de niveles es original y excepcionalmente
se ha conservado.
En
la construcción de la iglesia de Santa María
de Mezonzo se distinguen tres campañas que se determinan mediante el
análisis de los elementos decorativos y estructurales.
En
la primera etapa de obras se construyó la cabecera y se iniciaron
las obras de las naves: el ábside central, de mayor tamaño que los
laterales, cubre su semicírculo con una bóveda de cuarto de esfera
(también denominada de
horno
o de cascarón), separado
del presbiterio por un arco fajón. En esta capilla se abren tres
ventanas de medio
punto. Los capiteles presentan decoración vegetal de
hojas, algunas rematan en pomas o en punta y otras están nervadas.
Uno muestra una vegetación estilizada y otro ha sufrido un
importante deterioro.
El
tramo recto del ábside es más alto que la
capilla, lo que permitió abrir un rosetón con la tracería
compuesta por un círculo central y ocho alrededor, todos
polilobulados. Alrededor aparece un óculo formado por dos círculos
concéntricos.
El
arco triunfal es apuntado y doblado.
Los capiteles se decoran con hojas estilizadas.
Los
ábsides laterales tienen una organización parecida
a la del ábside
central: cubren la
capilla semicircular con una bóveda de horno (también
denominada de cuarto de esfera o de cascarón)
y el presbiterio con otra de cañón apuntado, ambas articuladas por
un arco fajón
de igual directriz, apuntado.
La diferente altura entre ambas partes permite la existencia de un
óculo.
Estas
capillas reciben luz a través de una ventana como la de la mayor,
enmarcada
por un arco sostenido por un par de columnas acodilladas de fustes
lisos y monolíticos. En los tramos rectos de los ábsides laterales
aparecen credencias que, al igual que en el central, rematan unos
arcos de medio punto.
Los
arcos triunfales de
los ábsides laterales son
apuntados y doblados.
Ábside
lateral de la derecha (sur).
Los
capiteles del ábside meridional (sur,
el de la derecha, este en el
que nos encontramos)
se
adornan con hojas que terminan en punta en la cesta de la izquierda y
las de la derecha en volutas.
Ábside
norte, o septentrional, o de la izquierda.
Los
capiteles del ábside septentrional presentan una talla con grandes
hojas que ocupan los vértices y otra en el centro de la cara mayor,
las primeras rematadas en grandes volutas, y la central en poma.
Naves.
En
la primera campaña constructiva de la iglesia también se iniciaron
las naves. Están divididas en tres tramos
por pilares cruciformes con columnas embebidas en
cada cara, las cuales sostienen los arcos formeros que separan las
naves y los fajones que sostienen la armadura de madera a dos aguas
que cubre todo el templo.
A
la fase inicial de las obras pertenecen los dos primeros capiteles
que sostienen los formeros. En el primero, situado hacia el norte,
aparece un orden de hojas con piñas pendientes del extremo en punta.
El
otro capitel es el único figurado de todo el templo.
En la cara mayor se representan dos leones de grandes fauces
entreabiertas, mostrando sus afilados dientes, largas colas que se
enroscan alrededor de sus cuerpos. El estilo de las figuras es
cuidado y realza los detalles de sus adornos, contrastando con los
demás de la nave, pertenecientes
a otra campaña.
Por
los muros laterales continúa el banco de fábrica que recorre los
ábsides por lo que en las naves resulta muy alto, aunque va
descendiendo ligeramente
según se prolonga hacia los pies de la iglesia.
Muro
lateral sur, puerta que da a la portada de la fachada sur.
Muro
lateral norte, puerta que da a la portada de la fachada norte.
En
una segunda etapa constructiva se levantarían los tres pilares
restantes (el pilar
situado al norte más próximo a la cabecera pertenece a la primera
etapa constructiva), las
partes bajas de los
muros meridional y occidental de las naves, así como los arcos
fajones de las laterales, que se distinguen de los demás en que son
menos apuntados y simples, no doblados.
Los
capiteles tienen decoración vegetal.
Primer
pilar situado a la derecha al entrar en la iglesia, desde la puerta
principal.
Partes
bajas de los muros meridional (sur) y occidental (el
que da
a la fachada principal) que menciona la autora.
Muro
occidental. Parte del muro sobre la puerta y la ventana que veíamos
en el exterior.
Arco
fajón de la nave lateral norte, mirando hacia el muro occidental, y
sus correspondientes capiteles vegetales.
Arco
fajón de la nave lateral sur, mirando también hacia el muro
occidental y sus correspondientes capiteles, que como nos indica la
autora, también son vegetales.
Columna
que sostiene el arco fajón de la imagen inmediatamente anterior.
Y
esta es la columna, una de las dos, que sostiene el siguiente arco
fajón de esta nave lateral sur, el más próximo a la cabecera de la
iglesia.
En
esta segunda etapa se proyectó el abovedamiento de las naves, sin
embargo, este proyecto fue abandonado.
Posteriormente,
en una tercera campaña, se remataron los muros laterales por encima
del nivel de las impostas, mediante el empleo de mampostería, y se
construyeron los arcos formeros y muros superiores
de la nave central.
Esta
tercera fase constructiva se distingue por el distinto trazado de los
arcos apuntados que separan las naves, de mayor flecha que los
fajones de las laterales, y porque
además son doblados.
Arco
formero que separa la nave lateral sur de la central, en la parte
inferior el otro arco formero, en la nave lateral norte.
Y
aquí vemos el arco fajón en esta misma nave lateral sur, menos
apuntado que el formero de la imagen inmediatamente anterior.
Ahora
nos trasladamos a la nave lateral norte y hacemos la misma
comparación, entre el arco fajón que mira a la nave central...
...y
el arco formero de esta parte de la nave.
Los
fajones de la nave mayor sostienen una techumbre de madera a dos
aguas que cubre también las laterales con una armadura única.
En
cuanto a la ventilación e iluminación de las naves, se realiza
mediante ventanas abocinadas de medio punto, dos en cada lateral, en
el primer y tercer tramo.
Otras
piezas de interés.
También
hay que señalar la presencia de dos columnitas que se encuentran en
el interior, sobre la tarima que da paso a los ábsides, una a cada
lado de la escalinata, y que por sus dimensiones podrían proceder de
un altar. La decoración de las basas y capiteles coincide con la de
la segunda campaña de obras de la iglesia. Los fustes son lisos y
monolíticos. Los capiteles están decorados por las cuatro caras.
La
columnita del
ábside sur se
ve a la izquierda, y
también
en nuestra imagen de portada, más arriba.
Restos
prerrománicos.
A
los pies del templo se conserva un capitel de mármol de proporciones
y decoración distinta a los demás de la iglesia, reutilizado como
pila de agua bendita. Este capitel de estilo asturiano es alto y
estilizado, con dos registros de hojas muy pegadas a la cesta. Se
organiza a partir de modelos clásicos, pero simplifica los elementos
vegetales y acentúa muy poco los contrastes, produciendo un
aplanamiento de las formas. La pieza es
posiblemente de
finales del siglo IX, como algunos fustes de columnas de la puerta
norte.
Se
trata de la pieza que se ve a la derecha de la imagen.
Repetimos
aquí, como también se pueden leer en la Parte I, las conclusiones
que aporta la autora en lo
que se refiere a las tres etapas en la construcción de la iglesia.
En
la construcción de la iglesia de Santa María de Mezonzo se
distinguen tres etapas:
la primera corresponde a la edificación de los ábsides, que tienen
unos capiteles y basas que, junto con la presencia de la cornisa con
arquitos, similar a la de otras obras
datadas a fines del siglo XII, y el empleo predominante del arco
apuntado en el interior del templo, llevan a fechar la primera
campaña constructiva hacia 1200 o en los primeros años del siglo
XIII. De este momento sería también parte del muro norte de la nave
y el trazado del primer pilar septentrional, de sección diferente a
los demás.
En
una segunda campaña se construirían los demás muros laterales de
las naves y los otros tres pilares compuestos, hacia 1210-1220. En
este momento se intentó abovedar la iglesia comenzado por el lado
sur, plan que fue abandonado en favor de la cubierta de madera única
para las tres naves. Las portadas norte y occidental, que tienen
puntos en común. pertenecerían también a la segunda campaña, pero
la puerta principal fue reconstruida posteriormente empleando piezas
de diversa procedencia, entre ellas, algún capitel gótico.
Por
último, se construirían las partes altas del templo: los arcos
formeros y los fajones de la nave central, donde se emplean capiteles
con decoración que anticipa la de algunas iglesias góticas, con una
gran estilización de las formas vegetales. Esto lleva a una fechas
hacia mediados del siglo XIII. De este mismo momento sería la puerta
sur, realizada siguiendo un modelo de tradición románica, pero con
una talla más acorde con la del gótico.
Aquí
finaliza la visita a la iglesia románica del antiguo Monasterio de
Santa María de Mezonzo, en Vilasantar, provincia de A Coruña.
Fin.
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