Estamos
en el municipio de Muxía, en la Costa da Morte, provincia de A
Coruña. Visitamos el que fue Monasterio de S.
Julián/Xulián/Xian/Xiao de Moraime. Punto de paso del Camino de
Santiago a Fisterra y Muxía.
En
esta Parte 2 vamos a ver el interior de la iglesia, excepcional
monumento de estilo románico, de mediados del siglo XII. De planta
basilical, con tres naves y tres ábsides, destacan también el
conjunto de pinturas murales del muro norte (sobre los siete pecados
capitales), y otra situada al lado de la puerta de entrada
(representa al Papa Pío II).
Coordenadas
de situación de Muxía
en
Galicia. Amplíe el mapa y llegará al
Monasterio de San Julián/Xulián… de Moraime: 43.084997, -9.199677
Nota:
Los textos que figuran en
cursiva han sido
extraídos del libro titulado El Monacato en Galicia, Tomo I, pags.
397 a 399, de Editorial Librigal, 1972, del erudito pontevedrés D.
Hipólito de Sá Bravo.
Tiene
planta basilical con tres naves de cinco compartimentos y tres
ábsides, cubiertos con bóvedas de cascarón los laterales y
de cañón el central, y comunicados con las naves mediante
arcos de medio punto que arrancan de semicolumnas adosadas.
Los
ábsides laterales son semicirculares, como lo era primitivamente el
central, que hoy es rectangular al ser reformada la capilla del
presbiterio.
Las
naves están separadas por pilares de sección rectangular con
columnas adosadas, en las cuales se apoyan los arcos formeros y los
transversales, siendo apuntados los de las naves laterales y de medio
punto los de la nave principal.
Planta
de la iglesia. (Nota:
El plano que vemos ha sido tomado de unos de los paneles informativos
que están situados al lado de la puerta de entrada a la iglesia).
01
Nave principal; 02 Ábside semicircular; 03 Ábside rectangular; 04
Entrada principal con arco abocinado; 05 Contrafuertes; 06 Sacristía;
07 Muros donde aparecen las pinturas murales.
La
iglesia iluminada.
Mirando
al suelo, bajamos
las escaleras de entrada.
Justo
al lado de la barandilla de la derecha, en el muro oeste, se
encuentra la primera de las pinturas murales que hay en la iglesia.
A
principios de los años 70 se encontraron estas pinturas, junto con
las del muro norte, que veremos más tarde. La datación de las
mismas no es muy exacta dado que unos autores las sitúan entre la
época medieval y el siglo XVI, otros en el siglo XVII… Esta
pintura en concreto, que representa al Papa Pío II, sí ha tenido la
suerte de ser restaurada.
Aquí
se puede ver la web de la empresa encargada del trabajo, con imágenes
del proceso, de mucha mayor calidad que las presentes: http://www.crearestauracion.es
Ahora
vamos hacia la nave lateral sur.
Muro
sur.
Vista
general de la nave, los arcos son apuntados, en contraste con los de
nave central que los tiene de medio punto.
En
la mitad de la nave, en el tercero de los cinco compartimentos de la
misma, está situada la puerta que vemos. Era la puerta que daba
acceso a las dependencias monacales, estuvo tapiada durante un
extenso periodo de tiempo hasta que en 1975 se “descubrió”.
Una
representación del Agnus Dei, Cordero de Dios.
En
este punto nos volvemos, vemos el muro oeste, el de la fachada
principal. En los tramos a cada lado de la misma veíamos en el
exterior que en cada uno había una ventana y un rosetón (aunque la
imagen es bastante defectuosa).
Nos
dirigimos al ábside sur.
Ábside
sur.
Los
dos ábsides laterales tienen planta semicircular, los arcos de
acceso a los mismos son de medio punto y las bóvedas, de cascarón.
Ábside
central. De planta rectangular, fue reconstruido con posterioridad a
la obra original.
Situados
frente al ábside miramos elevamos la vista.
Una
imposta une los ábacos de los arcos formeros, que son de medio
punto, sirviendo de arranque a las semicolumnas en que se apoyan los
arcos transversales, encima de los que descansa la techumbre de
madera de las naves.
Capiteles
del arco triunfal, izquierda y del arco formero más próximo al
ábside.
La
bóveda del ábside central es de cañón, en dos tramos.
Ahora
nos desplazamos hacia el inicio de la nave lateral norte.
Y
bien, avanzando por la nave llegamos a uno de los tesoros de San
Julián/Xián de Moraime: la serie de pinturas
murales que representan los
siete pecados capitales. Fueron descubiertas en 1970 y están
datadas en los siglos XV, o XVI porque existen varias teorías sobre
las fechas en que se elaboraron.
Como
se verá, las pinturas están a día de hoy en un estado de
conservación penoso y lamentable, si bien en mayo de este año 2017
la Xunta de Galicia, a través del departamento correspondiente, ha
licitado la restauración de las pinturas, lo que es una inmejorable
noticia. Volveremos.
Esta
ilustración figura en un panel informativo situado, como los otros
que ya hemos visto, al lado de la puerta de entrada. Resulta muy útil
para identificar cada parte de las pinturas, dado su estado de
conservación (además de que la calidad de las imágenes tomadas no
es la óptima). Con la ilustración va una breve explicación, en
cursiva, acerca de cada una de las pinturas:
Entrando
en la iglesia, desde la entrada al ábside, se van representando los
siete pecados capitales. Se inicia la representación con una cruz y
se termina con una figuración de la muerte disparando flechas sobre
estos vicios.
La
Sagrada Forma.
La
Soberbia: Caballero autoritario y arrogante con las piernas cruzadas
y los brazos en jarras. Opuesta a la Humildad, sentada en el suelo,
con un cordero en la mano derecha.
La
Avaricia: Una mujer viste ropas de lujo a la moda del siglo XV.
Atesora con ansia un cofre. Otra figura femenina que reparte monedas
representa a la Generosidad.
La
Ira: Una mujer clavándose puñales entre llamas de fuego. Se
le contrapone una figura con rostro amargo mortificándose en
penitencia.
La
Lujuria: Mujer sentada sobre un cerdo con un espejo en la mano
derecha y sus cabellos en la izquierda. El diablo se representa
sugiriendo los gestos de la mujer.
La
Gula: Mujer bebiendo vino de una jarra. Delante aparece un cerdo
espetado y otro vivo.
La
Envidia: Una mujer se tapa los ojos con la mano entreabierta para ver
de refilón. En el hombro izquierdo un pequeño mono diabólico le
murmura en el oído.
La
Pereza: Un carpintero dormido sobre su banco de trabajo con los
instrumentos del oficio tirados en el suelo.
Termina
la serie de los vicios un esqueleto disparando flechas contra los
vicios representando a la Muerte triunfante.
Vamos
a ir concluyendo la visita en el ábside norte, justo al lado de la
pintura que representa a la Muerte. Al igual que el otro, el ábside
tiene planta semicircular, con bóveda de cascarón. En estas fechas
navideñas el Belén está aquí.
Fin.
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