Estamos
en la Plaza del Obradoiro. Vamos a ver uno de los imponentes
edificios que, junto con la fachada de la Catedral, componen los
cuatro lados de este majestuoso rectángulo de piedra, centro de la
vida de Galicia. Se trata del Hostal dos Reis Católicos, Parador
Nacional.
El
actual edificio fue mandado construir en 1501 por los Reyes Católicos
para atender a los enfermos y peregrinos del divino Xacobe, según se
puede leer en la inscripción latina que recorre el friso superior de
la portada. Su construcción, no obstante, se decidió ya en 1492
coincidiendo con el descubrimiento de América.
Nota: El texto informativo (en
cursiva)
ha sido extraído de las
web santiagoturismo.com ,
que pertenece al Concello de Santiago de Compostela y está dedicada
a la promoción del turismo en la capital de Galicia.
El
proyecto de las obras se debe al arquitecto real Enrique Egas.
Delante de la fachada podemos ver una fuerte cadena del siglo XVI
sostenida por pilares esmeradamente tallados que delimita la
propiedad del hospital y que tiene su origen en las disputas de
propiedad entre el Ayuntamiento y las autoridades del Hospital.
Cuenta
con una hermosa portada plateresca obra de los maestros franceses
Martín de Blas y Guil lén de Colás. En las pilastras de esta
portada podemos ver de abajo arriba, las figuras de Adán, Santa
Catalina y San Juan Bautista en la izquierda y las de Eva, Santa
Lucía y María Magdalena en la derecha.
En
el friso de la puerta, estructurada a modo de arco triunfal romano
aparecen alineadas las figuras de los doce apóstoles. En las
pechinas sobre el arco podemos ver los medallones que recogen los
bustos de los reyes Isabel y Fernando. Sobre el friso, en el cuerpo
superior se abre la ventana del Aposento Real, reservado para
hospedar a los monarcas cuando acudieran a Compostela y flanqueada
por las imágenes de Cristo, la Virgen, Santiago, San Juan
Evangelista, San Pedro y San Pablo. Dos grandes escudos, con las
armas de Castilla flanquean así mismo, la portada. Recorriendo todo
el frente del edificio vemos los balcones diseñados por fray Tomás
Alonso, apoyados en ménsulas muy trabajadas que representan figuras
fantasiosas. La cornisa se decora con una minuciosa cadena en la que
sobresalen grotescas y obscenas gárgolas.
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