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Camino de Santiago. Iglesia Románica de Vilar de Donas, en Palas de Rei. Parte 1: Exterior.


El Camino llega a Palas de Rei. Nos desviamos apenas 2 kilómetros para visitar Viar de Donas. Hubo aquí un monasterio, de carácter familiar, que fue fundado a mediados del siglo XII, por las dos donas, en la capilla de San Lorenzo, construcción primigenia hoy desaparecida. En 1194, el monasterio es donado a la Orden de Santiago, bajo cuya Regla permanecerá hasta 1746. La visita se centra en la iglesia, románica, construida en la primera mitad del siglo XIII, en tres fases. En la última de ellas ya se aprecia la influencia de las formas góticas.


En esta Parte 1 veremos la llegada al monasterio y las fachadas de la iglesia. Su planta es de cruz latina, con una sola nave en el crucero, así como en su brazo mayor, abriéndose en su cabecera tres capillas semicirculares. Destacamos los tres únicos arcos que se conservan del claustro y la portada principal. En los siguientes capítulos veremos el interior, que alberga lápidas y uno de los pocos baldaquinos pétreos que se conservan completos y montados en Galicia, si bien el máximo interés radica en las pinturas murales, realizadas en 1434.


La imponente portada principal, que fue la última parte de la iglesia en construirse, hacia 1240 ó 1245, se realiza en estilo ya gótico, aunque todavía mantiene unas formas ornamentales típicamente románicas.


Nota: Los textos que figuran en cursiva han sido extraídos del panel informativo situado en la entrada a la iglesia.

También hemos entresacado algunos breves párrafos del libro del profesor e historiador José Luis Novo Cazón titulado: El Priorato Santiaguista de Vilar de Donas en la Edad Media (1194-1500), publicado en 1986, perteneciente a la Colección Galicia Histórica, bajo el impulso de la Fundación Barrié.




Tras recorrer un trecho por el municipio de Monterroso, tal como hemos vistos en nuestro capítulo anterior (Click Aquí), el Camino acaba de entrar en el término municipal de Palas de Rei. Estamos en el lugar de Portos. Es un tramo en el que discurre, a la izquierda, junto a la carretera asfaltada. Como lo hicieron, a lo largo de los siglos, y hacen hoy los peregrinos, nos vamos a desviar del trazado del Camino, apenas poco más de dos kilómetros, para visitar Vilar de Donas.
El cruce está perfectamente señalizado, a ambos lados. Estamos aquí: 42.873695, -7.809037




Introducimos aquí unos párrafos, en cursiva, que iremos leyendo entre las siguientes imágenes que nos acercan a Vilar de Donas, procedentes de la introducción al libro del prof. Novo Cazón, por parte del director de la colección Galicia Histórica, Filgueira Valverde:

El Monasterio lucense de Vilar de Donas, situado en el corazón de Galicia, es uno de los monumentos más atrayentes de nuestra Tierra, por su historia y por los valores artísticos del templo medieval que perdura.

Son oscuros los orígenes del cenobio femenino que dio base al topónimo. Se supone fundado por dos «dueñas» en la capilla de San Lorenzo, quizá sobre una «villa» antigua. Tuvo carácter familiar y fue patrimonio del poderoso linaje de los Arias de Monterroso por haber intervenido Arias Pérez en la instauración.

Como en tantos otros casos, el benefactor lo había hecho por arrepentimiento de sus pecados, para participación en bienes espirituales y por elección del templo para su sepultura. No consta la regla que haya regido en la comunidad; puede haber sido la de San Benito; no hay dato alguno en favor de la cisterciense.




Pasamos el cruce de la carretera N-547 y continuamos. Es una mañana de invierno, los prados están cubiertos de escarcha. Estamos ahora aquí: 42.882441, -7.810930




Seguimos leyendo a D. José Filgueira:

Dio un nuevo rumbo a Vilar de Donas la incorporación a la Orden de Santiago, fundada en 1170, que, por cierto, ni surgió en Galicia ni fue creada para defensa de los peregrinos a Compostela. Quizás haya habido dinastías gallegas entre los fundadores.

Sí lo eran los maestres Pedro Arias (1210-1212) y Pelayo Pérez Correa, uno de los más ilustres (1243-1275). Entre las importantes donaciones que recibió la Orden en el primer cuarto de siglo de su actividad figura la de este cenobio y sus pertenencias, entregado por los hijos y nietos de Arias Pérez en 1194.

Destaca en la iglesia la existencia de uno de los pocos baldaquinos pétreos que se conservan completos y montados en Galicia. Pero el máximo interés radica en las pinturas murales, realizadas en 1434.



Llegamos a Vilar de Donas.








Ya llegamos a lo que fue el Monasterio de San Salvador de Vilar de Donas. Vemos esta edificación, a la que volveremos mas tarde, que es parte de lo que queda del monasterio, junto a la iglesia, claro, cuya espadaña vemos asomar. Justo aquí: 42.892129, -7.809917





Seguimos caminando junto a este muro hacia la fachada principal de la iglesia.




Al final del muro nos encontramos con la fachada principal de la iglesia. Como se ve, está protegida por la cubierta a modo de nártex. A la izquierda vemos los tres arcos, único vestigio del claustro que han llegado hasta hoy.




Nos acercamos al muro.




La imponente portada principal que, como veremos, fue la última parte de la iglesia en construirse, hacia 1240 ó 1245, se realiza en estilo ya gótico, aunque todavía mantiene unas formas ornamentales típicamente románicas.




Seguimos junto al muro exterior hacia la verja del acceso al recinto.







Las imágenes corresponden a visitas realizadas en varias ocasiones. Accedemos al interior y nos dirigimos a leer el panel informativo que se distingue en el centro de la imagen.




Aquí el texto del panel:

La iglesia de Vilar de Donas está muy vinculada al Camino de Santiago.

El nombre de este lugar, “Vilar de Donas”, responde a la historia de este centro religioso. Originariamente poblado exclusivamente por monjas. Fundado por dos mujeres de la familia Arias de Monterroso, con el paso del tiempo pasó a pertenecer a la Orden de Santiago, que protegía a los peregrinos que se dirigían a Compostela. Como recuerdo de la relación con esta orden religiosa y militar, se conservan en el interior del templo las lápidas de los caballeros de Santiago que fueron enterrados en este templo.

Edificada en el siglo XIII, esta iglesia románica, declarada monumento nacional en 1933, es lo que queda del antiguo monasterio. En el exterior, donde los tres arcos abovedados son la parte que se conserva del claustro del antiguo monasterio, se encuentran unos capiteles donde están esculpidas las representaciones de San Bartolomé; San Miguel y la Virgen María con el niño Jesús.

El “Xacobeo” ya se celebraba de aquella.

En el ábside central se encuentran unas pinturas góticas de enorme valor histórico-artístico. Las figuras más grandes representan la Anunciación, con el arcángel San Gabriel a la izquierda y la Virgen María a la derecha. En la bóveda está plasmada una representación del Juicio Final, mientras que en la parte inferior de las pinturas se representa a Jesucristo enmarcado entre los reyes de la época, Juan II de Castilla, gran protector de los peregrinos, su esposa, María de Aragón y su hijo Enrique, futuro rey Enrique IV, hermanastro (hermano de padre) de Isabel la Católica.

Estas pinturas, realizadas para el Año Santo Compostelano de 1434, dan una idea de la importancia que tenía en aquella época, tanto este templo como la celebración del Año Jacobeo.

El baldaquino gótico del siglo XV, donde se encuentra la imagen de la Virgen María, es único en Galicia.



Regresamos a la parte donde está esta edificación que hemos visto antes. Nos disponemos a rodear el recinto para ir viendo las fachadas y demás construcciones de lo que fue el monasterio.




Leemos unos párrafos del texto del prof. Novo Cazón, presentado más arriba:

En la actualidad las obras de fábrica de la iglesia románica son lo único que se conserva de las construcciones monásticas medievales, ya que el monasterio – del que todavía se mantiene en pie una parte, que sirve de casa rectoral – fue reconstruido en fechas muy posteriores.

La capilla de San Lorenzo fue (según consta en los libros de visitas efectuadas al monasterio a finales del siglo XV y en los años iniciales del XVI) la construcción primigenia y única del monasterio durante un cierto tiempo; en ella vivieron las donas hasta que se construyeron otras dependencias; probablemente fue levantada a mediados del siglo XII, fecha de la fundación del monasterio. De sus características sólo se sabe que tenía un altar de piedra y dos puertas de arco de cantería, por una de las cuales se podía salir al campo y a las huertas.

Probablemente, hasta la construcción de la iglesia románica en la primera mitad del siglo XIII, fue también lugar de cultos y de enterramientos, como los de las dos donas fundadoras.




Fachada de la casa rectoral, que como se ve, está cerrada en la actualidad.







Ahora nos aproximamos a esta otra construcción que queda en pie, el camino que se ve a la derecha, junto al árbol, nos llevará a la parte sur del recinto.




Al doblar la esquina llegamos a la parte sur y cabecera de la iglesia. A la izquierda el muro tras el cual estaban las dependencias monacales.




Seguimos al prof. Novo Cazón:

Una iglesia del románico rural gallego.

La iglesia de Vilar de Donas es unos de los ejemplares más representativos de la pervivencia en Galicia de las formas románicas, entremezcladas, a veces, con otras ya netamente góticas, como es el caso de la portada principal de este templo.

Su planta es de cruz latina, con una sola nave en el crucero, así como en su brazo mayor, abriéndose en su cabecera tres capillas semicirculares. Se trata, pues, de una planta similar a la de San Miguel de Breamo, aunque las proporciones de la de Villar de Donas son considerablemente superiores a las de aquélla.

R. Izquierdo Perrín dice que este tipo de planta es poco frecuente en el Románico Gallego, reservándose casi exclusivamente para las catedrales e iglesias de los grandes monasterios.

No cabe duda de que éste, al igual que otros templos medievales, se comenzó a levantar por la cabecera, y seguramente por la capilla central. Consta de tres ábsides de planta semicircular, de los que el central destaca en planta y alzado de una manera considerable, en tanto que los laterales son prácticamente iguales entre sí, variando únicamente los motivos ornamentales.




En el exterior, el muro sur del crucero, en el que se perciben huellas de construcciones monásticas adosadas, ya desaparecidas, tiene en sus extremos sendos contrafuertes prismáticos completamente lisos y que, en la actualidad, suben rectos hasta el alero del tejado.




Ábside sur:
Las dos capillas laterales presentan una planta semicircular precedida de un pequeño tramo recto, estas dos capillas tienen sendos contrafuertes prismáticos en sus arranques.




Ventana de este ábside sur.




Pasamos del ábside sur al central.




Desde la base del ábside central vemos el camino recorrido desde la casa rectoral.




Ábside central:
Tiene un tramo recto y otro semicircular, que aloja una bóveda de cascarón en el interior. Destaca la imposta con billetes de damero que se corresponde con otra igual al interior, y los cuatro contrafuertes prismáticos,que contrarrestan el empuje del cascarón y rompen la monotonía del muro.




Ventanas de este ábside central.





Vista de los ábsides norte y central y de la parte norte de la nave del crucero.




Detalle del ábside norte y su ventana.





Ahora nos dirigimos hacia la parte norte del crucero.





Muro norte del crucero, con los dos contrafuertes prismáticos que llegan hasta el alero, al igual que en la parte sur.




Desde el crucero, vemos el muro norte de la nave mayor y los tres arcos que pertenecieron al claustro, así como la espadaña sobre la fachada principal.




Unos pasos más adelante, el crucero. Apreciamos un tercer contrafuerte, en el muro oeste del mismo, a la derecha de la imagen.




Alero y canecillos del crucero.




Nos fijamos ahora en el alero, canecillos y ventanas del muro norte de la nave del brazo mayor.




También nos fijamos en este espacio cubierto, con la puerta de acceso al crucero.




Nos acercamos a la fachada principal. Pero antes nos recreamos con la visión de los tres arcos que quedan en pie del antiguo claustro del monasterio. A la izquierda vemos la columna y capitel adosado a la fachada principal.




Columnas, capiteles y un canecillo.








Estamos ya bajo esta cubierta o nártex, frente a la portada principal.





Vamos a centrar ahora nuestra atención en la portada.




Recogemos aquí un breve apunte sobre la portada de la obra del prof. Novo Cazón:

La portada es de una extraordinaria riqueza ornamental, apareciendo en ella motivos y temas de claro estilo gótico relacionables con el núcleo de Orense, como acertadamente puso de manifiesto Serafín Moralejo. Sin embargo, al lado de tales peculiaridades góticas perviven todavía motivos típicamente románicos como, por ejemplo, las arquivoltas de medio punto, la decoración del podio sobre el que se levantan las basas de las columnas - arquillos de medio punto -, billetes en damero que perfilan la segunda de las arquivoltas, líneas en zig zag, pervivencia de hojas de estirpe mateana, etc. Es decir, que, en gran medida, el esquema general de la portada es románico, pero introduciendo motivos y temas góticos, especialmente en sus capiteles.





¿Maestro cantero?












En esta misma tradición orensana se sitúa el tejaroz que corre sobre la puerta, cuyos canecillos, decorados con temas vegetales y geométricos, sostienen arquillos de medio punto.





Ahora nos fijamos en la puerta principal.

Hay un panel informativo referido a las actuaciones de restauración de la puerta principal de la iglesia de San Salvador de Vilar de Donas. Leemos la parte dedicada a la información histórica y artística:

Puerta principal hecha de madera de castaño de dos hojas. La parte exterior está realizada con paños decorados con elementos de forja, mientras que la interior está reforzada con seis traviesas y listones de madera en cada una de las hojas. La puerta está pintada de color rojo en su parte exterior.

Datación cronológica: Siglo XIII. Periodo artístico o histórico: románico.





El prof. Novo Cazón se refiere a la puerta así:

Los herrajes de las dos hojas de esta puerta principal de Villar de Donas repiten los motivos y temas de la puerta norte de la Catedral de Lugo. Otros herrajes similares a éstos, aunque más sencillos. Se encuentran en las puertas de las iglesias de Santa María de Meira y San Salvador de Sarria, pero quizás los más antiguos de todos ellos, según Gallego de Miguel, sean los de la citada puerta de la Catedral de Lugo, fechables a comienzos del siglo XIII. Los de Villar de Donas, probablemente, sean contemporáneos de la construcción de la portada, lo que los llevaría, quizás, hacia la quinta década del citado siglo.




Vamos llegando ya a la conclusión de este primer capítulo sobre Vilar de Donas. Nos sentamos en el banco de la derecha, para esperar la llegada de la guía Elena, conocedora al dedillo del monumento. Quien visite este lugar podrá contar también con la sabiduría de D. Jesús. A ambos agradecemos su amabilidad y su conocimiento.




Elena ha llegado y la puerta está abierta. Muchos tesoros nos esperan en el interior… pero eso será en los siguientes capítulos.





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