El
Museo das Peregrinacións e de Santiago ubica su sede expositiva en
la Plaza de Platerías, al lado de la Catedral. En las cuatro plantas
del museo haremos un
apasionante recorrido a través de las
tres grandes áreas temáticas sobre
las que gira la extraordinaria colección que posee: La
peregrinación como fenómeno universal;
La
peregrinación y el Camino de Santiago
y el Nacimiento
y evolución de la ciudad de Santiago de Compostela.
Continúa
la visita, ya en el gran
espacio central de la planta
primera. Los tres grandes expositores nos presentan las tres
representaciones de Santiago, Apóstol, Peregrino y Caballero. En
las imágenes más antiguas aparece con los atributos comunes a los
demás apóstoles: túnica y manto, libro sagrado y pies descalzos o
con sandalias. A partir del siglo XII, aspecto de
peregrino. Se representa con bordón (bastón), escarcela (zurrón),
calabaza, sombrero, esclavina y vieiras, acompañadas a veces
de bordoncillos, que adornan su vestimenta. El tercer modelo
iconográfico es el de caballero. Se representa sobre un caballo
blanco, con espada y/o estandarte, con “infieles” a sus pies o
dirigiendo a las tropas cristianas. En el presente capítulo
veremos el primer expositor, dedicado a Santiago Apóstol.
Santiago
entre cipreses.
Tablero
de sillería de coro. Madera tallada en su color. 1490-1505.
Este
tipo iconográfico se remonta a principios del siglo XII y parece
relacionarse con la reivindicación de la apostolicidad de la sede
compostelana. Santiago entre dos árboles – denominados cipreses en
el Códice Calixtino – alude a su presencia en el Monte
Tabor, juntamente con Pedro y Juan. Parece reclamarse así para
Santiago el mismo trato brindado a los otros dos apóstoles.
Click Aquí para ver los capítulos dedicados a la Planta Baja.
Click Aquí para ver los capítulos dedicados a la Planta 1.
Click Aquí para ver los capítulos dedicados a la Planta 2.
Click Aquí para ver el capítulo dedicado a la Planta 3.
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Coordenadas
de situación del Museo de las Peregrinaciones en la Plaza de
Platerías, Santiago de Compostela: 42.879907, -8.544134
Nota.
Los textos que figuran en cursiva son aquellos que describen
las piezas y obras del museo, así como los diferentes textos
explicativos que iremos viendo. En este capítulo también irán en
cursiva los textos que hemos extraído del folleto informativo
que se facilita al visitante.
Plano
de la primera planta, extraído del citado folleto informativo. La
parte que está en color negro es la dedicada a la exposición
permanente del Museo. Hay tres espacios diferenciados: la gran sala,
a la derecha; y otros dos espacios, parte superior izquierda y parte
central izquierda. En la parte inferior, la sala dedicada a
exposiciones temporales. Destacamos en rojo la parte de esta planta
primera que vamos a ver en este capítulo.
A
continuación, unos párrafos procedentes también del susodicho
folleto. Se resumen los contenidos de esta planta, dentro de la
segunda gran área temática del Museo, La peregrinación y el
Camino de Santiago, en la que se engloba también parte de la
Planta Baja:
En
la primera planta se destaca la importancia de la literatura y de la
música de la peregrinación como lenguaje universal de los
peregrinos. A continuación reciben una referencia especial los
principales símbolos jacobeos – venera y cruz de Santiago – con
una selecta representación de bienes culturales que explican su
origen y su uso, tanto simbólico como decorativo.
El
espacio central en esta planta, se dedica a los diferentes tipos que
se fueron generando para representar a Santiago, como Apóstol,
Peregrino y Caballero. Nos introducimos así en la iconografía
jacobea, de la que se expone una pequeña selección de los fondos
con que cuenta el museo. Entre las numerosas obras de pintura,
escultura, tejidos, grabado, etc., destacan las tablas de Juan de
Flandes y Juan de Juanes (siglo XVI).
Termina
la visita en esta planta con singulares producciones artísticas que
nos hablan de la presencia de Santiago en el mundo, tanto en España
como en el resto de Europa. Destaca el especial arraigo que tuvo en
América el culto al Apóstol.
Ante
nosotros se presenta la gran sala de la planta 1 del Museo. Miramos
de izquierda a derecha.
Comenzamos
con la pared de la derecha de la imagen, con dos vitrinas en los
extremos y una serie de textos e ilustraciones en el centro. Aquí se
resume, como veremos, el contenido del conjunto de las obras de esta
sala: las representaciones de Santiago.
En
primer lugar nos vamos a centrar en la contemplación de la obra que
se aloja en esta vitrina.
Santiago
peregrino.
Taller
gallego. Granito tallado y policromado. S. XIV-XV.
Texto
que acompaña a la obra:
La
iconografía de Santiago peregrino refleja los cambios en la
indumentaria de los caminantes de cada época y región. Francia
sería un importante transmisor de tendencias artísticas que se
interpretan, con mayor o menor acierto, por artesanos locales como
sucede en el caso de esta escultura que deja entrever ese influjo
parisino entre la rusticidad de las formas.
En
el centro de esta pared, entre las dos vitrinas, vemos unas
ilustraciones sobre las tres representaciones de Santiago.
Texto
explicativo, impreso en la propia pared:
Iconografía
jacobea.
La
representación del Apóstol.
La
representación del apóstol Santiago el Mayor ha sido una de las más
diversa de la iconografía cristiana. La expansión de su culto por
Europa y, desde el siglo XVI por América, propició que su imagen se
adaptase a las diferentes necesidades devocionales y políticas del
momento, combinando aspectos de su condición de apóstol, de
peregrino o de caballero.
En
las imágenes más antiguas aparece con los atributos comunes a los
demás apóstoles: túnica y manto, libro sagrado y pies descalzos o
con sandalias. Con frecuencia una filacteria o rótulo recoge su
nombre o una frase alusiva a su persona.
Santiago
ofrece, a partir del siglo XII, aspecto de peregrino, tanto por ser
enviado por Jesús y emprender un largo viaje para evangelizar
Hispania, como por su identificación con los
peregrinos que caminan hacia su tumba. Se representa con bordón
(bastón), escarcela (zurrón), calabaza, sombrero, esclavina y
vieiras, acompañadas a veces de bordoncillos, que adornan su
vestimenta.
El
tercer modelo iconográfico es el de caballero. La imagen de Santiago
como soldado (miles
Christi)
sobre un caballo apoyando a las tropas cristianas, se documenta por
primera vez a mediados del siglo XII. La tradición lo relaciona con
acontecimientos anteriores (batalla de Clavijo en el 844, conquista
de Coimbra en el 1064 y otros). Se representa sobre un caballo
blanco, con espada y/o estandarte, con “infieles” a sus pies o
dirigiendo a las tropas cristianas.
Vemos
las ilustraciones, siguiendo el orden que nos señala el texto.
En
el centro, representación como apóstol y mártir.
Parte
superior: manto y libro sagrado. Parte inferior: túnica, pies
descalzos o sandalias.
A
la derecha, su representación como peregrino.
De
arriba a abajo: Sombrero, vieira, calabaza, esclavina o manto corto,
bordón, escarcela.
A
la izquierda la representación del Apóstol como caballero.
De
arriba a abajo: Espada, estandarte o escudo, caballo blanco,
infieles.
Ahora
la vitrina de la esquina de esta pared en la que estamos.
Casulla.
Taller
castellano. Terciopelo, seda, lino e hilos de oro. 1520-1530.
Pasamos
al primero de los tres grandes expositores centrales de la sala que
vamos a ver, el más próximo a la entrada. Cada uno de los tres
expositores se centra en una de las representaciones de Santiago. En
este caso, como Apóstol.
Comenzamos
con los textos e ilustraciones que se ven en primer plano, en la
parte inferior de la imagen, impresos sobre el expositor,
introducción general del contenido del mismo.
Texto
situado a la derecha, en la imagen anterior:
Santiago
apóstol y mártir.
El
siglo XII es el momento adecuado para elaborar y difundir una imagen
nueva del Apóstol. Es una etapa floreciente de obras en la basílica,
la peregrinación está muy extendida y la Iglesia compostelana
cuenta con el apoyo del papado.
La
imagen promocionada es la que muestra su condición de apóstol de
Cristo, con la túnica y el manto, los pies descalzos y el libro. Así
aparece en Platerías el “Santiago entre cipreses” (inicios del
siglo XII); en el Liber Sancti Iacobi (mediados
del XII), bendiciendo; o en las esculturas sedentes del parteluz del
Pórtico de la Gloria (hacia 1188) y de la capilla mayor (hacia
1211), muy transformada esta última con inclusión de elementos de
peregrino.
A
la izquierda del texto se sitúa esta ilustración.
Santiago
sedente entre sus discípulos.
Tumbo
B, s. XIV. Archivo Catedral de Santiago de Compostela.
Ahora,
el relieve que está sobre el texto e ilustración que acabamos de
ver.
Descripción
de la obra y texto explicativo, impresos en el expositor, al igual
que el texto principal y la ilustración:
Santiago
apóstol.
Escuela
española. Madera tallada y policromada. S. XVIII.
Este
relieve reproduce la escultura del Apóstol sedente de la Capilla
Mayor de la Catedral de Santiago realizada hacia 1211 tomando como
referencia el Santiago del Pórtico de la Gloria. A partir del siglo
XVII se modificó con la adición de la esclavina, el bordón y la
calabaza, elementos propios de la iconografía del peregrino.
Iremos
rodeando el expositor, viendo las obras, en primer lugar, las
vitrinas de esta parte.
Obra
de la primera de estas dos vitrinas, según vamos caminando.
Beato
de la Catedral de Girona.
Edición
facsímil. Original 970-975, facsímil 2004.
La
siguiente vitrina nos muestra esta cruz procesional.
Cruz
procesional con Santiago en cátedra.
Taller
español. Plata en su color y dorada. Segundo tercio del siglo XVI.
Llegamos
ahora a esta obra escultórica.
Descripción
y texto:
Oración
en el Huerto de los Olivos.
(Conjunto
de cuatro esculturas). Escuela castellana. Madera tallada y
policromada. S. XVI-XVII.
Santiago
fue uno de los apóstoles preferidos de Jesús. Estuvo presente,
junto con Pedro y Juan, en los momentos más importantes de la vida
del Maestro. En este grupo – un pasaje de la Pasión – se muestra
de mediana edad y barbado para diferenciarlo de sus compañeros.
Conjuntos escultóricos como éste podrían formar parte de oratorios
o de pasos procesionales.
Ahora
veremos las obras de este otro lado.
Pero
antes hemos de ver el cuadro que está junto a la obra escultórica
del Huerto de los Olivos.
Descripción
de la obra y texto explicativo:
La
Buena Muerte. Virgen María Porta Coeli.
Escuela
española. Óleo sobre lienzo. S. XVII.
Santiago
como intercesor o “protector” ante la Virgen proviene de una
tradición de los primeros momentos del culto y ya aparece en algunos
milagros del Códice Calixtino (siglo XII). Es
un intercesor excepcional porque no recibe súplicas sobre males
concretos como los otros santos taumaturgos sino para prever la
muerte o la condenación eterna protegiendo al moribundo del acoso
del demonio.
Después
de ver la obra anterior continuamos en este otro lado del expositor.
Iremos viendo las obras de este lado de izquierda a derecha.
Comenzamos por la que asoma a la derecha.
Santiago
entre cipreses.
Tablero
de sillería de coro. Madera tallada en su color. 1490-1505.
Este
tipo iconográfico se remonta a principios del siglo XII y parece
relacionarse con la reivindicación de la apostolicidad de la sede
compostelana. Santiago entre dos árboles – denominados cipreses en
el Códice Calixtino – alude a su presencia en el Monte
Tabor, juntamente con Pedro y Juan. Parece reclamarse así para
Santiago el mismo trato brindado a los otros dos apóstoles.
Siguiente
obra.
Transfiguración.
Escuela
rusa. Óleo sobre tabla. S. XVIII—XIX.
Seguimos
con la vitrina que está al lado de la obra anterior.
Santiago
sedente.
Taller
compostelano. Pergamino coloreado con acuarela. Finales del siglo
XVIII. Donación Familia Blanco-Cicerón.
Y
esta segunda vitrina completa el conjunto de obras de este expositor.
Santiago
sedente.
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