Hola, soy Arturo Martínez, el autor de este blog. Estamos
en Augas Santas, en el municipio de Allariz, provincia de Ourense.
Continuamos esta serie de capítulos en los que visitamos los lugares
en los que se produjeron, a lo largo de los siglos los
acontecimientos ligados al martirio de Mariña, en el siglo II, en
tiempos de los romanos. En el siglo IX se descubre su sepulcro, lo
que da lugar a una honda devoción que llega a nuestros días. Ya a
finales del siglo XII y principios del XIII se construye la iglesia
románica, objeto de los
dos primeros
capítulos
de
esta serie.
Muy
cerca, la inconclusa Basílica de la Ascensión, iniciada a finales
del siglo XIII, en cuya cripta se halla el Forno da Santa, donde tuvo
lugar el martirio de Mariña, que hemos visto en la Parte 3. También
muy cerca, la antigua calzada romana nos lleva al Castro o Cidade de
Armeá, de época castreña, que vamos a ver en el presente capítulo.
Además, hay otros puntos de interés, por ejemplo, por aquí pasa
el ramal sur de la Vía de la Plata del Camino de Santiago.
Click Aquí para ver la Parte 1: Iglesia Románica de Santa Mariña. El Exterior.
Click Aquí para ver la Parte 2: Iglesia Románica de Santa Mariña. El Interior.
Click Aquí para ver la Parte 3: Forno da Santa y Basílica de la Asunción.
Click Aquí para ver todas nuestras visitas a Allariz.
Click Aquí para ver la Parte 1: Iglesia Románica de Santa Mariña. El Exterior.
Click Aquí para ver la Parte 2: Iglesia Románica de Santa Mariña. El Interior.
Click Aquí para ver la Parte 3: Forno da Santa y Basílica de la Asunción.
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Coordenadas
de situación del
castro de Armeá,
en Augas Santas, municipio de Allariz: 42.246037, -7.793404
Comenzamos
el capítulo de hoy justo donde terminó el anterior, al lado de la
Basílica de la Asunción. A escasos 300 metros se halla la parte
excavada del castro de Armeá, que veremso más tarde. Caminamos por
este sendero, por el que muchos pasaron antes a lo largo de los
siglos. Se trata de una antigua calzada romana, también utilizada
por los peregrinos que acudían a Compostela a través de la Vía de
la Plata. Al fondo, una gran roca, el llamado Penedo da
Moura.
Llegamos
al Penedo da Moura, mole de granito tras el cual el sendero se
bifurca.
Detrás
de la gran roca vemos a la derecha el sendero que llega hasta aquí
desde la parte excavada del castro, rodeando todo el recinto. Aquí
terminará nuestro paseo de hoy.
De
frente, desde el penedo, el sendero, calzada romana, continúa por
este tramo más corto hacia la parte excavada del castro.
Antes
de continuar echamos una mirada hacia atrás para ver a lo lejos la
Basílica de la Asunción.
Aquí
hay un panel que nos habla brevemente sobre la calzada romana:
Calzada
Romana.
Se
trata de una derivación de la Vía XVIII del Itinerario de Antonino
que desde Allariz, por Frieira, Roiriz, Turzás y Santa Mariña
conduce al Valle de A Rábeda con dirección a Ourense. En la Edad
Media fue utilizada por los peregrinos que recorrían la Ruta de la
Plata.
Continuamos.
Unos
pasos más adelante, el sendero se bifurca otra vez. A la izquierda,
se dirige hacia el núcleo de casas de la aldea de Armeá, pasando
por el Monte do Señoriño, yacimiento arqueológico
descubierto recientemente.
Llegamos
a donde está el Monte do Señoriño. El yacimiento,
descubierto en 2011, guarda estrecha relación con el castro de
Armeá. Se trata de una construcción formada por un edificio
unitario rectangular con nueve habitáculos comunicados por pasillos
con escaleras, un total de 520 metros cuadrados de superficie total
construida. Hay un edificio secundario de tres habitáculos. Se trata
de un asentamiento galaico romano de finales del siglo I.
Regresamos
al sendero que nos lleva al castro.
Al
llegar al recinto de la parte excavada del castro, encontramos un
panel informativo muy detallado que consta de varios apartados. La
parte excavada se sitúa en el enclave llamado A Atalaia, que
estratégicamente mira al valle Val da Rabeda. Las vistas abarcan una
enorme franja de terreno.
Aquí
hay una construcción, tal vez un muro defensivo.
En
el lado contrario, en un nivel inferior del terreno, está la parte
excavada.
Vamos
a ir viendo los contenidos del panel mencionado. Hay un texto en la
parte superior a modo de introducción:
El
Castro de Armeá.
La
ciudad castreña de Armeá posee una extensa micro-toponimia que
evidencia la presencia de un gran yacimiento arqueológico: A Cibdá,
O Castro, Outeiro do Pendóns, Outeiro dos Fornos, Monte das
Muradellas, Monte das Casarellas, Monte das Caserías,
Atalaia…
El
poblado castreño romanizado se rodea de una potente muralla pétrea
de 3-4 metros de altura en su origen, completando el sistema
defensivo con pequeños muros que circunvalan las croas e integran
los gigantescos bolos graníticos naturales en su paramento. Después
de la conquista romana se añadieron sucesivos aterrazamientos de
ocupación hacia el nordeste y se urbanizó la plataforma de la
Atalaia.
En
la actualidad el castro está muy alterado por la constante evolución
del territorio, con transformaciones asociadas a los usos
agroganaderos que crearon: nuevos caminos, vallados, a lo que hay que
añadir el continuo acopio de sus piedras milenarias para delimitar
las fincas de la zona y emplearlas en la construcción de las casas
en las aldeas de la parroquia.
Todo
este complejo y articulado recinto arqueológico ovalado que
forma el Castro de Armeá, posee unas dimensiones aproximadas de 357
metros en el eje norte-sur y 169 metros en el eje este-oeste, para un
total de una superficie de 4,8 Hectáreas.
Nos
acercamos.
Continuamos
con el panel, ahora con el plano del castro. A la izquierda vemos el
Forno da Santa, donde se iniciaba este capítulo. Llegamos a la roca
llamada Penedo da Moura, donde se bifurcaba el sendero. Continuamos
de frente hacia la otra bifurcación que nos llevaba al Monte do
Señoriño (a Armeá). Ya de vuelta seguimos por la parte
superior (Camiño de Santiago)…
...para
llegar a la parte excavada en la que nos encontramos. Emprenderemos
el camino de regreso hacia el Penedo da Moura por el camino de la
parte inferior, dejando a nuestra derecha el Outeiro dos Fornos y el
Outeiro dos Pendóns.
Después
de este ligero galimatías continuamos con la lectura de otro texto
del panel:
La
cultura castreña.
La
cultura castreña se formó gradualmente entre los inicios del
milenio I y el siglo VI a.n.e. coincidiendo con un fuerte avance de
la horticultura y la creación de grandes poblados situados en
lugares altos y fortificados, concordando con el avance de la Edad
del Hierro en Europa y desarrollándose en el noroeste peninsular a
lo largo de mil años. El fin de los castros no fue simultáneo ni de
repente, sino que se fueron abandonando poco a poco, a partir del
siglo IV de nuestra era.
Los
límites de esta gran cultura abracaban Galicia, el norte de Portugal
delimitado por los ríos Mondego y Dao, y la zona más occidental de
Asturias, territorio que después de la conquista romana se convirtió
en la provincia de la Gallaecia.
Armeá
es un claro ejemplo de ciudad castreña, con dos zonas diferenciadas:
la más alta, donde se amurallan los curutos (picos): Outeiro
dos Pendóns y Outeiro dos Fornos, y se configura entre ellos un
poblado castreño galaico; y las terrazas del noreste, con un
desarrollado entramado urbano de calles pavimentadas, red de
saneamiento, canales de evacuación de aguas pluviales, casas de dos
pisos, atrios porticados y una excelente cantería.
La
economía de Armeá se basaba en la agricultura (cereales, cebada y
leguminosas), en la recogida de frutos silvestres (bellotas, castañas
y bayas), en el auge de la cabaña ganadera familiar y en la caza.
Parte importante del sistema productivo se sostendría en la
metalurgia, trabajando el bronce, hierro y, quizás, el oro, y en el
comercio, con la venta/intercambio de los excedentes artesanales
(alfareros, herreros, curtidores, orfebres, canteros…).
Otro
texto más, que pasamos a leer:
La
parcela de A Atalaia fue excavada por Francisco Conde Valvís en el
año 1957 con la ayuda de los vecinos de la zona, exhumando
espacios habitacionales con atrios porticados, comunicados por calles
pavimentadas. También recogieron gran cantidad de materiales,
resaltando la exquisitez plástica de las piezas encontradas: fustes,
capiteles, basas de columnas, caetras, sedentes, zoomorfos…
decoradas con trisqueles, rosetas, espirales…
En
las campañas de excavación de 2011, salieron a la luz parte de los
restos arquitectónicos descubiertos por Valvís, más en concreto lo
que él denomina Atrio de la casa II, nuevos muros habitacionales, la
cocina de la casa con una lareira decorada y una calle pavimentada.
Entre el material ergológico recogido destacan algunos fragmentos de
cerámica negra castreña, cerámica común romana, pesas del telar,
clavos de hierro, alguna herramienta de piedra (alisadores,
machacadores de mortero y molinos), y sobresaliendo del resto por ser
una pieza destacada una pequeña raspadora de cuarcita con un
guerrero galaico petrografiado. También es reseñable el hallazgo de
una urna en posición primaria enterrada en el atrio de la casa, con
posible función funeraria.
Pasamos
ahora a lo que el panel denomina dibujo arqueológico en planta de
una vivienda.
1.
Muro vivienda.
2.
División interior de la vivienda.
3.
Escalera de acceso a la planta superior.
4.
Cocina/lareira.
5.
Solera de puerta.
6.
Estancias.
7.
Patio cubierto.
8.
Sistema de desagüe.
9.
Nivel de uso original: Patio enlosado.
10.
Urna funeraria de incineración.
11.
Restos del pavimento original.
12.
Nivel de uso original: Restos del enlosado.
Desde
aquí vemos la vivienda. Al fondo estarían las dos estancias
cuadradas situadas a la derecha del dibujo.
Ahora
emprendemos el camino de regreso.
Dejamos
atrás la parte excavada del castro.
Caminamos
y divisamos a nuestra derecha el Outeiro dos Fornos (ver plano).
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