En
Ourense se celebró la exposición:
In Tempore Sueborum. El tiempo de los Suevos en la Gallaecia
(411-585). El primer reino medieval de occidente.
Tuvo lugar entre el 15 de diciembre de 2017 y el 6 de mayo de 2018,
desarrollándose en tres espacios distintos: El Centro Cultural
Marcos Valcárcel, la iglesia de Santa María Nai y el Museo
Municipal.
La
Parte II, aquí, en Santa María Nai, lleva por título:
Cristianización y territorio en
la Gallaecia de época sueva.
Veremos
las etapas de este proceso de cristianización: una primera de
implantación, entre los siglos IV y la primera mitad del VI, y otra
de desarrollo, a partir de la segunda mitad del siglo VI, en la que
se constituye
en religión
oficial. Es en este momento cuando surge la figura de S. Martín de
Dumio, conocido como el “Apóstol de los Suevos”, figura
trascendental cuyo efecto se ve reflejado en la creación del
denominado “Parroquial Suevo”.
Click Aquí para ver la Parte I, que se desarrolló en el Marcos Valcárcel.
Click Aquí para ver la Parte I, que se desarrolló en el Marcos Valcárcel.
Santa
Mariña de Augas Santas. La
cripta, conocida como “Os Fornos”, se relaciona con los llamados
“monumentos con horno y pedra formosa”, cuyo
origen se remonta a la Edad
del Hierro. Una
segunda fase corresponde al
siglo VI d.C. Esta fecha se relaciona con
el martirio de Santa Mariña, condenada a morir abrasada y a la que
San Pedro sacó por un pequeño agujero en la parte superior del
horno, y la cristianización
posterior
del paisaje de Augas Santas. Una
tercera fase consiste en la
reforma puntual, en torno al siglo XII o XIII. La
cuarta parte oculta los lugares anteriores en una cripta y
monumentaliza el lugar con la iglesia inacabada (antes
de finales del siglo XIV).
Click Aquí para ver el capítulo anterior.
Click Aquí para ver el capítulo anterior.
Nota:
Todos los textos que no son
propios, como las transcripciones de los textos de los paneles de la
exposición, descripciones de las piezas y obras expuestas,
transcripciones de los textos
de los paneles informativos que iremos viendo en nuestra salida de
hoy a Santa Mariña de Augas Santas, así como los correspondientes
al estudio que se citará más adelante, irán
en cursiva.
Estamos
en la parte norte del crucero de la iglesia de Santa María Nai. En
el capítulo anterior llegamos hasta el sarcófago de la imagen, el
Sarcófago de San Martín de Dumio.
Hoy
la visita continúa, recorriendo una parte del lado norte de la nave,
con diversas piezas, vitrinas y paneles a ambos lados. También
haremos una visita al exterior, como veremos, al municipio de
Allariz, parroquia de Augas Santas.
Antes
de continuar la visita hemos de admirar estas obras del crucero norte
de Santa María Nai, nos centramos en primer lugar en el púlpito.
Nos
fijamos en esta imagen de Santa María Nai, situada detrás de la
estructura de madera.
También
aquí, en
el muro del crucero,
está
este
cuadro en
el que se representa la Coronación de la Virgen.
Y
algo más arriba, la
vidriera, que ya vimos en el capítulo anterior.
Situados
justo enfrente de donde se encuentra el Sarcófago de San Martín de
Dumio, vamos a ver los paneles de la imagen.
Los
dos primeros paneles de esta serie.
Panel
de la parte superior.
Élites,
cristianización y territorio.
La
edilicia cristiana en la segunda mitad del siglo VI muestra un común
denominador: expresar de forma inequívoca la acción de las élites
eclesiásticas en el territorio en una fase de consolidación y
expansión del proceso de cristianización en el noroeste peninsular.
Sedes
Episcopales de la Gallaecia
en época sueva. Siglos V-VI. (según J. López Quiroga y A. M.
Martínez Tejera).
Sedes
Episcopales de la Gallaecia
en el siglo IV (mitra
en color rojo).
Sedes
Episcopales de la Gallaecia
en el siglo V (mitra
en color naranja).
Sedes
Episcopales de la Gallaecia
en el siglo VI (mitra
en color azul).
Panel
de la parte inferior.
«El
Parroquial Suevo».
Un
documento único en su género en el occidente europeo.
«El
Parroquial Suevo» muestra la vertebración eclesiástica del
territorio en la segunda mitad del siglo VI. Es una auténtica
fotografía de la implantación de la administración eclesiástica
en el noroeste peninsular. La lista de «parroquias» se corresponde,
para el norte de la Gallaecia, con grandes circunscripciones
territoriales coincidentes con algunos populi prerromanos, mientras
que en la Gallaecia meridional, se mencionan «iglesias» como
núcleos centrales de dichas «parroquias».
Parroquias
suevas en la segunda mitad del siglo VI. (según
J. López Quiroga y A. M. Martínez Tejera).
Sede
episcopal (puntos negros). Parroquias (puntos blancos). Vías
romanas.
Siguiente
panel.
La
ética martiniana.
Un
modelo de conducta del pasado de gran utilidad para nuestro presente.
Los
textos de carácter ético de Martín de Dumio conforman una obra que
evidencia su carácter y extraordinaria personalidad que impregnó
profundamente su época. Su figura marca un antes y un después en la
Gallaecia de la segunda mitad del siglo VI, tanto a nivel político
como socio-religioso.
Inicio
del texto Formula
Vitae Honestae
de Martín de Dumio. Bibliothèque Nationale de France, París.
Bajo
el panel que acabamos de ver se encuentra un audiovisual.
Nota:
Reparamos en el título de este audiovisual: La construcción de
iglesias en la Gallaecia de época sueva.
“Captura
de pantalla” de la mencionada presentación en la que se enumeran
las siguientes iglesias.
En
anteriores capítulos dedicados a la exposición hemos tenido ocasión
de visitar ya la iglesia de Santa María de Temes (Click Aquí),
también estuvimos en Dumio/Dume (Click Aquí)
y en Santa Eulalia de Bóveda (Click Aquí).
A
continuación nos vamos a desplazar a Santa Mariña de Augas Santas,
en el municipio de Allariz, muy cerca de la capital ourensana.
En
el próximo capítulo abordaremos la visita a San Pedro de Rocas,
dado que, además, los siguientes paneles de la exposición hacen
referencia explícita a este lugar, sin contar con la presencia de
dos piezas de gran importancia.
Pero
ahora nos dirigimos a Augas Santas.
Santa
Mariña de Augas Santas es parroquia perteneciente al municipio de
Allariz. En esta visita veremos el conjunto formado por la iglesia
románica, la Basílica de la Asunción, con el Forno da Santa,
y el castro de la Cibdá de Armeá. Nos centraremos en la Basílica y
O Forno, por la relación temporal con la exposición, aunque
será mejor que lo vayamos viendo a lo largo de la visita.
Iremos
leyendo los distintos paneles informativos que encontraremos a lo
largo del recorrido.
Al
llegar al núcleo urbano de Augas Santas divisamos la iglesia de
Santa Mariña.
Fachada
principal.
Cabecera,
ábsides.
Fonte
da Santa.
Leemos
en un panel informativo que hay junto a la fuente:
La
fuente actual, una de las tres que según la leyenda brotaron al
rebotar la cabeza de la Santa tras su martirio, la mandó construir
el obispo Iglesias Lago a mediados del siglo XIX junto con la imagen
pétrea de Santa Mariña.
La
inscripción, mal repintada, debería decir: «Redificola
el obispo Dámaso Iglesias Lago. Año 1840».
Al
lado de la puerta de acceso a la iglesia de la fachada norte, a la
derecha de la imagen, hay otro panel informativo.
Leemos
el mencionado panel:
No
existen referencias documentales anteriores al siglo XI. El
descubrimiento de la tumba de la Santa se sitúa en el reinad de
Alfonso II, el Casto (759-842), cuando se levantaría un pequeño
templo predecesor del actual.
La
fábrica de la iglesia actual es románica de finales del siglo XII y
comienzos del XIII. La torre del reloj y las campanas, así como los
pináculos de remate de la fachada y las cúpulas de las
torres de las calles laterales son barrocas del siglo XVIII.
En
el interior, la tribuna de madera se construyó en el siglo XVIII.
Las cubiertas con artesonado de madera fueron decoradas en el siglo
XV conforme a las tradiciones moriscas. Las pinturas de la parte
superior de los arcos triunfales pertenecen al siglo XVI y se
atribuyen al llamado maestro de Sixto.
El
Mausoleo o Camarín de la Santa se yergue sobre lo que se consideró
su sepulcro con una lauda lisa sobre la tierra y pertenece al siglo
XVIII, con las imágenes de Santa Mariña en el centro y Santa Marta
y Santa Eulalia a los lados.
Pasamos
al interior de la iglesia. Nos centramos únicamente en el Camarín
da Santa. En otra ocasión veremos al detalle el interior de Santa
Mariña.
La
iglesia está casi a oscuras.
Como
se puede observar, las imágenes de Santa Marta y Santa Eulalia han
sido retiradas, seguramente para situarlas en otros lugares de la
iglesia.
Apenas
hay 600 metros entre la iglesia y nuestro siguiente objetivo, la
Basílica da Asunción y el Forno da
Santa. Se recorren los 600 metros por un camino que atraviesa
el bosque.
Aquí
confluye el camino por el que venimos con otro que viene del núcleo
de Armeá, otra forma de llegar hasta aquí.
Nos
detenemos. Debajo del árbol hay un panel informativo, que leemos
mientras el silencio nos acompaña:
Santa
Mariña de Augas Santas.
Santa
Mariña de Augas Santas constituye un atractivo conjunto histórico,
artístico y paisajístico, en el que se mezclan historia, tradición
y leyenda.
La
tradición nace vinculada a la existencia y martirio de Mariña,
natural de A Limia (según las fuentes historiográficas), que en la
época de Adriano se resiste a los deseos de un prefecto en la
Cidade de Armeá, llamado Olibrio, que utilizó todo tipo de
estrategias para vencer su resistencia, incluida la carcel, el juicio
y el castigo. Pero nada dio resultado ante la férrea voluntad de la
muchacha, ni el látigo, ni los garfios, ni el diablo en forma de
dragón.
Condenada
a morir abrasada en un horno próximo, saldría viva gracias a San
Pedro, que la dejó al lado de un estanque. Finalmente el prefecto
ordenó que le cortaran la cabeza, que fue tajada de un golpe, pero
botó tres veces, manando una fuente de cada bote. En el lugar en el
que fue enterrada surgió un templo, en el que nadie más fue
enterrado.
La
presencia de restos romanos y castrexos en la zona (Calzada Romana o
Cidade de Armeá) fue aprovechada por la tradición para vincularlos
al martirio de la Santa, añadiéndole posteriormente otros elementos
como la Santa de piedra del siglo XVIII, el Carballo da Santa (ya
desaparecido) e impregnando todo el conjunto de un sentido cristiano.
Monumentos,
fuentes, árboles y lugares constituyen así el telón de fondo de
una leyenda que sigue viva,, enraizada en tres elementos
fundamentales: paisaje, piedra y, por supuesto, agua.
Otro
día, el mismo lugar, sol.
Continuamos
caminando.
Estamos
pisando lo que fue calzada romana. Parecen marcas de ruedas de carro.
Encontramos
otro panel más, acerca de la calzada romana:
Calzada
Romana.
Se
trata de una derivación de la Vía XVIII del Itinerario de Antonino
que desde Allariz, por Frieira, Roiriz, Turzás y Santa Mariña
conduce al Valle de A Rábeda con dirección a Ourense. En la Edad
Media fue utilizada por los peregrinos que recorrían la Ruta de la
Plata.
Ya
muy cerca de la basílica, que vemos al fondo, llegamos al denominado
Asento da Santa, donde la tradición dice que Mariña pastoreaba a su
ganado.
Llegamos
a la Basílica da Asunción. Vemos la parte del ábside. A la
izquierda se ve la canalización de agua que llegaba a la cripta.
Caminamos
junto al muro norte y sus gruesos contrafuertes.
La
única puerta de entrada al interior, en este muro norte.
Ya
en el interior, en la nave, a la izquierda, la puerta de entrada y el
panel informativo que pasamos a leer.
Basílica
da Asunción y Os Fornos.
La
cripta, conocida como “Os Fornos”, se relaciona con los llamados
“monumentos con horno y pedra formosa”, propios de la etapa final
de la cultura castrexa del noroeste. La tradición sitúa aquí el
martirio de Santa Mariña, condenada a morir abrasada y a la que San
Pedro sacó por un pequeño agujero en la parte superior del horno.
Esta
planta sólo la integran tres estancias: la primera, cubierta con una
bóveda de cañón apuntada que por su decoración, semejante a la
del Santuario hace pensar en una cronología del siglo XIII; las
laudas de diversa tipología y formato debieron ser anteriores a esta
construcción; en el ángulo SO una especie de piscina pétrea recoge
de una grieta abierta en el muro.
A
la segunda estancia se accede por una pequeña puerta semicircular
abierta en una gran piedra lisa con dos dragones o bichas a los
lados; también esta estancia está cubierta con una bóveda de cañón
apuntada.
Al
fondo se encuentra la tercera estancia, el horno propiamente dicho,
con aparejo irregular y una falsa cúpula, rematada con una losa en
la que se abre una agujero a modo de chimenea, por donde, según la
tradición, salió la Santa.
Intercalamos
aquí la ilustración que figura en el panel.
Continuamos
con la lectura:
Horno,
pedra fermosa y la piscina son elementos característicos de las
llamadas “cámaras funerarias de la cultura castrexa”; a pesar de
este nombre, la arqueología actual los considera “edificios
públicos de carácter termal”. Posible interpretación: se
trataría de una edificación de gran antigüedad – castrexo final
o galaicorromano - con finalidad termal, remodelada en época
prerrománica, posiblemente coincidiendo con la difusión de la
leyenda de Santa Mariña en los siglos VI y VII, con la
correspondiente sustitución de ritos y que en época románica
tardía, en el siglo XII, se integra en un programa más ambicioso
que no llega a rematarse.
La
Basílica da Asunción fue declarada conjunto monumental en 1955.
Comenzó a construirse a finales del siglo XIII con obra románica
avanzada y se abandonó inconclusa, tal como está hoy, en la primera
mitad del siglo XIV, coincidiendo con la decadencia de los
templarios, promotores de su construcción. En el centro de la
teórica nave se encuentra la salida de la chimenea del horno de la
cripta.
Nota:
Hemos tomado unos breves apuntes del trabajo titulado: La Basílica
da Ascensión y Os Fornos (Allariz, Ourense) y la cristianización de
la arquitectura en la Antigüedad Tardía, publicado en: Estudos
do Quaternário, 12, APEQ, Braga, 2015, pp. 111-132. Sus autores
son las profesoras Rebeca Blanco-Rotea, Sonia García Rodríguez,
Cristina Mato-Fresán, y el profesor Jorge Sanjurjo-Sánchez.
En
el resumen de su trabajo los autores señalan:
Se
presenta el estudio arqueológico e histórico del conjunto
arquitectónico de la Basílica da Ascensión y Os Fornos (Allariz),
un monumento que, a través de sucesivas reformas, ha estado en uso
desde la Edad del Hierro hasta la actualidad. Dada la hipótesis que
barajamos, creemos que el cambio conceptualmente más importante es
la conversión de una sauna vinculada al vecino castro de Armeá en
un lugar de culto cristiano que conmemora un episodio del martirio de
Santa Mariña en el siglo VI. Modificaciones posteriores, de mayor
importancia material, perpetúan la dedicación cristiana del
edificio.
Chimenea
que
se encuentra en el centro de la nave, por la que según la tradición,
salió la Santa cuando San Pedro la salvó de morir abrasada.
Los
autores describen el conjunto:
El
edificio consta de una iglesia sobre el nivel del suelo y una cripta.
La iglesia presenta una planta absidial, de una sola nave, con
cabecera recta. El presbiterio es más estrecho que la nave y el
ábside, pues allí se localizan las escaleras de bajada a la cripta.
Hay una puerta en el muro norte de la nave.
Al
exterior se localizan varios contrafuertes, a la altura del
presbiterio se disponen dos de mayor desarrollo que los otros porque
albergan la caja de las escaleras de bajada a la cripta.
Vista
desde
el ábside.
Puerta
norte de
acceso a la cripta.
Se
observa en el dintel la cruz de los templarios, que fueron los
promotores de la obra de la inconclusa basílica.
Puerta
sur. En
este día se hallaba cerrada...
Pero
volvimos en otra ocasión y estaba abierta.
Bajamos
las escaleras, miramos hacia atrás. La cripta está casi a oscuras.
Seguimos
ahora las explicaciones de los autores:
La
cripta se articula en dos estancias, separadas por una gran losa de
granito.
La
primera estancia tiene una planta basilical dividida en tres tramos
abovedados de diferente tamaño separados por arcos apuntados, siendo
el ábside el más oriental. Las paredes de este sector están
realizadas en sillería de granito de similares características a
las de la iglesia.
El
suelo de este sector está realizado con losas de granito
irregulares, aunque está muy alterado por las intervenciones
arqueológicas realizadas, lo que hace que sea de difícil tránsito.
Apoyadas en las paredes hay laudas sepulcrales que estaban
reutilizadas en el enlosado.
En
el extremo de esta estancia se localiza una gran losa de granito
emparentada con las pedras fermosas propias de las saunas de la Edad
del Hierro del Norte de Portugal.
La
citada losa da acceso a la segunda estancia, que a su vez, se divide
en dos, una de planta rectangular y otra de planta circular, el
forno. La primera está cubierta por una bóveda de sillería
generada por un arco de medio punto. El forno es un espacio de
reducidas dimensiones de planta circular abovedada rematada por una
losa con un agujero circular que la tradición vincula con la leyenda
de Santa Mariña.
Una
vez que hemos terminado de bajar las estrechas y oscuras escaleras,
nos fijamos en las laudas sepulcrales mencionadas.
Mirando
a nuestra izquierda vemos parte de la primera estancia citada. Al
fondo, la gran losa, pedra formosa, que separa este estancia de la
segunda. Aunque no se ve apenas, a ambos lados de la puerta están
los relieves que mencionaba el panel informativo, que representan dos
dragones o bichas. A la izquierda, al fondo, un depósito para el
agua.
Aquí
vemos el canal de desagüe,en el suelo de esta parte de la estancia.
Nos
acercamos a este pequeño altar y a la única ventana que aporta luz
a la cripta. Esta parte es de construcción posterior al horno.
Ahora
estamos en el extremo contrario de esta primera estancia, la Pedra
Formosa,
con
una cruz grabada en la parte superior.
A
la izquierda de la Pedra
Formosa,
el depósito más arriba mencionado.
Ahora
nos encontramos en la parte cuadrangular de la segunda estancia
citada por los autores.
Al
fondo, el Forno.
Unos
pasos más adelante, el Forno.
Vista
desde el interior del Forno.
Introducimos
las reflexiones de los autores acerca de las etapas de construcción
del edificio:
Existen
cuatro grandes fases constructivas en el monumento que, a su vez,
marcan el ritmo de la reutilización de este espacio y la
reinterpretación a lo largo de los siglos.
El
origen del conjunto monumental se remonta a la Edad del Hierro y está
en relación con el adyacente castro de Armeá. La cripta, el forno y
el suelo de la sala rectangular son los espacios más antiguos.
La
segunda fase corresponde a una reforma altomedieval. Se construye
delante del forno la estancia rectangular con muros de
sillería, que ha sido fechada por algunos autores en época visigoda
y otros consideran estos muros prerrománicos. García
Quintela baraja la hipótesis de que el culto cristiano habría sido
introducido por Hidacio (395-470), obispo de Chaves originario de la
Limia (región que engloba a Augas Santas) o sus sucesores.
Nuestra
hipótesis nos lleva a fechar esta segunda fase en el siglo VI d.C.
Esta fecha se relaciona con la fijación de la leyenda de Mariña y
la cristianización del paisaje de Augas Santas. Este segundo
edificio sería una pequeña capilla dedicada a Santa Mariña, cuyo
ábside sería el Forno.
Una
tercera fase consiste en la reforma puntual de esta capilla,
con la construcción de una bóveda de cañón de medio punto, en
torno al siglo XII o XIII.
La
cuarta parte oculta los lugares anteriores en una cripta y
monumentaliza el lugar con la iglesia inacabada (sería anterior a
finales del siglo XIV). Sobre la cripta se edifica la iglesia
que dobla las dimensiones de la misma a lo ancho y a lo largo. Para
su construcción deben soterrarse las edificaciones previas y se
habilitan sendas escaleras de acceso a las mismas, es decir, se
diseñó un edificio que acogió y mantuvo viva la tradición
anterior.
Salimos
de la Basílica.
Continuamos
por la calzada romana, en dirección al castro o Cidade, o Cibdá, o…
de Armeá. Al fondo, una gran roca, el llamado Penedo da
Moura.
Llegamos
al castro de Armeá, que será objeto de una visita más exhaustiva
en algún capítulo posterior de este blog. Nos quedamos con algunas
vistas de la parte excavada.
Es
este el momento de regresar a Ourense, a Santa María Nai, para
continuar la visita a la exposición.
Continúa
la visita a la exposición con los dos paneles de la derecha,
titulados La Construcción de iglesias y San Pedro de
Rocas. Los veremos, como el resto de esta gran exposición, en
los capítulos siguientes.
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